Esto sucedió debido a que los miembros de la organización de narcotrafico transanacional que debían hacerse cargo del alijo no se atrevían a ir en busca de este, por temor a ser detenidos después de que en los meses anteriores la Policía de Paraguay y del Reino Unido aprehendieran dos grandes cargamentos (que sumaban cinco toneladas de cocaína) que formaba parte de la misma trama del que había llegado a Cataluña.
Sus temores estaban fundados, puesto que el pasado 26 de junio, cuando finalmente decidieron recoger el contenedor en la terminal portuaría de Barcelona, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detuvieron a ocho integrantes de la banda que iban en bisca de la droga.
Entre los arrestados está el administrador de la empresa de importación de productos perecederos utilizada por la trama para dar apariencia de legalidad a la carga. Justamente, la Operación Sogata se inició el año pasado después de que la UCO recibiera información sobre una empresa española sospechosa de estar utilizando como pantalla la importación de diferentes productos agrícolas para introducir grandes alijos de cocaína en Europa.
La conexión con el cargamento que cayó en Villeta (Paraguay)
Las pesquisas de la UCO apuntaron a que la organización iba a aprovechar el envío de 10 contenedores al puerto de Barcelona cargados de sacos de arroz procedentes de Paraguay. En ese momento, se supo que la cocaína había sido camuflada en Asunción, donde fue envasada en sacos de plástico cosidos manualmente idénticos a los que contenían el arroz que servían para ocultarlos.
Pero, cuando la mercancía ya estaba a bordo de un buque portacontenedores, la organización sufrió un primer revés, que cambió todo.
El 23 de octubre de 2023, la policía de Paraguay interceptó en el Puerto de Villeta un cargamento de 3.312 kilos de cocaína que también iban mimetizadas en bolsas de arroz y tenían como destino final Ámberes (Bélgica).
Al respecto, el comandante de la Policía Nacional de España, Carlos Benítez, expresó a mediados de año en conferencia de prensa que el cargamento de 4.020 de kg tiene "directamente conexión" con el procedimiento realizado en octubre en Villeta, y que la droga también había sido enviado por la empresa paraguaya Molinos El País.
Cinco meses después (en marzo de este año), las fuerzas de seguridad británicas decomisaron en Southampton un alijo de 2.100 kg de cocaína que, en este caso, viajó por el Atlántico mezclado con paquetes de granos de cacao que partieron del puerto de Guayaquil (Ecuador).
El destino final de la droga no era el Reino Unido, sino Francia, e iba dirigido a la misma empresa española que ya investigaba la Guardia Civil.
Problemas en la organización
Tras la aprehensión de la droga en Paraguay, y luego en Reino Unido, la organiación comenzó a tener problemas internos, detallaron a El País de Madrid fuentes cercanas a la investigación.
Algunos de los narcotraficantes que habían puesto dinero para traer la droga se retiraron de la operación y la organización empezó a pasar problemas económicos.
A ello se sumaba el temor a ser detenidos si movían la droga del puerto de Barcelona, donde el contenedor con la droga iba acumulando las semanas y los meses sin que nadie acudiera a retirarlo, con los consiguientes gastos de almacenaje.
La organización alquiló varias embarcaciones en diferentes puntos de España, supuestamente para ocultar en ellas la droga.
Finalmente, el 26 de junio de este año, varios de sus integrantes acudieron a recoger la droga convencidos de que, después de tanto tiempo transcurrido, el contenedor ya no estaba siendo controlado por las fuerzas de seguridad.
Pero se equivocaron. En el momento en el que la carga llegaba a una nave de Toledo, la Guardia Civil desplegó la fase final de la operación en siete ciudades: Madrid, Barcelona, Toledo, Sevilla, Cádiz, Álava y Jaén, donde concluyeron con la aprehensión del cargamento de 4.020 kg de cocaína (el mayor de los detectados en el puerto de la capital catalana) y con la detención de ocho presuntos integrantes de la trama en España y dos más en Paraguay.