El número de fallecidos en los enfrentamientos entre los simpatizantes del influyente político y religioso chií iraquí Muqtada al Sadr y las formaciones armadas de sus rivales políticos en la Zona Verde de Bagdad aumentó a 20, comunicó el canal de televisión Al Jazeera. Antes se informó de 14 muertos y más de 300 heridos en la capital iraquí y varias otras provincias del país.
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"Veinte personas resultaron muertas en los enfrentamientos en la Zona Verde de Bagdad", dice la cadena.
La mayoría de los fallecidos serían manifestantes afines a Al Sadr, según la agencia de noticias oficial NINA, que ha confirmado cargas policiales en la Zona Verde, donde se encuentran las principales instituciones. Las fuerzas de seguridad han utilizado gases lacrimógenos y también fuego real para contener a los manifestantes, antes de que los líderes políticos apelasen a la contención de todas las partes.
Medios afirman que continúan los intensos combates en Bagdad y la ciudad de Basora entre la brigada Saraya al Salam (Brigadas de la Paz), subordinada a Al Sadr y la milicia popular chií al Hashd al Shaabi, con el uso de morteros y ametralladoras pesadas.
Unidades del Ejército iraquí a su vez entraron en Bagdad para reforzar las fuerzas de seguridad. Según medios, dos soldados murieron en enfrentamientos en la Zona Verde.
Toque de queda
Las autoridades impusieron un toque de queda tanto en la capital como en todo el país después de que cientos de simpatizantes de Al Sadr irrumpiesen en la Zona Verde de Bagdad, un área muy protegida y con gran presencia occidental, tras el anuncio del clérigo de abandonar definitivamente la política.
Los manifestantes entraron por la fuerza en el Palacio Republicano, sede del gobierno iraquí, ubicado en la Zona Verde, donde se produjeron enfrentamientos entre ellos y las fuerzas del orden. Más tarde, las fuerzas de seguridad reportaron haber tomado bajo su control el palacio.
Al Sadr por su parte anunció una huelga de hambre que pretende continuar hasta que cese la violencia en los enfrentamientos.
A finales de julio se reanudaron las protestas de los partidarios de Al Sadr, que se oponen a la denominación del candidato rival al cargo de primer ministro, Mohammed al Sudani, y volvieron a invadir la sede del Parlamento iraquí, situada en una zona de alta seguridad en Bagdad.
A principios de agosto, Al Sadr llamó al Consejo Supremo Judicial de Irak a disolver la asamblea legislativa, a lo que la entidad judicial respondió con una negativa.
La nueva ola de manifestaciones se extendió a siete provincias de Irak, incluido Bagdad.
La crisis política se desató en Irak después de las elecciones parlamentarias de octubre de 2021, al no lograr las fuerzas políticas elegir al nuevo presidente y formar un gobierno.
(En base a Sputnik y Europa Press)