Un ataque suicida este 30 de enero en una mezquita ubicada en Peshawar, Pakistán, dentro de un complejo policial dejó hasta el momento 32 muertos y más de 140 heridos, unas cifras que según las autoridades aumentarán debido a la cantidad de fieles que se encontraban en el lugar al momento de la explosión.
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Según la Policía, entre 300 y 350 personas se congregaban en la mezquita a la hora del rezo cuando el atacante se escabulló hasta las filas delanteras y detonó sus explosivos.
"Nos han dicho que el terrorista estaba en la primera fila", dijo el ministro de Defensa, Khawaja Asif, a la local 'Geo TV'.
El impacto de la explosión derrumbó el tejado de la mezquita, que se vino abajo y dejo decenas de heridos, adelantó Zafar Khan, agente de policía local, a la agencia AP.
En los primeros balances liberados por las autoridades, se estima que la mayoría de las víctimas sean uniformados policiales dado que la sede religiosa está ubicada dentro de un extenso complejo que da cabida al cuartel general de la policía de Peshawar.
Por su parte, Ghulam Ali, gobernador de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, de la que Peshawar es capital, dijo que cerca de 150 personas habían resultado heridas, la mayoría de ellas agentes de policía.
Los equipos de emergencia trabajan este lunes para retirar los escombros y rescatar a las personas que aún quedan bajo los muros de la edificación.
Según la policía, muchos de los heridos se encuentran en estado crítico.
La explosión se produjo en un lugar especialmente sensible de Peshawar, a unos 50 kilómetros de la frontera con Afganistán, situación que llevó al Gobierno pakistaní a poner a todo el país en máxima alerta.