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Política Partido Nacional | elecciones juveniles | escrutinio

Los resultados

Elecciones juveniles del Partido Nacional: ¿Hay wilsonismo?

Luego de un largo y complejo proceso de escrutinio, la semana pasada se dieron a conocer los resultados de las elecciones de jóvenes del Partido Nacional.

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Los principales dirigentes del Partido Nacional saben que las elecciones juveniles no son un termómetro exacto de su potencial electoral con miras a una elección con voto obligatorio. Sin embargo, es una buena oportunidad para evaluar la capacidad de sus estructuras, marcar presencias y foguear a nuevos dirigentes.

La movida para las elecciones juveniles fue grande. Salieron a la cancha los representantes de las ligas mayores, los jóvenes y los que acompañaron a los jóvenes. Tal es así, que se armaron alianzas y sublemas, apoyos de un lado y de otro. Algunos se animaron a jugar solos y medir sus fuerzas de cara a las internas que se vienen. Apenas faltan tres meses, es pasar el verano y el Partido Nacional empezará a moverse de cara a 2024. Cuando llegue el último ciclista, para cuando termine la semana Santa o de Turismo, varios dirigentes han dejado entrever que arrancan.

Los resultados

Con los números arriba de mi escritorio, podemos decir que los resultados del escrutinio definitivo pusieron de relieve el peso de los liderazgos territoriales en el partido, la tradición de algunas listas y los nuevos posicionamientos con final abierto.

Aire Fresco, la agrupación que se identifica esencialmente con el Presidente Lacalle, y que hoy disputan su titularidad el secretario Álvaro Delgado y el ministro Martín Lema, fue el grupo más votado, con 39,47%. En esta elección el movimiento del presidente sumó las voluntades más importantes en el interior del país; allí el peso de los intendentes fue grande. Y la chacra chica de Lacalle Pou en Canelones hizo lo suyo.

La histórica lista 71 del herrerismo, que acaba de cumplir sus primeros 30 años, se llevó el primer puesto en Montevideo. En el resto del país anduvo medio floja y en algunos ni siquiera figuró.

El espacio 40, liderado por el ministro Javier García votó bien en Montevideo, llevándose el tercer puesto de los votos capitalinos y el 7,57 en el escrutinio final.

El grupo liderado por los intendentes Enrique Antía y Sergio Botana denominado Mejor país, es el claro ejemplo de liderazgos territoriales. El mayor caudal electoral de ese grupo lo aportó el hoy senador Botana. Vinieron de su feudo arachán. Antía aportó la mitad de los votos de Maldonado, donde corrió pelo a pelo con el diputado Rodrigo Blás, que le sumó sus votos a la 71. El caso típico de peso territorial es Colonia, con el liderazgo absoluto del intendente Moreira, que casi anuló otras posibilidades de manifestación electoral. Moreira abrió su lista propia de jóvenes a la que mayoritariamente adhirió la juventud nacionalista del departamento.

La vicepresidenta Argimón, quien por primera vez se midió en las urnas, abrió su propio kiosco, Futuro Nacional, y apenas alcanzó el 1,48% de los votos. Es cierto que es una agrupación muy joven que comenzó a abrirse camino dos o tres meses antes de la elección juvenil. El caso de Argimón es peculiar porque no mide mal en las encuestas cuando se la visualiza como eventual candidata a las próximas elecciones nacionales.

Alianza Nacional, el histórico grupo creado por Jorge Larrañaga, votó muy mal. Ha quedado muy fragmentado y ha perdido muchos dirigentes en el camino, entre ellos varios intendentes, incluido el mismísimo jefe comunal de Paysandú.

El sublema Alternativa, creado por el senador Jorge Gandini, fue la sorpresa de la elección. Gandini empezó a pensar en grande cuando presentó su lista para la elección del último Directorio y se alzó con tres lugares. Cuando el verano pasado primereó en salir a defender la LUC por todo el país, optimizó las recorridas y fue zurciendo a lo largo y ancho del territorio. En estas elecciones abrió en los 19 departamentos. Salió primero en Río Negro, el 20% de los votos de la capital y el 24% en Maldonado. El día que se celebró el homenaje a Carlos Julio Pereyra en la histórica Casa de los Lamas, el expresidente Lacalle, saludó a viva voz al Senador Gandini diciéndole “este es mi candidato”. El senador se sonrió y hoy festeja. Se ubicó tercero cómodo en las elecciones juveniles.

Flor de interna

Estas elecciones dejaron al descubierto la necesidad para muchos de estrechar filas, de rearmarse y de ver de qué manera se paran en la cancha pensando en 2024. El pasado sábado en Punta del Este se organizó un encuentro del grupo Mejor País, que nuclea al denominado grupo de los intendentes, que tiene entre otros al jefe comunal de Maldonado, Enrique Antía, el exintendente arachán, hoy senador Sergio Botana, y la coordinadora general de descentralización de OPP, María de Lima (única representante de este grupo en el gobierno de Lacalle Pou, como se encargaron de puntualizar, tanto Antía como Botana).

