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Política

Los desentendidos

¿Qué dijeron Sanguinetti y Lacalle sobre el espionaje ilegal durante sus gobiernos?

Los expresidentes negaron haber ordenado espionaje, pero aclararon que lo que sí se hizo fue "recoger" y "recopilar información".

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El pasado jueves jueves se conoció un dictamen del fiscal penal de Delitos Económicos y Complejos Enrique Rodríguez, que archivó una denuncia por espionaje militar y policial en democracia, por considerar que los delitos habían prescripto.

A pesar de solicitar el archivo por ese motivo, Rodríguez concluyó en su investigación que “es contundente la evidencia obtenida en cuanto a que, efectivamente, se efectuaron acciones irregulares e ilícitas de espionaje desde 1985 y en principio, hasta el 2005, por agencias de inteligencia del Estado”.

Dichas actividades ilegales, tuvieron como objetivo a partidos políticos, líderes y partidarios de los mismos, movimientos populares, sindicatos, organizaciones sociales y también a integrantes de “Poderes del Estado” y “un Ente Autónomo”.

En cuanto al modo de operar, el fiscal determinó que la “tarea ilegal se desarrolló mediante seguimientos, infiltraciones (..), escuchas mediante captación de comunicaciones telefónicas; ingreso ilegal a domicilios, locales u otros inmuebles y fluido intercambio de información proporcionada por otras personas a las que se les pagaba por ese “trabajo””.

Por estas actividades fueron consultados Julio María Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle Herrera, dos de los tres expresidentes de la República en cuyos mandatos fueron efectuadas las tareas descriptas por el fiscal.

Ambos exmandatarios dieron declaraciones un tanto ambiguas, en las que negaban y no tanto la actividad de espionaje a personajes y organizaciones políticas.

Sanguinetti, presidente en los períodos 1985-1990 y 1995-2000, calificó la resolución del fiscal como “un disparate”, negó haber ordenado espiar a alguien y manifestó que no “cree” que “haya ocurrido”.

Sin embargo, sostuvo que las agencias de inteligencia del Estado “siempre” deben atender lo que sucede en el ámbito político y sindical. “Pero eso es recoger información, no se está espiando”, alegó.

Por su parte, Lacalle Herrera también negó haber ordenado espiar, pero aclaró que “lo que hay es recopilar información”, tal como lo expresó Sanguinetti.

“Nunca ordené ni me hago responsable de un espionaje porque nunca se ordenó por parte de la jerarquía superior, que es el presidente de la República. Lo que hay es recopilar información, que es distinto a espionaje”, señaló a radio Universal.

A esto agregó que “hay dos maneras de encarar el espionaje, si desde el mando político superior se requiere una información que hay que obtener de la manera normal, eso pasa todos los días. Lo hace la CIA, el Mossad, en Argentina inteligencia policial y la inteligencia militar”.

Aunque aclaró que “no puede imputarse a un mando, si es que lo hubiera habido, una responsabilidad por lo que no mandó, por lo que no conocía”.

“La responsabilidad objetiva de que si un funcionario de la aduana hace una cosa mala no va a ser responsable el presidente”, ejemplificó.

De todos modos, Lacalle admitió que “cuando hubo que hacer cambios en Inteligencia”, ordenó y recibió “todas las operaciones”.

Con estas en su conocimiento, el expresidente decía “esta sí, esta no”. “Me hago responsable de lo que yo consideraba para el país hacer”, concluyó.

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