"Para Alberto Olivares, la decisión de hacerlo [dejar de votar a los demócratas] en 2020 fue algo así como divorciarse de la familia. Pero su razonamiento era claro: 'El partido ya no me representaba', dice el exoficial fronterizo de 54 años. Actualmente, en el condado de Starr, que no ha respaldado a ningún candidato presidencial republicano en más de 100 años, los votantes siguen cada vez más su ejemplo", explica el diario.
En ese sentido, el artículo recuerda que en el 2012, el 86% de los votantes en el condado texano votaron por el entonces candidato demócrata, el presidente Barack Obama; en 2016, el 78% apoyó a Hillary Clinton. Pero ya en el 2020 la situación era otra y Joe Biden obtuvo apenas el 52% de los votos.
¿Conservadurismo?
Este noviembre, los dirigentes republicanos confían en que en Starr una mayoría votará por Trump, el candidato del partido opositor para estos comicios.
"Creo que la gente de este condado está lista por primera vez para votar por un presidente republicano", dice Olivares en la nota. "Los latinos, sin importar cuál sea su origen, son en gran medida personas conservadoras".
Según expertos, este cambio en el pequeño condado es representativo de una tendencia más amplio que está ocurriendo en la comunidad latina a lo largo del país. Si bien en décadas pasadas los hispanos se sentían atraídos por el interés en cuestiones vinculadas a los derechos laborales y civiles por parte de los dirigentes demócratas, la transición de este partido a temas vinculadas al aborto y una agenda social más liberal ha alejado a muchos votantes latinos. Y si bien, como la nota señala, la comunidad latina en EEUU está lejos de ser un grupo monolítico, que incluye tanto a la diáspora cubana de la Florida, rabiosamente anticomunista y votante histórica del Partido Republicano, como jóvenes en centros urbanos que pueden estar más movilizados por cuestiones que tienen que ver con la política migratoria, es innegable que "el entusiasmo por los demócratas entre los latinos ha disminuido", asegura el Financial Times.
El rol de Harris
Siguiendo esta inclinación, antes de ser forzado a renunciar a su candidatura para estos comicios, el presidente Joe Biden se encontraba empatado con Donald Trump en la intención de voto entre personas hispanas, con algunos sondeos poniendo incluso al candidato republicano por delante del actual mandatario. Ahora, con el reemplazo por Kamala Harris, los analistas creen que algunos latinos podrían volver a considerar votar por los demócratas, aunque será difícil que los márgenes vuelvan a ser tan amplios como en el pasado. Esto sucede, además, en un momento en que el voto latino es más importante y cuantioso que nunca.
"La población latina alcanzó más de 62 millones en 2020 (aproximadamente 1 de cada 5 estadounidenses) y ha superado a la población afroamericana para convertirse en el segundo grupo étnico más grande del país. El número de votantes latinos elegibles saltó de 14,3 millones en 2000 a aproximadamente 36,2 millones este año, duplicando su proporción en el electorado a casi el 15%", detalla el FT.
En una carrera reñida, concluye la nota, y en un electorado cada vez más grande, este trasvase de votos podría tener grandes implicancias, especialmente en el pequeño grupo de estados en disputa (como Nevada y Arizona, con ambos teniendo casi un 25% de población latina) que determinarán quien será el próximo presidente de los EEUU, dado el sistema de Colegio Electoral que rige en el país norteamericano.
"Los hispanos siguen votando mayoritariamente por los demócratas, pero la situación está cambiando", le dijo al FT Eduardo Gamarra, profesor de ciencias políticas en la Universidad Internacional de Florida y director del Foro de Opinión Pública Latina. "Y ese cambio podría ser suficiente para sellar el destino de los demócratas en las elecciones de 2024".
(Vía Sputnik)