Ni China, ni Estados Unidos. Sin un Tratado de Libre Comercio con China, ni con EEUU, como ambicionaba, el presidente Luis Lacalle Pou, busca ahora un premio menor del gobierno de Biden.
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Después de que China le advirtiera que, sin el Mercosur, no existe la posibilidad de un TLC solo con Uruguay, el presidente cambió el rumbo y comenzó a mirar para donde más le gusta: Estados Unidos.
Tiró líneas para un posible TLC y comenzó a hacer los deberes que lo llevaran a una charla con Joe Biden. Pero, una vez más, se quedó sin el premio mayor.
En su lugar, desde el hemisferio norte, decidieron premiarlo con dos palmadas en los hombros. Por un lado, se le otorgó un premio del foro internacional la Gold Insign, que se da a los jefes de Estado que se portan bien con ellos (y que "fueron elegidos democráticamente por el pueblo, y cuyos liderazgos tienen un impacto profundo en sus países bla bla bla").
Y por otro lado, fue recibido por el mandatario norteamericano, Joe Biden, para agradecerle su posición sobre Venezuela y destacar la “gobernabilidad” de Uruguay, lo que fue tomado por la diplomacia uruguaya como un "gran paso".
Sin embargo, hay otra lectura. Uruguay será puesto a prueba por un tiempo, y si reúne las condiciones exigidas, se presentará en el senado norteamericano un proyecto de ley que declare la eliminación aranceles para todos los productos uruguayos que no tengan limitación de cuotas.
Y, además, un premio extra, como ceresita de la torta: se sacará el requerimiento de visa para los empresarios y se empezará a analizar dejar de exigir visa a cualquier ciudadano de Uruguay.
Ahora bien, para lograr este objetivo, la Casa Blanca analizará antes, si el gobierno de Lacalle Pou "cumple con los criterios de elegibilidad para la designación como país del programa de exención de visa bajo la sección 217 de la Ley de Inmigración y Ley de Nacionalidad”. Gratis no hay nada.
Esto significa que en un plazo de 90 días desde la promulgación de la ley, el secretario de Seguridad Nacional, “en consulta con el secretario de Estado, presentará al Congreso un informe” que incluirá la “evaluación” correspondiente. Eso definirá si Uruguay “cumple los criterios de elegibilidad” para entrar en el programa de exención de visas.
De no cumplir, se le dará una descripción detallada de los deberes que tendrá que hacer para sacar un aprobado.
Quedan varias preguntas por responder:
¿Cuánto tiempo pasará hasta eso? ¿Cuáles son las exigencias planteadas al gobierno? ¿Sucederá todo esto antes de que Lacalle Pou deje la presidencia? y muchas otras.
Para conocer las respuestas, tendrá que correr mucha agua bajo el puente.