Cientos de miles de personas volvieron a salir a la calle de Israel este sábado 29 para mostrar su rechazo a la iniciativa, que limita los poderes de la Suprema Corte y cuya primera parte fue aprobada en el Parlamento gracias a la coalición gobernante.
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La reforma, ya aprobada parcialmente por la Knéset, limitaría el poder de la Corte Suprema para derogar leyes o fallar contra el ejecutivo, lo que se ha considerado como un golpe directo contra la división de poderes del Estado.
A finales de marzo, el primer ministro israelí, quien regresó al poder siete meses atrás encabezando una coalición, había anunciado una pausa al proyecto de reforma, luego de las masivas manifestaciones en su contra que se habían registrado desde comienzo del 2023.
Pero tras el receso por el verano, la coalición gobernante impulsó atender la controversial iniciativa, que obtuvo finalmente su aprobación el lunes 24 de julio con los votos de los legisladores oficialistas y la abstención opositora, que se retiró del recinto en señal de protesta.
De acuerdo a las críticos de esta medida, se trata de una legislación que busca, además de dar blindaje judicial al primer ministro, facilitar más atribuciones al ejecutivo y el legislativo, controlado a su vez por Netanyahu y sus aliados, por lo que han tildado la iniciativa de antidemocrática.
Por su parte, Netanyahu y sus defensores rechazan estos cuestionamientos y argumentan que la reforma ayudará a equilibrar los poderes del país y reforzará la democracia al quitar una competencia vital a autoridades que no han sido elegidas por el voto directo.
Fuente: Sputnik