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Política Rendición de Cuentas | administración anterior |

EL LEGADO

La Rendición de Cuentas: un espejo del desmanejo fiscal del gobierno de coalición

El gobierno de Yamandú Orsi presentó una Rendición de Cuentas que revela el desastre que dejó la gestión fiscal de la administración anterior.

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La reciente presentación del proyecto de ley de Rendición de Cuentas por parte de la actual administración ha puesto en evidencia la profunda problemática que dejó el gobierno de coalición y el equipo económico del Partido Nacional. Este documento, que recopila información esencial sobre las cuentas públicas y el estado de la economía, revela el desastre que representó la gestión fiscal de la administración anterior, la cual no solo ha dejado un déficit alarmante, sino también una realidad social en crisis, con organismos y programas públicos desmantelados y serias debilidades en su gestión.

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención fue la carta enviada por la exministra de Economía, Azucena Arbeleche, quien lideró, o al menos debería haberlo hecho, el equipo responsable de este manejo fiscal tan cuestionado.

Durante su gestión se observó un aumento del déficit, un incremento alarmante de la deuda, y una inquietante falta de claridad en las cifras presentadas.

La actual administración se enfrenta a una herencia de compromisos y desequilibrios que complican aún más el panorama. Resulta inaudito que, en un contexto como este, la exministra exprese su sorpresa por no tener claridad sobre los compromisos y el déficit fiscal, lo cual resulta lamentable dado el trasfondo de su gestión.

En respuesta a la presentación de la Rendición de Cuentas, Arbeleche parece recurrir a un relato que intenta desviar la atención de la crítica, afirmando que los números presentados no ilustran la realidad ni justifican el estado en que se dejó al país.

Sin embargo, lo que realmente importa son los datos contundentes que reflejan el manejo deficiente de las cuentas públicas.

Su carta, dirigida a la presidenta del Partido Nacional, se asemeja a una estrategia marketinera que busca evitar un debate serio, ya que Arbeleche ha optado por atacar al comité fiscal asesor instalado durante su propia administración y por criticar los datos sobre pobreza multidimensional difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a pocas horas del cambio de mando.

Los desastres de su administración anterior, como ya nos tenía acostumbrados, el Partido Nacional vuelve a cargárselos al gobierno del Frente Amplio, así como sucedió entre 2015 y 2020.

En esta ocasión, nuevamente faltan argumentos sólidos y lo que se hace es dejar un mensaje que evade la responsabilidad de una conducción económica que no solo fue deficiente sino también caracterizada por la falta de gestión y transparencia. Este legado ha llevado al país a una situación más complicada, con mayores niveles de endeudamiento, un déficit fiscal alarmante, un aumento de la pobreza, una creciente desigualdad y un estancamiento en el desarrollo social y económico.

La robustez del equipo económico actual y la seriedad de sus informes contrastan de manera alarmante con la falta de transparencia y la deficiente gestión de la administración anterior. En este sentido, es evidente que se dejaron de publicar numerosos boletines, estadísticas e informes cruciales, lo que refleja una grave falta de compromiso con la rendición de cuentas y la gestión pública.

Mientras tanto, los parlamentarios del Partido Nacional han anunciado su intención de no votar a favor de la Rendición de Cuentas. Este acto, más que un desacuerdo político, parece una estrategia irresponsable y revanchista que busca desviar la atención de la gestión desastrosa que dejó su administración y de la necesidad urgente de abordar los desafíos económicos y sociales que enfrenta el país.

La Rendición de Cuentas presentada por la actual administración es un reflejo innegable de las fallas estructurales y de gestión del gobierno de coalición. La falta de responsabilidad y la evasión del debate serio sobre las reales condiciones del país solo perpetúan la crisis y desmerecen a una ciudadanía que exige transparencia y soluciones efectivas.

El camino hacia adelante requiere de un compromiso genuino con la rendición de cuentas y un enfoque centrado en la recuperación de las finanzas y el bienestar social que hoy depende de la madurez política que se muestre en el Parlamento.

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