Este grupo intentó dar una señal de que son colaboradores del gobierno, pero sin perder identidad propia. El encuentro del ala que se autodenomina wilsonista, nombre que comparten con los nucleados por Alianza Nacional, la gente de Argimón y el grupo de Gandini, se desarrolló en Punta del Este, en un momento por demás complejo en el adentro del Partido Nacional. Hoy la competencia interna está centrada en una de las alas tradicionales, la que hoy está aglutinada bajo el amplio paraguas de Todos Hacia Adelante.

Esto generó la desilusión de muchos nacionalistas entre los que se encuentra el mismísimo Lacalle Pou, que entiende necesaria que ensanche la base social del Partido y no que se dirima en la cancha chica. Por eso todos los movimientos que ocurran en la pata wilsonista son mirados con mucha atención en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, pero también por otros posibles precandidatos fuera del grupo oficialista, como la vicepresidenta Argimón y el senador Gandini. La lectura del relacionamiento varía entre los distintos líderes blancos, muchos de los cuales mandaron distintos mensajes al encuentro en saludos que hicieron llegar al congreso de este grupo. El secretario Delgado, la vicepresidenta Argimón, el ministro Javier García, mandaron cartas a los amigos y el intendente Moreira pasó a saludar.

Ese mismo día, pero en San José, se realizó una reunión de la agrupación ampliada de Alianza Nacional para evaluar cómo siguen adelante después de la magra votación en la elección de os jóvenes y la dispersión del sector tras el fallecimiento de su líder Jorge Larrañaga.

Se termina 2022 y son muchos los dirigentes que en público repiten como un mantra “falta mucho para 2024”. Entre los blancos solo hay uno que ha dicho públicamente que piensa en ser candidato: el Senador Jorge Gandini que tras un pedido de los militantes de su agrupación (Por la Patria) contestó que era de blancos asumir la responsabilidad.

Del resto de los que tienen aspiraciones a buscar su lugar dentro de las precandidaturas, ninguno hasta ahora ha declarado su intención electoral de manera pública.

La vicepresidenta Argimón, en la reunión evaluatoria de su agrupación, fue consultada directamente por el joven dirigente Wilson Ferreira Sfeir, y si bien no lo negó, postergó la respuesta definitiva al año próximo.

Las encuestas siguen marcando una tendencia, el favoritismo por el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. A sus dirigentes más cercanos dentro de su sector, Aire Fresco, les manifiesta su voluntad de ser candidato. Ante la prensa todavía evita hacer alusión y prefiere contestar con evasivas.

En el escenario de eventuales candidatos también figuran la intendenta que no fue, Laura Raffo, y el ministro Martín Lema.

El wilsonismo

Finalizando el año y con este escenario, nos preguntamos si están en condiciones de reflotar el wilsonismo. Si no es simplemente un nombre diferencial que utilizan algunos actores políticos del Partido Nacional para separarse y tomar distancia del grupo liderado por el Presidente Lacalle Pou. Una suerte de marca de fábrica que usan algunos dirigentes para mostrarse como el ala progresista del viejo partido.

El wilsonismo sin Wilson en la actualidad ha quedado relegado a la idea de gobernabilidad y a cartas vistas perdiendo en el camino los principios programáticos que caracterizaron su versión originaria.

No olvidemos que los elementos constituyentes del wilsonismo en cuanto a corrientes de ideas, dentro del Partido Nacional, fueron consagrados en “Nuestro Compromiso con Usted”.

Las principales ideas que el movimiento Por la Patria presentó como plataforma en el año 71 estaban condensadas en ese documento y no parecen compatibles con las ideas y la plataforma política que lleva adelante el Partido Nacional en la actualidad. El carácter wilsonista que habían exhibido durante su juventud varios dirigentes que hoy ocupan cargos de gobierno, se fueron diluyendo poco a poco hasta llegar a participar del Congreso de las Derechas (todas ellas extremas) que tuvo lugar en Montevideo.

Veremos cómo se van acomodando las fichas del tablero. Las nuevas generaciones de jóvenes blancos que salieron a jugar su propio partido han conversado con Caras y Caretas: Santiago Gutiérrez, Aparicio Saravia y Wilson Ferreira Sfeir, entre otros, sueñan con armar un polo renovador con cabezas jóvenes con ganas de pelearla. Wilson Ferreira Sfeir aspira a generar un ala wilsonista donde gente de todos lados se sienta bienvenida. En eso anda su trillo. Aparicio Saravia quiere un grupo wilsonista fuerte.

Serán ellos los que empiecen a escribir su propia historia y a elegir el camino. ¿Habrá wilsonismo?

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