Siguen apareciendo señales de apertura hacia Venezuela. En este sentido se dio a conocer que el expresidente José Mujica, junto a Rafael Correa (Ecuador), Michelle Bachelet, Ricardo Lagos (Chile), Eduardo Duhalde (Argentina), Dilma Rouseff (Brasil) y Ernesto Samper (Colombia), enviaron una carta el presidente Nicolás Maduro, proponiendo reimpulsar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
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“En el escenario actual están en riesgo las conquistas democráticas tan difícilmente obtenidas en América Latina, luego de la secuencia de dictaduras que azotó a la región en la década de los 1970. Tenemos grandes expectativas en los liderazgos que ustedes ejercen frente a sus países. Confiamos en su visión para hacer de nuestra América del Sur un motor impulsor de un nuevo nivel de unidad e integración latinoamericana, anclada en la solidaridad continental y en los valores permanentes de la paz y la democracia”, señalan.
También firmaron excancilleres, entre ellos Rodolfo Nin Novoa, exministros, exparlamentarios, docentes, exdirectivos de organismos internacionales y exembajadores.
Otros uruguayos como Constanza Moreira, Mónica Xavier, el expresidente del Frente Amplio Javier Miranda y Belela Herrera, también firmaron la carta.
La más golpeada
Destacan en la nota que el bloque regional “más golpeado por la pandemia y la crisis económica y social que la siguió” ha sido América Latina.
“Con solo un 8% de la población mundial, América Latina registra más de un cuarto del total de fallecidos por covid, experimentó una recesión doblemente más profunda que la de la economía mundial y vio aumentar en cerca de 50 millones el número de personas que viven en condiciones de pobreza. Priman en la región la fragilidad de las estructuras productivas, la acentuación de la dependencia de un número reducido de productos primarios, el debilitamiento de las instituciones democráticas y la fragmentación política que impide levantar una voz común frente a los asuntos globales”, afirman.
Por esta razón señalan que una “América Latina integrada, no alineada y en paz recuperará el prestigio internacional y podrá superar la irrelevancia en que nos encontramos”.
“Los procesos electorales recientes han permitido el triunfo de gobernantes y coaliciones políticas favorables al reimpulso de la integración regional. A partir de enero del 2023 tendremos en todos los países más grandes, sin ninguna excepción, gobiernos partidarios de retomar y fortalecer los procesos de integración. Es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Juntos podemos hacer oír nuestra voz. Divididos nos invisibilizamos y no somos escuchados. Los esfuerzos en materia de integración son antiguos y hasta ahora sus resultados modestos”, precisan.
“Unasur todavía existe”, subrayan más adelante. Por esa razón entienden que se trata de “la mejor plataforma para reconstituir un espacio de integración en América del Sur. No se trata, sin embargo, de una reconstitución puramente nostálgica de un pasado que ya no existe. Una nueva Unasur debe hacerse cargo autocríticamente de las deficiencias del proceso anterior. (…) Una nueva Unasur puede ser perfectamente funcional a la proyección de la Celac. Más aún, no se puede olvidar que la antigua Unasur fue decisiva en la creación de la Celac”, afirman.