En un lamentable incidente que tuvo lugar el pasado lunes durante un debate en el Parlamento búlgaro sobre enmiendas a la Ley de Protección contra la Violencia Doméstica, el diputado Vezhdi Rashidov, perteneciente al partido conservador populista Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), fue sorprendido realizando comentarios despectivos dirigidos hacia las mujeres, llamándolas "putas" por ejemplo, mientras creía que su micrófono estaba apagado.
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Estos comentarios desencadenaron una reacción inmediata y enérgica tanto dentro como fuera del ámbito político del país.
Durante un receso en la sesión, Rashidov pronunció expresiones hirientes que fueron captadas por el micrófono encendido. Su aseveración de que "todas las putas se despertaron para recordar después de 15 años que fueron violadas" generó indignación y condena generalizada.
La insensible elección de palabras por parte del diputado subrayó la importancia de la discusión sobre la violencia doméstica y la necesidad de abordarla con respeto y sensibilidad.
Posteriormente, Vezhdi Rashidov ofreció disculpas por sus comentarios, reconociendo que el lenguaje empleado era inaceptable, especialmente en el contexto actual. Manifestó su pesar hacia el público búlgaro y hacia todas las víctimas de violencia, aunque sus disculpas no disminuyeron la gravedad de sus palabras ni el impacto negativo que tuvieron.
La reacción no se hizo esperar. El partido al que pertenece, GERB, organizó una reunión en la misma jornada exigiendo la renuncia de Rashidov a sus cargos como miembro del Comité Ejecutivo del partido y como presidente del Comité de Cultura y Medios de la Asamblea Nacional. Las demandas de renuncia reflejaron la urgente necesidad de mantener altos estándares de conducta y respeto en la esfera política.
En consonancia con la presión ejercida por su partido y ante la magnitud de la controversia generada, Vezhdi Rashidov finalmente optó por dimitir de ambos cargos, según lo anunciado en un comunicado en la página oficial del partido en Facebook. Si bien su renuncia a estos cargos representa un paso en la dirección correcta, es esencial que se continúe promoviendo un entorno político y social donde los comentarios ofensivos y discriminatorios no tengan cabida.
Este incidente subraya la importancia de que los líderes y representantes políticos actúen con responsabilidad y respeto en todo momento, especialmente cuando están debatiendo asuntos sensibles y cruciales como la violencia doméstica.
La reacción contundente de la sociedad y del partido político involucrado demuestra que la comunidad está atenta a la conducta de sus líderes y espera que se mantengan los más altos estándares éticos en la esfera pública.