La sentencia del TSJ, dada a conocer en los pasados días, explica que una de las razones tiene que ver con su participación en el caso de corrupción diagramado por el exdiputado opositor Juan Guaidó, que dio lugar a un bloqueo internacional que sufre el país. Cabe recordar que, para vergüenza de todos, con el apoyo de EEUU, Guaidó se autoproclamó ante el mundo como presidente de Venezuela, algo que generó revuelo en lo inmediato pero que rápidamente se desinfló, y el mundo se dio cuenta del papelón al que se asistía. Corina Machado formó parte de estos intentos por desconocer la democracia venezolana y los resultados electorales.
El despojo contra Venezuela y su cargo oficial en Panamá
Otro de los puntos que señala la resolución tiene que ver con su participación en el robo de empresas y riquezas del pueblo venezolano en el extranjero, como el caso de la empresa Citgo que fue entregada "con un valor aproximado de treinta y cuatro mil millones de dólares americanos (USD 34.000.000.000,00) a la empresa canadiense Crystallex por mil quinientos millones de dólares americanos (USD 1.500.000.000,00)".
Por otro lado, una de las razones potentes que poco se habla en las cadenas televisivas y medios de comunicación, tiene directa relación con la participación de Corina Machado como representante oficial de Panamá ante la OEA en 2014. Concretamente fue nombrada por el Gobierno de Panamá como embajadora alterna frente al organismo internacional, en una clara maniobra contra Venezuela que pretendía introducir por la ventana la situación venezolana al debate de la OEA y lograr una intervención sobre el país el caribeño.
El haber aceptado dicho ofrecimiento la condujo a perder su calidad de legisladora hace 10 años. De ahí es que surge la resolución de la Contraloría General y en la cual se basa el TSJ.
De esta manera, Machado habría incumplido con el artículo 191 de la Constitución venezolana, el cual establece determinadas prohibiciones para los legisladores. La carta magna de Venezuela indica que "los diputados y diputadas a la Asamblea Nacional no podrán aceptar o ejercer cargos públicos sin perder su investidura, salvo en actividades docentes, académicas, accidentales o asistenciales, siempre que no supongan dedicación exclusiva". Corina Machado hoy es puesta en escena por las grandes cadenas mediáticas como una víctima del “chavismo”, pero debe subrayarse que esta persona participó de las movidas políticas que causaron una conmoción económica del país al solicitar sanciones, formar parte de una maniobra para robarle a Venezuela los bienes internacionales, buscando desestabilizar la situación financiera y con ello derrocar al gobierno venezolano.
Venezuela rechaza la injerencia
La resolución del TSJ despertó una campaña internacional encabezada por EEUU anunciando sanciones económicas sobre el petróleo, gas y oro. De esta manera se echa por tierra lo acordado en octubre de 2023 en Barbados y se retoma el camino de las sanciones para buscar imponer sus intereses.
Los anuncios norteamericanos motivaron la inmediata reacción de Venezuela, la Asamblea Nacional rechazó por unanimidad la injerencia de Estados Unidos y emitió un comunicado. En él expresa que repudia y rechaza “cualquier forma de ultimátum emanado del Gobierno de los Estados Unidos haciendo eco a los aplausos del extremismo violento de los apellidos de las oligarquías nacionales de ultraderecha fascista”.
Así mismo, ratificaron la necesidad de continuar por el camino trazado por los acuerdos de Barbados para las elecciones presidenciales del 2024. Otro de los puntos importantes de la declaración tiene que ver con la convocatoria a "una gran mesa de diálogo nacional amplio e incluyente que sume a los factores económicos, políticos, sociales, empresariales, partidos políticos” entre otros, con el objetivo de definir un cronograma electoral presidencial.
Venezuela en una disputa geopolítica mundial
El continente latinoamericano hace décadas viene siendo escenario de disputas entre los poderes hegemónicos. En la actualidad, el recrudecimiento de las posiciones norteamericanas respecto a Venezuela y otros países de la región tiene que ver, precisamente, con una disputa más global, que tiene repercusiones directas en el continente. La grave situación por la que atraviesa Medio Oriente, en particular luego de la incursión del ejército israelí en la Franja de Gaza, promueve más inestabilidad y genera potencialmente nuevos escenarios de conflicto. La guerra contra Palestina llevada adelante por el Gobierno de Israel ha contribuido a exacerbar los enfrentamientos. Los riesgos de una escalada y de una generalización del conflicto con la participación de otros países con mucho peso regional, como Irán, son reales y amenazan la estabilidad mundial. El Mar Rojo es escenario de este conflicto que afecta el comercio y, especialmente, puede poner en peligro el abastecimiento y venta de petróleo para las grandes potencias.
En este contexto, el petróleo venezolano es como agua en el desierto para los señores de la guerra. Más teniendo en cuenta que el precio del crudo ha crecido fruto de las acciones militares de los hutíes en Yemen. Las sanciones económicas que busca reiniciar Biden y el Pentágono están pensadas no para defender la democracia ni la libertad de los venezolanos. EEUU no sólo busca impedir un “respiro” económico de Venezuela teniendo en cuenta el panorama del crudo a nivel mundial, sino que además lo que pretende es profundizar la situación económica y financiera.
De esta manera, lo que pretende la Casa Blanca es llevar a situaciones extremas a la población caribeña y propiciar acciones desestabilizadoras desde adentro, pero con apoyo y financiamiento exterior. Un reciente Informe de los Servicios de Investigación del Congreso norteamericano concluyó que las sanciones aplicadas contra Venezuela han sido ineficaces en “desalojar a Maduro del poder y contribuyeron a una crisis económica que ha llevado 7.7 millones de venezolanos a huir”. Es decir, que los tomadores de decisión conocen de primera mano que, si bien no han podido generar cambios drásticos en la política venezolana, las sanciones impuestas sí han promovido la pauperización de las condiciones de vida de millones de venezolanos. A pesar de no conseguir sus objetivos políticos, seguirán poniendo de rehén al pueblo de Venezuela.
No es la primera vez, ni será la última que EEUU lleva adelante este tipo de operaciones, pero conviene recordarlas dentro del enclave geopolítico para ayudar a comprender lo que está sucediendo.
EEUU no sólo busca disputar posiciones con China y Rusia a nivel mundial, además lo hace con Irán, quien tiene intereses también en la región. En el conflicto de Medio Oriente, probablemente sea uno de sus principales escollos, debilitar a Venezuela es, de alguna manera, impactar en Irán y sus posibilidades de expansión. Toda la puesta en escena con María Corina Machado debe verse y analizarse a la luz de todo este escenario planetario.