Sin condenar en ningún momento la acción militar azerí en Nagorno Karabaj (Artzaj) ni la expulsión de la población armenia de sus tierras, el gobierno uruguayo emitió una tímida declaración en la que apela al diálogo entre las partes y anuncio que “continuará monitoreando” la evolución de los acontecimientos.
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Doce días después del inició de la operación militar azerí y del comienzo de la expulsión de la población armenia de Nagorno Karabaj la Cancillería emitió una declaración con sus puntos de vista sobre los hechos.
“El gobierno uruguayo ha seguido con preocupación el agravamiento de la situación en Nagorno-Karabaj y el desplazamiento de la población de origen armenio”, señala el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Sostiene que “esta situación conlleva serias implicancias humanitarias y compromete a Azerbaiyán ante la comunidad internacional para garantizar la seguridad y el respeto pleno a los derechos humanos de esa comunidad”.
Uruguay se suma, mediante esta declaración, al llamado de “múltiples actores” para “el cese inmediato de la violencia”.
Para la Cancillería “es impostergable el diálogo y la adopción de medidas de fomento de la confianza entre el gobierno de Azerbaiyán y los pobladores de origen armenio de Nagorno-Karabaj, que permitan garantizar su salida y retorno al territorio bajo completas condiciones de seguridad”.
Termina indicando que Uruguay continuará “monitoreando con atención” la evolución de la situación en el Cáucaso Sur. Exhorta a las partes “a abstenerse de adoptar medidas que agudicen las tensiones y agraven la situación de los derechos humanos de la población civil”.
El pasado 19 de septiembre, Azerbaiyán comunicó el inicio de una "operación antiterrorista" en Nagorno Karabaj para lograr "la retirada de las tropas armenias" de ese territorio, mientras que Ereván negó la presencia de sus tropas en la región y tachó la operación de una "agresión" contra el pueblo de Nagorno Karabaj.
Al día siguiente, el Ministerio de Defensa Azerbaiyán anunció que se había llegado a un acuerdo sobre una tregua, pero la más reciente espiral de violencia en Nagorno Karabaj costó la vida a 192 militares azeríes y dejó heridos a otros 512, así como también fallecieron en los enfrentamientos seis miembros del contingente ruso de paz emplazado en la región.