El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, se refirió este jueves en rueda de prensa a la situación del agua y asumió “la responsabilidad del momento”. Además, descartó por el momento una rebaja de tarifas, reclamada por distintos actores por la menor calidad del agua.
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“En la urgencia que tenemos es trabajar en dar la mayor calidad de agua posible con los recursos hídricos que hoy tenemos”, dijo el mandatario, y reconoció que el “momento es complejo”.
Consultado por sobre una posible rebaja de tarifa, como reclama el director de OSE por el Frente Amplio Edgardo Ortuño y el sindicato de la empresa estatal, respondió: “No, por ahora no. Vamos rumbo a obras que son muy costosas para el estado (en referencia al proyecto Arazatí). No parece el momento para hacer este tipo de exoneraciones".
Además, alertó que de prolongarse el déficit hídrico podría empeorar la calidad del agua.
Este jueves el ministro de Ambiente, Roberto Bouvier, aseguró a la prensa que el agua de OSE, en estos momentos, "si vamos a puntos técnicos no es potable". El responsable de la cartera aseguró: "Hay una definición muy estricta, muy profesional que hizo la ministra de Salud Pública. El agua no es potable en la definición perfecta de la potabilidad porque no cumple estrictamente con los indicadores. Pero es bebible, que es otra definición que casi enmarca la otra".
Potable significa, estrictamente, "que se puede beber", de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española; si no es potable, entonces, no es bebible. La segunda acepción, coloquial, es "pasable, aceptable".
¿Qué significa que el agua sea bebible, qué diferencias tiene con que sea potable? Hasta ahora no hay respuesta oficial. Cabe suponer, analizando los dichos gubernamentales de los últimos días, que se puede consumir sin riesgo para la salud.