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Política pobreza | infancia | Lustemberg

Con la diputada del FA Cristina Lustemberg

«Gobierno y sistema político se tienen que hacer cargo de pobreza infantil»

Lustemberg, quien presentó en 2021 un proyecto de ley para "dar garantías a la primera infancia", aseguró que el tema de la pobreza infantil es invisibilizado por los medios y los partidos políticos.
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La diputada por el Frente Amplio Cristina Lustemberg dijo a Caras y Caretas que el gobierno y el sistema político tienen que “hacerse cargo” del problema “estructural” que existe en Uruguay sobre la pobreza, sobre todo llegando a consensos y apostando por un política de Estado que trascienda administraciones.

“El Gobierno actual se tiene que hacer cargo así como también todos los integrantes del sistema político. Sabemos que pese al aumento de inversión del gasto público durante el gobierno del FA, tampoco fue suficiente para resolver temas estructurales referidos a la infancia. Uruguay tiene que tomar esto como una prioridad porque es inadmisible que en un país donde hay tan pocos niños no tengamos un Estado presente que garantice el piso básico de servicios de calidad y públicos para tener oportunidades para desarrollarse”, afirmó en diálogo con esta revista.

En los últimos días, el Instituto Nacional de Estadística informó que la pobreza en Uruguay en 2022 bajó casi un punto porcentual con respecto al 2021, al llegar al 9,9 por ciento. Sin embargo, el 17,3 por ciento de los niños entre 6 y 12 años es pobre, seguido por los menores de 6 años, con 16,5% y el tramo entre los 13 y 17 años, que registró un 15,3%.

Lustemberg, quien presentó en noviembre de 2021 un proyecto de ley para “dar garantías a la primera infancia”, aseguró que el tema de la pobreza infantil es invisibilizado por los medios y los partidos políticos.

“Aunque todos los integrantes del sistema político decimos que es una prioridad, realmente hay que visualizarlo con políticas de Estado, que trascienden a los gobiernos de turno. Requiere de un acuerdo de todo el sistema político, gobierne quien gobierne, esto debe ser una prioridad en la asignación de los recursos y cómo se monitorea y se realiza la política pública [...] Ningún político te va a decir que no le interesa la política dirigida a la infancia, ahora eso se ve en cuánto se invierte, cómo se diseñan las políticas y que no estén fragmentadas”, agregó.

¿Cómo definiría la situación de la pobreza en Uruguay luego de que se conocieron las cifras de 2022 hace unos días?

Los datos siguen siendo preocupantes, la pobreza está concentrada en los hogares donde hay niños, niñas y adolescentes. Si bien la pobreza medida por ingresos disminuyó con respecto al año 2022-2021, estamos muy preocupados que no pueda haber niveles de exitismo tan grande cuando hoy la pobreza sigue estando concentrada en los hogares donde hay niños, niñas y adolescentes. Cuando se desagrega por edad, la pobreza en los menores de 6 años de forma anual aumentó con respecto al 2021. Disminuyó unos decimales en el grupo etario de 6 a 11 y sigue estando concentrada de forma muy preocupante en los hogares donde hay niños, niñas y adolescentes.

Es un problema grave que Uruguay tiene que resolver de forma estructural. Hay niveles de exitismo, decir que fue un descenso contundente, cuando atrás de la pobreza infantil siempre hay adultos que no están consiguiendo los ingresos suficientes. La política a la infancia y adolescencia no se puede diseñar si uno no tiene en cuenta el acceso a la vivienda que tienen esas familias, a la salud mental, si no hay un sistema integrado de cuidados potente que genere que hombres y mujeres que quieran tener hijos tengan un Estado presente para que puedan compensar su inserción económica con la crianza, que genera autonomías económicas en las mujeres, realmente estamos en dificultades.

Es un tema estructural, no es de ahora, en los gobiernos del Frente Amplio se fueron disminuyendo los niveles de pobreza, pero igual es un problema estructural, Uruguay tiene la pobreza concentrada en los hogares de niños, niñas y adolescentes.

