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Mundo electoral | Venezuela | Bukele

A las urnas

El "mundial electoral" ya tuvo su puntapié inicial

¿Por qué ganó Bukele en El Salvador? ¿Qué pasará en Venezuela, México, Bolivia y en Uruguay? El mundial electoral ya está en marcha.

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Hemos descrito este año como el del campeonato mundial electoral. Habrá elecciones en países con un total de 4.000 millones de personas, aproximadamente la mitad de la población mundial. Ya hubo elecciones en Costa Rica (municipales) y presidenciales y legislativas en El Salvador. Los Jugadores en la cancha, empezó el Mundial.

Que haya muchas elecciones no quiere decir, lamentablemente, que sea lo más democrático. No puede haber democracia sin elecciones, pero no basta conque las haya para que se viva democráticamente.

El año pasado hubo comicios en la región (en Argentina y Ecuador). La crisis económica en el primero y la de seguridad en el segundo hicieron que los resultados no fueran los mas auspiciosos. Caso distinto es el de Guatemala, donde las elecciones fueron a fines del año 23, pero la asunción del mandatario electo, Bernardo Arévalo, fue el 15 de enero de este año. Ahí el voto fue propositivo, a favor de un cambio con equidad.

En América nos falta ver lo que ocurre en Panamá y Dominicana en mayo, en México en junio, donde será elegida por primera vez en su historia una mujer y en Bolivia y Venezuela donde nubes negras amenazan con tormentas que esperamos se disipen.

En Venezuela la oposición eligió una candidata que apoyó al presidente impuesto en el exilio por EEUU, Juan Guaidó.

Y en Bolivia, lamentablemente, el MAS en el gobierno vive una división interna entre partidarios de Evo Morales y seguidores del actual presidente Arce Gómez.

En EEUU, Donald Trump se sigue imponiendo sin competencia trascendente en las primarias mientras que el presidente demócrata, Joe Biden, que va por la reelección, no parece tener posibilidades. Antes de las elecciones, los “yanquis” vivirán un año cargado de primarias partidarias. Algo igual ocurre en el pequeño Uruguay, en el sur del hemisferio.

En un futuro próximo analizaremos lo que ocurre en el resto del mundo. Por ahora, antes de profundizar en la realidad del continente, peguemos una mirada al resto del mundo. Ya en enero miles de ciudadanos en tres naciones de distintos continentes fueron a las urnas para elegir sus jefes de Estado.

Taiwán (Asia) y Comoras (África) inauguraron el calendario electoral presidencial el 13 y 14 de enero último, respetivamente. Finlandia en Europa hizo lo mismo el 28 del mes pasado. Completarán el año en el viejo continente Eslováquia y Portugal en marzo, Lituania y Macedónia en mayo, Georgia y Moldavia en junio, y Rumania en noviembre.

No olvidemos que los 27 estados miembros de la Unión Europea elegirán su parlamento con regional entre el 6 y el 9 de junio.

En nuestra querida América, desde el imperio del norte a nuestro querido Uruguay, que como dijimos vivirán primarias (o internas) de los partidos todo el año para culminar en octubre, irán los demás países marcando un rumbo (¿común?) según el calendario que hemos descrito.

Pero el inicio de ayer en El Salvador nos enseña algo muy importante. No basta conque haya elecciones para celebrar. En 1933 las hubo en Alemania. Era el comienzo del ascenso del Fuhrer y el establecimiento del Tercer Reich. Sin embargo, hubo elecciones.

En El Salvador el domingo pasado como se esperaba el presidente Bukele resultó electo con el 87% de los votos emitidos. Solo el 7% vota lo exgrupo guerrillero (Farabundo Martí) que llevaba de candidato a Manuel Flores, un 4% a José Sánchez (de la Alianza Republicana Nacionalista) y todos los demás apenas acumulan un 3%. Las elecciones no sufrieron irregularidades. Pero eso solo, no las hace democráticas.

En primer lugar, recordemos que la reelección no está contemplada en la Constitución de El Salvador. El presidente Bukele ni quisiera se dignó modificarla. Se amparó en un falló que decía que ninguna norma, ni aún de rango constitucional podía limitar la libertad de pluralidad de candidaturas.

La inseguridad -en este caso no generada por el narcotráfico sino por las pandillas- hizo de Bukele un presidente exitoso. Las marras, como allí se les conoce han sido combatidas con toda la fuerza del poder.

Una cárcel de alta seguridad construida en el norte del país alberga a miles de presos que solo lucen un calzón amplio, las manos atadas atrás con alambre. Los presos para circular, o en reposo, debe descansar sobre la espalda de su antecesor. La comida debe ser provista por la familia del preso. Lo más grave: los juicios son sobre grupos de más de cien lo que inhabilita completamente la garantía de la defensa.

Pero en tanto ello ha traído menos violencia en los territoritos que se disputaban las marras la abrumadora mayoría lo apoyó. Es entendible, pero no compartible.

Ya el modelo Bukele ha tenido impacto en el resto del continente.

En Ecuador se ha copiado el modelo represivo. El presidente fue electo a fines del año pasado, para terminar el mandato de Guillermo Lasso, por el procedimiento de “Muerte Cruzada”, previsto en su Constitución, cuando se corta un juicio político contra el Jefe de Estado. Este puede disolver el parlamento y convocar a elecciones anticipadas solo para culminar su mandato y así lo hizo.

Ante una inseguridad comparable a la de El Salvador, aunque generada por el Narcotráfico y no por las marras como en éste, la gente copió el camino de aquél. Ni Daniel Noboa ni Bukele tienen tradición política. Son acaudalados empresarios que llegan al poder por similares circunstancias. Y ponen en riesgo la institucionalidad de su país, de igual manera.

Aún en nuestro querido Uruguay, algún candidato esta ya queriendo introducir al debate los metidos Bukele para ampliar acá.

Nos espera un año difícil. Esperemos que al final del camino podamos ver la luz.

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