La pelea del pueblo jujeño contra la reforma constitucional del gobernador de la provincia del norte argentino, Gerardo Morales y el peronismo dejó expuesto los métodos del consenso extractivista impuesto por los partidos del régimen. En tiempos de una “transición energética” que genera nuevos negocios verdes, y ante la falta de dólares, la explotación del litio se presenta como la nueva promesa de desarrollo del país.
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El litio es una de las estrellas ascendentes en el panorama exportador argentino: en 2022 vendió al exterior u$s696 millones, más que triplicando la cifra del año anterior. Y en el acumulado de este año muestra una tasa de crecimiento en torno del 100%.
La aprobación de la nueva Constitución provincial impulsada por el gobernador Gerardo Morales provocó múltiples rechazados en Jujuy. Comunidades indígenas, organizaciones sociales y sindicatos cuestionan los cambios, pues afirman que criminaliza la protesta social e ignora la voz de los pueblos originarios al momento de decidir el uso que se le dará a la tierra, hoy codiciada para llevar adelante explotaciones mineras, puntualmente para la extracción de litio.
La situación que se vive en esa provincia argentina desde hace semanas estremeció a la opinión pública nacional por la brutal represión del gobernador radical Gerardo Morales contra el pueblo jujeño, que rechazaba en las calles la reforma constitucional reaccionaria, aprobada con los votos del PJ. Esto avasalló el derecho a la protesta social y el de las comunidades indígenas sobre sus tierras, allí donde (no casualmente) se encuentran grandes reservorios de litio.
Ahora comienzan a salir a la luz las verdaderas causas y se desnuda una realidad que recien está escribiendo sus primeros capítulos en América Latina.