China apuesta por el poder de su propia gente para aumentar la demanda interna
China traza su rumbo para los próximos cinco años, en su plan recién publicado, señalan que el crecimiento deberá provenir de la demanda interna.
Una escena comercial concurrida, con consumidores entrando y saliendo en Xinye Taikoo Hui en Shanghai, el 2 de octubre de 2025. /VCG
Suscribite
Caras y Caretas Diario
En tu email todos los días
×
Las recomendaciones para la formulación del 15.º Plan Quinquenal deChina (2026–2030) subrayan la “expansión de la demanda interna” y la “inversión en las personas” como pilares estratégicos para la próxima década, señalando que el país pretende depender menos de la demanda externa y más del poder de consumo y la creatividad de sus 1.400 millones de habitantes.
Este giro es necesario, aunque no exento de desafíos. Implica un nuevo modelo de crecimiento que prioriza la resiliencia, el capital humano y la vitalidad del sector servicios; pero para materializar esta visión se requerirán profundas reformas estructurales, redes de seguridad social más sólidas y un cambio fundamental en la mentalidad nacional sobre cómo debe crecer la economía.
Registrate gratis para seguir leyendo esta nota
Accedé a contenido exclusivo y recibí nuestra newsletter diaria con análisis y noticias destacadas.
Suscribite desde UYU $215 por mes
Accedé sin límites a todas las notas, columnas de opinión y análisis exclusivos. Disfruta de beneficios exclusivos y eventos especiales
Un giro estructural tras cuatro décadas de crecimiento impulsado por las exportaciones de China
Durante la mayor parte de los últimos 40 años, el éxito económico de China se ha apoyado en una fórmula sencilla: invertir en gran escala, producir a bajo costo y vender al resto del mundo. Ese modelo transformó al país en una potencia manufacturera global, pero también dejó a la economía vulnerable a las fluctuaciones de la demanda externa y generó desequilibrios persistentes —desde la excesiva dependencia de las exportaciones, los bienes raíces y las infraestructuras, hasta una distribución desigual del ingreso.
El nuevo plan marca un esfuerzo deliberado para reequilibrar la economía. El documento oficial describe un mercado interno sólido como un apoyo estratégico para la modernización a la china. Los responsables de las políticas están poniendo énfasis en el consumo de los hogares, la modernización del sector servicios y la “inversión en las personas” —a través de una mejor educación, salud, cuidado infantil y atención a los mayores— como nuevos motores de crecimiento. En otras palabras, la próxima fase de desarrollo será menos sobre “verter cemento” y más sobre cultivar el capital humano.
De construir infraestructura a construir capacidades humanas
La política macroeconómica y social de China se caracteriza por la coherencia, por lo que rara vez se observan cambios bruscos de lenguaje entre un plan quinquenal y el siguiente. Sin embargo, los matices entre líneas suelen revelar ajustes en las prioridades.
Uno de los mensajes más claros de este nuevo plan es cómo redefine el concepto mismo de “inversión”. Durante décadas, el crecimiento de China se apoyó en grandes desembolsos de capital físico —autopistas, viviendas, parques industriales— financiados por bancos estatales y gobiernos locales. Aunque este enfoque aceleró la industrialización, también generó problemas como la dependencia de los mercados externos, el endeudamiento creciente y la disparidad en la distribución de la riqueza.
El nuevo énfasis en “invertir en las personas” marca un cambio conceptual. Prioriza el capital humano —educación, salud, capacidades laborales y servicios sociales— como el próximo motor de crecimiento. Esto implica dirigir más recursos fiscales no solo hacia el cemento y el acero, sino hacia maestros, médicos, cuidadores e innovadores. Puede que el retorno de esta inversión no se refleje rápidamente en las cuentas nacionales, pero su impacto económico es más profundo: ciudadanos más sanos y capacitados que pueden ganar y gastar más.
