En su cuenta de X, la profesional explicó los motivos del alejamiento.
"Culpables sin juicio, denunciados sin derecho a defensa"
"Lo del título es lo quiere y lo que grita, dejando la garganta, un sector de la sociedad.
En el país que vivimos se pretende, mediante amenazas, agresiones, hostigamientos e insultos que los denunciados por determinados delitos -que según la moralidad actual son más graves que un homicidio agravado-, no tengan derecho a defensa, no tengan un profesional que vele por sus derechos mientras son inocentes. Estado de inocencia que preserva y garantiza nuestra Constitución, esa misma que pretenden bastardear e ignorar. Prohibirían, desde su atalaya moral de dudosa legitimidad, que se ejerza con diligencia la función de representación legal hasta, y durante, un juicio en el que se arribe a la verdad o, por lo menos, se esté más cerca de ella luego de valorar todas las pruebas.
El sistema actual, que impone la oralidad argumentativa, permite que se vendan relatos para el afuera, narrativa muchas veces alejada de las propias evidencias.
Esos mismos que hoy acusan, amenazan y escrachan, seguro van a querer la mejor defensa si ellos/ellas, sus hijos, padres o hermanos son denunciados y entienden ser víctimas de una denuncia falsa, armada en busca de revancha, dinero, despecho o incluso “fama”.
El proceso penal ha sido desvirtuado durante toda la etapa previa al juicio oral, solo en busca de una horda de gente malintencionada, que pretende que cualquier denunciado sea condenado sin que medie el debido proceso y se cumpla con todas las garantías.
¿Qué hubiese pasado si Paula Diaz no decía que había mentido?
¿Qué hubiese pasado si iba más allá y decía que quien era candidato a presidente la había violado?
Seguramente, todos lo que hoy piden la cancelación de un profesional solo por ejercer la carrera para la que estudió (y que es la garantía de un estado de derecho), pedirían prudencia, harían silencio o simplemente callarían. Y eso sería lo correcto.
Me alejo de un caso en el que fui víctima de todo tipo de ataques: mi paz y mi familia están primero.
Lamentablemente, no voy a poder ser parte de un juicio en donde se pueda demostrar que no todo es lo que parece.
Creo en lo que dice Sebastián: por eso asumí su defensa. Creo en elegir a quien defiendo y sé por qué lo hago, pero todo tiene un límite.
Nadie merece ser llamado culpable antes de una sentencia que los condene pasada en autoridad de cosa juzgada.
Veremos cómo se sostienen las imputaciones de quien fue mi defendido y los 22 delitos al ex senador… El tiempo y el proceso lo dirán. Mientras, otros, apresurados, se regodean y disfrutan sacando la bandera de la moralidad barata, vapuleando al estado de derecho y negando el derecho de toda persona a tener una defensa y un juicio justo.
Vivimos en una sociedad donde la cancelación, los agravios, las amenazas, y los insultos se apañan, se enaltecen. Y quienes los practican se enorgullecen y aplauden entre ellos como una claque de sitcom noventosa.
Si quienes siguen a cargo de la defensa logran demostrar que esto no es lo que parece, los mismos que hoy suenan como una horda de moralistas ideologizados dirán que fue el poder que “compró” a la Justicia, porque para el ladrón todos son de su condición.
Éxitos en lo que se viene queridos colegas, cuentan con todo mi apoyo y respeto. Confío en su profesionalismo, su calidad humana y el amor por esta profesión que cuesta sacrificio, lágrimas y vida.
P.D: No soy ni la primera ni la última que, tristemente, ha sufrido estos ataques, pero por mi exposición pública, soy yo quien decide exponer esta situación y decido dar un paso al costado, a pesar de confiar en la inocencia de quien hasta hoy fue mi defendido".