El Gobierno de México informó del rescate de 31 migrantes que estaban secuestrados por un grupo armado desde el sábado pasado en el estado de Tamaulipas, en la frontera con Estados Unidos.
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No se ofrecieron detalles de qué cuerpo ni en qué circunstancias había concretado el salvamento o cuál de los grupos irregulares que operan en la región estuvo detrás del secuestro, perpetrado el sábado y confirmado el martes por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
En el grupo había migrantes de Colombia, Venezuela, Honduras, Ecuador y México, que se desplazaban en un autobús en la carretera Reynosa-Matamoros para asistir a su cita de asilo ante autoridades estadounidenses en Brownsville, Texas (EEUU), y fueron interceptados por elementos armados y cubiertos con pasamontañas.
Del grupo inicial de 36, cinco venezolanos fueron abandonados en uno de los vehículos a los que fueron trasladados los secuestrados, cuando los captores se cruzaron el martes con oficiales de la Guardia Nacional, y decidieron huir a pie de la escena.
El vocero de la Presidencia de México, Jesús Ramírez Cuevas, agregó que los 31 rescatados se encontraban “en manos de las autoridades para la revisión médica correspondiente”, luego de haber sido liberados en la municipalidad de Río Bravo.
La noticia también fue confirmada por la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, que tiene a su cargo la política migratoria del estado y quien agregó que los migrantes estaban “sanos y salvos”.
Autoridades de seguridad habían revelado este miércoles que estaban haciendo seguimiento de la señal de los teléfonos celulares de los secuestrados, y analizando los videos del autobús en el que viajaban, además de rastrear la zona con perros adiestrados.
Mientras tanto,la canciller Alicia Bárcena se mantenía en contacto con los Gobiernos de los países de origen de los migrantes afectados.
Una investigación de la agencia Reuters reveló un patrón de secuestro y en ocasiones abuso sexual de migrantes en su tránsito hacia Estados Unidos.
Datos de la consultora InSight Crime indican que el secuestro de migrantes mueve cerca de 20 millones de dólares cada año en México.