En Uruguay hay 240.000 niños entre 0 y 5 años, de ellos, hay casi 55.000 niños que se encuentran en situación de pobreza y otro tanto que está en los márgenes de la pobreza.

¿En dónde radica principalmente el problema?

Uruguay realmente tiene un problema sustantivo en el diseño de cuánto invierte el Estado que impacte en los hogares con niños y adolescentes. Los países con mayores niveles de capital humano, invierten cuatro veces más en términos de PIB que lo que estamos haciendo nosotros.

A veces prestamos más recursos, pero tienen que ir medidos en términos de calidad de inversión. Ahí tenemos problemas. Nosotros estamos en el Parlamento promoviendo una ley de garantías para la primera infancia, infancia y adolescencia que ordena la fragmentación del Estado uruguayo. Un niño que tiene una enfermedad grave, vinculada a una alteración de su desarrollo, trastorno del espectro autista, tiene que emigrar en algunas prestaciones del BPS y otras algún prestador del sistema integrado de salud o, lo que es más grave, esos padres tienen que invertir con su bolsillo en equipos disciplinarios para sostener a ese niño y ni hablemos para una persona trabajadora con magros ingresos o para la población más vulnerada lo que eso significa.

Esta ley permite ordenar lo presupuestal por problema, tiene sistemas de información única. Hoy en Uruguay nacen muy pocos niños para que tengamos estos niveles de pobreza altísimos. Esto hace que haya una multiplicidad de intervenciones sobre las familias que están desarticuladas y generan desgaste y mala utilización de recursos.

Si esta política pública no está dotada de materialidad y tengo 30.000 niños que están en hogares en emergencia habitacional, sigo teniendo un problema. Quiero destacar que el FA ha apoyado todas las medidas que este gobierno ha propuesto, que impactan en los hogares de niños, niñas y adolescentes. Pero seguimos manteniendo que Uruguay tiene problemas estructurales, tenemos que hacer algo diferente.

Hay estudios sobre el sistema educativo que señalan que los niños que tienen alguna alteración de aprendizaje con 3 o 4 años, ya tienen claros problemas para transitar su trayectoria educativa en cuanto a la calidad. Por donde lo mires, en Uruguay tenemos problemas. Hay situaciones gravísimas de violencia, 7.035 niños, niñas y adolescentes que en 2021 vivieron situaciones de violencia, lo cual representa un aumento del 43 por ciento con respecto al 20 y solamente casi un 10 por ciento de esos niños tiene respuesta por parte del Estado.

La pobreza sigue concentrada en los hogares donde hay mujeres y hogares monoparentales, está concentrada en los departamentos donde hay mayores cifras de desempleo, está vinculada a la población afro, que tiene mayores niveles de pobreza.

Entendemos que tiene que haber una política de Estado en donde Uruguay debe invertir más y debe haber un diseño diferente. Hay miles de niños que tienen inseguridad alimentaria, que están en hogares donde sus familias tienen necesidades básicas insatisfechas, miles de niños con problemas de salud mental, miles de niños que tienen alteraciones de desarrollo y aprendizaje. Se están haciendo acciones pero todavía están lejos de las que Uruguay debe tener.

Esta ley la venimos discutiendo hace dos años con todos los actores del sistema político. El Mides tiene varias herramientas, sobre todo para la población en mayor vulnerabilidad, estamos hablando que son unas 20.000, 30.000 familias, pero la suma de todas las transferencias no llega a ser la cuarta parte de una canasta básica de alimentación y otros servicios esenciales relacionados con la vivienda, vestimenta y educación. Algo estamos haciendo mal. Las transferencias tienen un impacto. En Uruguay son de bajo monto, pero realmente precisamos más.

El otro problema es el plan CAIF, rondan entre los 470, y la oferta pública llega a 70.000 niños entre 0 y 3 años. Prácticamente tenemos una oferta pública que alcanza a la mitad de los niños en esa franja etaria que debería tener un acceso garantizado por el Estado.

