En menos de un mes, los números miden el cambio promovido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la política exterior brasileña frente a la gestión del expresidente Jair Bolsonaro. El petista ya se ha reunido con representantes de 15 países durante este período, mientras que su antecesor mantuvo encuentros bilaterales con mandatarios de 31 naciones a lo largo de cuatro años.
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La agenda también sufrió un cambio representativo y comenzó a centrarse en temas que quedaron fuera, como el clima y los derechos humanos.
Lula ya participó en tantas reuniones de este tipo en 2023 como lo hizo Bolsonaro en sus primeros tres meses de mandato. El contraste tiende a aumentar. El actual ocupante del Palacio del Planalto pretende realizar una amplia incursión internacional hasta diciembre.
Este lunes, el PT debe recibir al canciller alemán, Olaf Scholz, y tiene programado un viaje a Estados Unidos el día 10, donde se reunirá con el presidente Joe Biden. En marzo debería ir a China y, en el mes siguiente, a Portugal y al menos a tres naciones africanas, entre ellas, probablemente, Angola.
Sin embargo, un aspecto impactó en las millas de Bolsonaro. Los dos años de apogeo de la pandemia de la Covid-19, una crisis sanitaria a escala mundial, prácticamente impidieron viajar. Aun así, en su primer año de gobierno, sin pandemia, el expresidente estuvo con mandatarios de nueve países. Lula, en 2003, cuando asumió por primera vez el Planalto, se sentó con representantes de 28 naciones.
Sin embargo, la disparidad va más allá de los números. Bolsonaro siempre dejó clara su resistencia al diálogo con jefes de Estado y de Gobierno que no están en sintonía ideológica con él. En ese escenario, pocos líderes internacionales se reunieron dos veces con el entonces presidente. En esa lista están Viktor Orbán, de Hungría; Andrzej Duda de Polonia; y Donald Trump, entonces presidente de EEUU, todos ellos vinculados a la derecha más radical.
Bolsonaro ni siquiera tuvo una reunión bilateral con los centristas Emmanuel Macron, de Francia, o Angela Merkel, canciller alemana durante buena parte del mandato del expresidente. La semana pasada Lula visitó a Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay y conservador.
Por otro lado Brasil volverá a negociar con Sudamérica, con América Latina, con África, con Europa, con los países asiáticos, porque ese es el papel de un país de 215 millones de habitantes, que en 2006 llegó a ser la 6ª economía del mundo , hoy es 13, dijo Lula en su visita a Argentina y Uruguay la semana pasada
El aislamiento de Bolsonaro quedó claro en episodios simbólicos, como durante la reunión del G20 en Roma, en 2021. En la ocasión, solo fue recibido por el primer ministro Mario Draghi, de Italia, el país anfitrión. Las imágenes mostraban al brasileño solo mientras otros dirigentes hablaban entre ellos.
Fuente: Con información de Globo