El Sindicato de Trabajadores de la Industria Química (STIQ) se declaró en preconflicto por el posible cierre de las plantas de Alcoholes del Uruguay (ALUR) en Capurro (planta biodiésel) y Paysandú (planta de bioetanol).
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Esta mañana se desarrollaron asambleas para informar a los trabajadores y trabajadoras del conflicto, tras lo cual partió una caravana hacia Montevideo, que recorrerá el litoral del país y pasará por la planta de Paysandú.
Luego de que se conociera que un artículo de la Rendición de Cuentas enviada al Parlamento plantea la eliminación de la obligación de mezclar biodiésel que tiene Ancap, el sindicato anunció el preconflicto y dio inicio a las movilizaciones.
La organización había advertido que el cierre de las plantas significaría la pérdida de alrededor de 4000 puestos de trabajo, directos e indirectos. En ese sentido, se manifestaron “en defensa del trabajo, de los entes públicos, de la independencia energética y del medio ambiente”.
Caras y Caretas Portal consignó el comienzo de las movilizaciones en Bella Unión (Artigas).
La punta del iceberg
Durante una asamblea con los trabajadores, Gerardo Rodríguez, presidente de la Federación Ancap (Fancap), se pronunció sobre la situación que se vive en Pueblo Belén (Salto). A fines de mayo se conoció que Alur dejaría de arrendar un predio de caña de azúcar allí, lugar en el que trabajan cerca de 40 personas, alegando los malos resultados económicos del predio y los altos costos de producción.
Rodríguez se refirió al hecho como “la punta del iceberg” de una intención por parte del gobierno de “desmantelar toda la pata social y productiva de Ancap”.
Además, apuntó a una contradicción en esto con la postergación de la suba de combustibles, hecha con la finalidad de “subsidiar a los malla oro”.
“Si (el gobierno) tiene que subsidiar a los “malla oro”, a los sectores agroexportadores, si el pueblo tiene que poner 60 millones de dólares pa’ eso se pone, porque están mano abierta con el capital”, señaló Rodríguez.
El dirigente manifestó que no pasa lo mismo con el proyecto productivo de Pueblo Belén, “que cuesta 180 mil dólares por mes”. “Con el subsidio que le hicieron a los “malla oro”, postergando el aumento de los combustibles, subsidiaban a (Pueblo) Belén durante 333 años”, agregó.
Rodríguez atribuyó esta decisión a una política de “desmantelar toda la pata social y productiva de Ancap y transformar un proyecto social en un proyecto empresarial (que) empieza en Belén y empieza en Capurro”.
Añadió que “sería un error profundo (..) si pensáramos que lo de (Pueblo) Belén termina en Belén, que lo de Capurro termina en Capurro, es el comienzo, es la punta del iceberg”.
Batalla cultural
Por último, Rodríguez criticó los argumentos de inviabilidad económica esgrimidos para el cierre de actividades productivas de Alur.
Afirmó que el proyecto industrial de Alur, “desde el primer eslabón hasta el último no es rentable, porque no fue creado para eso, está subsidiado por 90 millones de dólares”.
“Si nosotros aceptamos calladamente que nos cierran un proyecto productivo porque no es rentable, estamos abriendo la puerta a que nos barran a todos. Porque acá no es rentable ni Capurro, no es rentable Belén, no es rentable Paysandú, ni tampoco lo es Bella Unión”, advirtió Rodríguez refiriéndose a los lugares donde Alur tiene emprendimientos productivos.
“Hay una batalla cultural en esto que tenemos que dar”, remató el dirigente.
- Sindicato de Trabajadores de la Industria Química en Bella Unión
- Sindicato de Trabajadores de la Industria Química en Bella Unión
- Sindicato de Trabajadores de la Industria Química en Bella Unión


