El ejército israelí inició una ofensiva militar de gran envergadura en tres zonas del norte de Cisjordania, una acción que ya dejó al menos 10 palestinos muertos y se espera que se prolongue durante varios días. Esta operación, que fue descrita por Israel como una "operación antiterrorista", involucra a cientos de soldados y está respaldada por helicópteros de combate, drones y vehículos militares.
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El ministro de Exteriores de Israel, Ysrael Katz, comparó la situación con la de Gaza, afirmando que se deben tomar medidas similares, incluyendo la evacuación temporal de residentes palestinos y otras acciones que sean necesarias.
En paralelo, a cientos de kilómetros de distancia, cerca de la frontera sirio-libanesa, un dron israelí atacó un vehículo, matando a tres milicianos de la Yihad Islámica Palestina y a un miembro de Hezbolá. El ejército israelí reconoció que el ataque estaba dirigido contra Faris Qasim, un mando de reclutamiento de la Yihad Islámica.
En la ciudad de Yenín, los hospitales se encuentran bajo bloqueo militar, con blindados que impiden el acceso y soldados que revisan cada ambulancia. Dos ataques aéreos, uno en la aldea de Seir y otro en el campamento de refugiados de Fara, dejaron ocho muertos y 22 heridos, según la Media Luna Roja Palestina.
El ejército israelí informó que sus acciones resultaron en la muerte de "nueve terroristas" y en la incautación de numerosas armas. A pesar del bloqueo a los hospitales, Israel asegura que su objetivo no es invadir ni evacuar estas instalaciones, sino evitar que los milicianos se refugien en ellas.
El ministro Katz justificó esta operación alegando que Irán está tratando de establecer un "frente terrorista oriental" en Cisjordania, siguiendo el modelo de Gaza y el Líbano. Según Katz, Teherán está financiando y armando a los terroristas y contrabandeando armas avanzadas desde Jordania. "Debemos abordar la amenaza de la misma manera que enfrentamos la infraestructura terrorista en Gaza", ha declarado en la red social X, anteriormente conocida como Twitter.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, acortó su visita oficial a Arabia Saudí para regresar a Ramala, en Cisjordania, en respuesta a la escalada de violencia. A los 10 muertos de este miércoles se suman otros cinco del día anterior, lo que subraya la creciente tensión y violencia en un territorio que lleva más de medio siglo bajo ocupación militar.
Esta operación parece ser una de las más grandes en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-2005). Se desarrolla en un contexto marcado por un frágil alto el fuego en Gaza, donde la guerra ha cobrado más de 40.500 vidas en casi 11 meses de conflicto. Mientras tanto, el frente libanés se mantiene en una tensa calma a la espera de posibles represalias por parte de Irán y la milicia hutí en Yemen, en respuesta a los recientes asesinatos de líderes de Hamás y Hezbolá por parte de Israel.
Fuente: Con información de El País (Madrid)
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