Hoy un centro CAIF atiende 4 horas. ¿Cómo una mujer que trabaja puede compatibilizar la crianza de ese hijo o hija con el centro cuando mínimo las mujeres trabajan 8 horas? Eso hace que las mujeres se desvinculen de su trabajo, profundizando los niveles de desempleo y no autonomía económica. Para muchas mujeres, la salida al mercado laboral es inviable sin un centro de cuidado de ocho horas.

Que miremos la mejora en las cifras con un nivel de exitismo y digamos que es contundente, no estamos de acuerdo. No es así. Más que la pobreza en los niños es más grave, porque se debe ver de forma multidimensional y no solo por el nivel de ingreso. Realmente ha habido refuerzos, tuvimos una pandemia, pero los problemas estructurales siguen están concentrados en los hogares donde hay niños, niñas y adolescentes.

El gobierno actual se tiene que hacer cargo así como también todos los integrantes del sistema político. Sabemos que pese al aumento de inversión del gasto público durante el gobierno del FA, tampoco fue suficiente para resolver temas estructurales referidos a la infancia. Uruguay tiene que tomar esto como una prioridad porque es inadmisible que en un país donde hay tan pocos niños no tengamos un Estado presente que garantice el piso básico de servicios de calidad y públicos para tener oportunidades para desarrollarse.

En el trabajo que usted difundió en las últimas semanas para discutir la pobreza infantil se afirma que “a menudo es invisible”. ¿El tema de la pobreza es invisibilizado en los medios y en la discusión de los partidos políticos?

Sí, esos temas son conceptuales. Aunque todos los integrantes del sistema político decimos que es una prioridad, realmente hay que visualizarlo con políticas de Estado, que trascienden a los gobiernos de turno. Requiere de un acuerdo de todo el sistema político, gobierne quien gobierne, esto debe ser una prioridad en la asignación de los recursos y cómo se monitorea y se realice la política pública.

Nosotros, con autocrítica, sabemos las cosas que hicimos, lo que logramos, y hoy estamos convocando a todos. Este tema que afecta a la seguridad, a la cohesión social, a la educación, el país tiene que priorizarlo de verdad.

Ningún político te va a decir que no le interesa la política dirigida a la infancia, ahora eso se ve en cuánto se invierte, cómo se diseñan las políticas y que no estén fragmentadas.

La ley lo que crea es un mecanismo que nos permite ordenar la inversión actual, dónde tenemos dificultades para mejorar la gestión, invertir más, pero a su vez ordena lo presupuestal.

Cada familia es un universo diferente y requiere que el Estado sea garante para que los niños puedan tener un piso mínimo de oportunidades. No se resuelve en cinco años este problema.

Siempre vamos de atrás mientras que el futuro de los niños siempre es hoy, requiere de un sistema político que esté pensando en la vida de los niños y adolescentes y estemos pensando a mediano y largo plazo.

¿Existe una disposición por parte del sistema político y del gobierno en hacer acuerdos en este tema interpartidarios? ¿Cómo cree que el gobierno ha abordado la pobreza y la inseguridad alimentaria?

Tenemos que seguir trabajando para que esto sea una política de Estado, pero también hay orientaciones ideológicas diferentes. Como Frente Amplio, tenemos una lógica de Estado que garantice derechos y no un Estado que se reduce a la mínima expresión, que cree en la meritocracia y que la autonomía económica y piso de oportunidades se garantiza sin que todos tengamos acceso a la salud, vivienda, educación y el mundo del trabajo. Tenemos puntos de encuentro en algunas políticas que se han implementado, siempre pedimos un plan organizado, y diferencias vinculadas a problemas graves como inseguridad alimentaria, que no son de ahora. Hay problemas estructurales. Creo que hay que buscar puntos de encuentro porque el problema de la pobreza es muy grave, hay que rediseñar los sistemas de transferencia, legislar de forma diferente. No puede haber niños viviendo inseguridad alimentaria en un país productor de alimentos. Cada gobierno hace esfuerzos, pero nunca llegamos a los puntos estructurales, sobre todo a la infancia más vulnerada. Eso requiere que haya políticas públicas.

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