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La participación de 34 naciones invitadas demuestra el creciente interés en esta plataforma de cooperación política y económica, que está desafiando el tradicional dominio occidental y abriendo nuevas posibilidades para la solidaridad internacional.
Los BRICS, conformados por India, China, Rusia, Brasil y Sudáfrica, han demostrado su capacidad para fomentar un desarrollo económico ascendente basado en la cooperación y la complementariedad. Esta alianza ha permitido a sus miembros resistir el impacto de sanciones occidentales y generar una dinámica comercial y de inversión mutuamente beneficiosa. En particular, Rusia ha utilizado su participación en los BRICS para contrarrestar las sanciones impuestas por Occidente, reorientando su comercio energético hacia Asia-Pacífico.
El contexto de sanciones y tensiones geopolíticas ha impulsado a numerosos gobiernos a considerar la posibilidad de unirse a los BRICS. Los países del tercer mundo, al integrarse a este grupo, podrían acceder a inversiones y tecnologías avanzadas, contribuyendo así a su propio desarrollo industrial. Con China como su líder económico indiscutible, los BRICS están llamados a transformarse en un bloque económico mundial que promueva el multilateralismo en todas sus dimensiones.
El éxito de los BRICS ha llevado a la expansión de su membresía. La invitación a Colombia para unirse a este grupo representa un paso significativo en este sentido. Expertos como Sergio Rodríguez Gelfenstein ven en esta expansión un catalizador para la integración sudamericana, uniendo a países con diversas realidades políticas y económicas bajo una visión compartida de desarrollo y cooperación.
Sin embargo, la integración total de América del Sur en los BRICS no es una tarea fácil. A pesar de la invitación a Venezuela y Argentina, los procesos de integración regional avanzan a diferentes ritmos y enfrentan desafíos únicos. Aunque la alianza con los BRICS podría acelerar este proceso, la heterogeneidad política y económica de la región plantea retos importantes.
El papel geopolítico de los BRICS es cada vez más destacado. Estas naciones no solo buscan un mayor poder económico, sino también una transformación del sistema internacional hacia un enfoque más equitativo y basado en la cooperación. A medida que más países buscan unirse a los BRICS, el grupo podría desempeñar un papel aún más influyente en la reconfiguración del orden mundial.
Los BRICS representan una alternativa sólida al multilateralismo tradicional liderado por Occidente. Su capacidad para fomentar el desarrollo económico, resistir sanciones y promover la cooperación internacional los convierte en un actor importante en la arena global.
La expansión de su membresía, con la invitación a Colombia, sugiere un potencial para fortalecer la integración sudamericana y contribuir a la construcción de un sistema internacional más equitativo y cooperativo. Aunque el camino hacia una América del Sur completamente integrada en los BRICS es desafiante, la visión compartida de desarrollo y solidaridad podría allanar el camino hacia un futuro más prometedor.