Este cambio es crucial para alcanzar el objetivo de expandir la demanda interna. Los consumidores no gastan únicamente por políticas de incentivo como subsidios. Gastan cuando tienen ingresos estables, servicios asequibles y confianza en el futuro. Fortalecer las redes de seguridad social, mejorar los sistemas de cuidado infantil y de los mayores, y elevar el capital humano sirven a un propósito común: liberar el consumo de los hogares al reducir la necesidad de ahorrar por precaución.
En resumen, “invertir en las personas” no es una política social disfrazada de estrategia económica: es una estrategia económica. Sin ella, la demanda interna no podrá convertirse en el motor sostenible que China aspira a construir.
china
Profesionales intercambian contactos en la Conferencia de Intercambio de Talento de Alto Nivel en Shijiazhuang, provincia de Hebei, el 8 de noviembre de 2025. /VCG
Por qué la “deuda inteligente” sigue siendo importante
En la actualidad, aumentar la deuda para respaldar nuevas inversiones, mientras persisten los pasivos existentes, puede resultar desconcertante. El gobierno chino es muy consciente de los riesgos que plantea una deuda insostenible —una postura que los economistas describen como “aversión al endeudamiento”—, tras haber aprendido lecciones de las crisis financieras en economías desarrolladas.
Ampliar el endeudamiento para financiar sectores tradicionales como infraestructura o bienes raíces sería imprudente. No obstante, China enfrenta una clara brecha de inversión en capital humano. Según cálculos basados en datos oficiales, el gasto fiscal en educación, salud, empleo y seguridad social representó alrededor del 8% del PIB durante el período del 14.º Plan Quinquenal (2021–2025). En comparación, el gasto promedio en bienestar social entre los países de la OCDE fue del 21,2% entre 2021 y 2024.
El endeudamiento de etapas anteriores financió principalmente infraestructura física y bienes raíces —sectores que hoy ofrecen retornos decrecientes. Pero la inversión en capital humano es diferente: el dinero destinado a educación, salud y protección social se traduce en mayor productividad, consumo más fuerte y, en última instancia, una base impositiva más amplia. En otras palabras, es una deuda que crea capacidad de repago futuro.
El desafío para China no es el tamaño de su deuda, sino su estructura. Redirigir fondos desde proyectos de construcción redundantes hacia programas de desarrollo humano elevaría el potencial de crecimiento sin inflar burbujas. Bonos especiales emitidos por el gobierno central para financiar educación y salud podrían sostener esta transformación de manera más estable que la financiación local vinculada a ventas de tierras.
A largo plazo, un aumento moderado de la deuda pública puede ser el precio necesario para construir la base de demanda interna que China afirma querer. Una economía centrada en las personas no puede emerger sin una inversión centrada en las personas.
Operadores comerciales aprenden técnicas de grabación y edición de videos cortos en Huzhou, provincia de Zhejiang, el 27 de junio de 2025. /VCG
Por qué los inversores deben prestar atención
Para las empresas e inversionistas, este giro tiene implicaciones de gran alcance.
En el lado positivo, los sectores vinculados al consumo interno —salud, educación, seguros, servicios digitales, movilidad verde y cultura— podrían beneficiarse de vientos favorables de política y una demanda creciente.
Al mismo tiempo, las empresas vinculadas al sector inmobiliario, las infraestructuras tradicionales o las exportaciones de bajo margen podrían enfrentar un entorno más desafiante, ya que el país reorienta recursos. Los inversionistas deben esperar un desempeño sectorial desigual y reformas localizadas que favorezcan la dinamismo del sector servicios sobre los auges de la construcción.
Las empresas extranjeras también encontrarán oportunidades en aportar conocimientos y servicios que respalden la agenda de “invertir en las personas” de China —desde tecnología médica hasta educación vocacional y servicios de atención a los mayores.
* Comentarista de CGTN. El artículo refleja las opiniones del autor y no necesariamente las de CGTN.