Las múltiples críticas recibidas por el presidente ucraniano motivaron el urgente cambio de gabinete –según el propio Volodimir Zelenski– “para regenerar una nueva energía a su gobierno”. Los críticos del gobierno de Kiev no se explican cómo puede equipararse la actual pérdida del 20 por ciento del territorio ucraniano con la ocupación de 1300 kilómetros cuadrados, una porción equivalente al 0.00007 por ciento de la geografía rusa, espacio sobre el que Kiev carece de posibilidades para abastecerse en el mediano plazo.
Gran parte del conflicto bélico se puede examinar desde la superioridad misilística por sobre las capacidades detentadas por la OTAN. Frente a esa realidad y el avance de las tropas de Vladimir Putin hacia el norte y el este, Zelenski anunció la última semana su enésimo “Plan de la Victoria”, consistente en el incremento del ataque al territorio ruso. Los militares moscovitas advirtieron que eso supondría una escalada que los habilitaría a extender sus ataques misilísticos hacia el corazón de Europa occidental.
Las propuestas desesperadas de Kiev tienen cada vez menos adhesión entre los miembros de la Unión Europea. En Alemania se llevaron a cabo elecciones regionales la última semana, en Sajonia y Turingia. En ambos territorios se impuso el voto que cuestiona el apoyo del canciller Olaf Scholz a Zelenski. De hecho, la organización política de la que forma parte, el Partido Socialdemócrata, no superó el siete por ciento de los votos, el guarismo más exiguo jamás alcanzado por esa formación. Los dos grandes triunfadores han sido la Alternativa por Alemania (AfD) –tributaria de una derecha neonazi e identitaria–, que se opone al enfrentamiento con Rusia, y la Alianza por la Razón y la Justicia, liderada por Sahra Wagenknecht, quien fundó el partido hace apenas ocho meses. Los resultados de Alemania son evidencias del cansancio europeo por una guerra que ven perdida y una economía que se ve resentida por el incremento de los valores de la energía y la caída de la competitividad frente a las industrias radicadas en el sudeste asiático.
El mayor empleador de industria alemana, la Volkswagen (VW) anunció a través de una comunicación de su CEO a todos los empleados que la situación era extremadamente difícil y que ya no se podía paliar con “simples medidas de recorte de gastos”, planteados un año atrás, en el marco de un programa de austeridad que debía reducir los costos en diez mil millones de euros hasta 2026. Esa aseveración adelantaba que en los próximos años se cancelará el programa de seguridad en el empleo, vigente desde hace 30 años, escenario que avalará los despidos masivos.
Mientras Europa occidental se resiente económicamente, el Banco Mundial prevé un importante crecimiento de la economía rusa: el doble que Estados Unidos y el cuádruple que la Zona Euro. La batalla de tanques más grande de la historia, acaecida en Kursk a mediados del siglo XX, regresa como un fantasma tenebroso para castigar las ambiciones del Occidente imperial, colonial y supremacista. Esta vez la historia no parece repetirse como farsa. Vuelve a exhibirse como tragedia para quienes han vuelto a ilusionarse con desmembrar el alma rusa.