En respuesta a la presentación de la Rendición de Cuentas, Arbeleche parece recurrir a un relato que intenta desviar la atención de la crítica, afirmando que los números presentados no ilustran la realidad ni justifican el estado en que se dejó al país.
Sin embargo, lo que realmente importa son los datos contundentes que reflejan el manejo deficiente de las cuentas públicas.
Su carta, dirigida a la presidenta del Partido Nacional, se asemeja a una estrategia marketinera que busca evitar un debate serio, ya que Arbeleche ha optado por atacar al comité fiscal asesor instalado durante su propia administración y por criticar los datos sobre pobreza multidimensional difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a pocas horas del cambio de mando.
Los desastres de su administración anterior, como ya nos tenía acostumbrados, el Partido Nacional vuelve a cargárselos al gobierno del Frente Amplio, así como sucedió entre 2015 y 2020.
En esta ocasión, nuevamente faltan argumentos sólidos y lo que se hace es dejar un mensaje que evade la responsabilidad de una conducción económica que no solo fue deficiente sino también caracterizada por la falta de gestión y transparencia. Este legado ha llevado al país a una situación más complicada, con mayores niveles de endeudamiento, un déficit fiscal alarmante, un aumento de la pobreza, una creciente desigualdad y un estancamiento en el desarrollo social y económico.
La robustez del equipo económico actual y la seriedad de sus informes contrastan de manera alarmante con la falta de transparencia y la deficiente gestión de la administración anterior. En este sentido, es evidente que se dejaron de publicar numerosos boletines, estadísticas e informes cruciales, lo que refleja una grave falta de compromiso con la rendición de cuentas y la gestión pública.
Mientras tanto, los parlamentarios del Partido Nacional han anunciado su intención de no votar a favor de la Rendición de Cuentas. Este acto, más que un desacuerdo político, parece una estrategia irresponsable y revanchista que busca desviar la atención de la gestión desastrosa que dejó su administración y de la necesidad urgente de abordar los desafíos económicos y sociales que enfrenta el país.
La Rendición de Cuentas presentada por la actual administración es un reflejo innegable de las fallas estructurales y de gestión del gobierno de coalición. La falta de responsabilidad y la evasión del debate serio sobre las reales condiciones del país solo perpetúan la crisis y desmerecen a una ciudadanía que exige transparencia y soluciones efectivas.
El camino hacia adelante requiere de un compromiso genuino con la rendición de cuentas y un enfoque centrado en la recuperación de las finanzas y el bienestar social que hoy depende de la madurez política que se muestre en el Parlamento.