El gremio de OSE advirtió que la situación del agua ya está afectando a las industrias. Según explicó el dirigente Federico Kreimerman ya hay datos extraoficiales de que el nivel de cloruro y sodio es más elevado al autorizado. Este lunes, el sindicato junto al Pit-Cnt brindarán una conferencia de prensa sobre el tema.
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"Nosotros lo que queremos alertar es que ahí las autoridades se van a ver enfrentadas a unas decisiones serias entre el suministro en sí de agua o enviar agua 100% salada, que estamos hablando de 10 veces más los parámetros que teníamos antes", indicó Kreimerman.
Sobre las industrias afectadas, mencionó la alimenticia, lácteos, medicamentos, embotelladoras de refrescos o cervezas.
"Nos consta ya que los datos actuales ya están más elevados que los permisos que se han solicitado. Ya estamos por arriba, así que no es de extrañar que en breve se solicite aumentar aún más al Ministerio de Salud y ver qué medida se toma a partir de eso", indicó.
También se refirió al recurso de amparo por el que el ente, presidencia y Ministerio de Ambiente deberán concurrir este lunes a las 13:00 ante el Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Dijo que si bien no lo presentaron ellos, fue Gustavo Salle Lorier junto a otras personas, estarán atentos.
Además, el gremio reclama frenar corte de personal y que el gobierno suspenda la licitación del proyecto Arazatí.
"El proyecto Neptuno no hubiera sido nunca una solución a esto. El proyecto Neptuno utiliza agua del Río de la Plata, que es lo que está trayendo el problema ahora, y no quita sal. No está previsto que quite sal".
Sobre la situación actual, el dirigente dijo que, si no hay precipitaciones, en 20 o 30 días la salinidad del agua que sale por las canillas “se va a elevar varias veces más, diez veces más de lo que estábamos acostumbrados, para ser más explícito”. En ese escenario, sostuvo, el agua de OSE ya no sería apta para el consumo de la población general y se limitarían “otros usos domésticos”, como, por ejemplo, “la higiene o el lavado de la ropa”. Esto además exigiría “disponer de un plan en serio para hospitales, escuelas y centros de diálisis, porque no se puede mandar esa agua”.