El joven abogado Nicolás Martinelli, figura del riñón lacallista, asumió como director general del Ministerio del Interior, cargo que hasta el miércoles pasado ocupó Luis Calabria.
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Tras las deliberaciones entre el ministro Luis Alberto Heber y el presidente Luis Lacalle Pou, surgió -y no por casualidad- el nombre de Martinelli para ocupar el número tres de esta cartera, al que Calabria renunció luego de que trascendiera que usó los servicios del Hospital Policial, justo en medio de una polémica (¿o persecución?) en torno al senador frenteamplista Charles Carrera.
Al confirmarse la noticia, varios dirigentes nacionalistas y jerarcas del gobierno salieron a celebrar la nueva designación para el asesor de Lacalle Pou y notoria figura de Aire Fresco.
El ministro Heber no ahorró elogios: "Es excelente, sólido jurídicamente y comprometido políticamente".
José Luis Satdjian, subsecretario del Ministerio de Salud Pública, le dio su respaldo partidario a través de un mensaje en su cuenta de Twitter: “Total confianza en @Ni_Martinelli para continuar la tarea de @LuisCalabria en el Ministerio del Interior. Capacidad demostrada para el desafío”.
Otro jerarca del círculo de confianza de Lacalle Pou, el ministro Martín Lema, también salió al ruedo de las redes sociales para alabar las dotes de Martinelli y a reafirmar su confianza para su nuevo cargo. "Sus grandes atributos como persona y profesional harán que esté a la altura de la responsabilidad", escribió.
Historial "de confianza"
Con este nuevo puesto en el Ministerio del Interior, Martinelli reafirma que es "el hombre de confianza" del presidente y de su sector, Aire Fresco, y quizás sea un paso para "marcar de cerca" las líneas de trabajo en un ministerio que está, como dice el dicho popular, en el ojo de la tormenta.
Martinelli despegó como suplente de Martín Lema en la lista 404 a Diputados. Y cuando asumió el actual gobierno fue designado como asesor y como director general de Secretaría del Ministerio de Desarrollo Social.
Los memoriosos recordarán que en esos primeros meses de gobierno multicolor, Martinelli fue la voz cantante, casi como un "paladín de la justicia", en una serie de denuncias sobre la gestión frenteamplista.
Su ascenso político y mediático fue acelerado y, tras ese cargo en el Mides pasó a desempeñarse como asesor directo del presidente de la República.
Desde ese puesto clave asumió varias áreas de trabajo, como en el proceso de cierre de Casa de Galicia y el tratamiento de varios asuntos vinculados con el sector industrial cannábico.