En realidad, los mosquitos, que se alimentan de la sangre humana para poder incubar sus huevos, son atraídos por las emisiones de dióxido de carbono y de ácido láctico.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Como resultado, suelen picar más a los adultos, pues emiten más dióxido de carbono al respirar y sudar que los niños.
Las personas altas y las mujeres embarazadas también están en la zona de riesgo, pues generan más ácido láctico. Al mismo tiempo, se sabe que la piel de algunas personas emite una especie de repelente natural que aleja a los insectos.
Existen numerosos repelentes químicos. Los que ampliamente han demostrado su eficacia son los compuestos a base de DEET. Este compuesto es recomendado en zonas de riesgo de transmisión de enfermedades por picadura de mosquito. Se puede encontrar además repelentes menos agresivos como los realizados a base de citronela pero su eficacia no ha sido demostrada. Existen también aparatos y programas de software que generan señales acústicas (ultrasonidos) y que se anuncian como eficaces repelentes de mosquitos. Sin embargo, su ineficacia ha sido demostrada en numerosos estudios.
El tipo de sangre también influye en la actividad de los mosquitos. Las personas con la sangre del grupo 0 son las más atractivas para estos diminutos insectos: a ellas les pican el doble que a las de los grupos A y B.
Los insectos también prefieren ciertos colores. El negro y el rojo son sus favoritos, mientras que el amarillo y el verde no son de su gusto. Los olores también importan: a los mosquitos les encanta el olor del alcohol —especialmente, el de la cerveza— y los perfumes florales y cítricos.