La secuencia clave sucede desde las 14:36 horas, minuto en el que Nacho empieza a trepar el portón —con púas de 20 cm— y es tironeado por el primero de los policías de la Guardia Republicana de la Unidad de Caballería en llegar al portón.
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El violento procedimiento que precedió a la muerte de Nacho Suárez
Durante un año, las únicas declaraciones en la carpeta de investigación eran las del primer policía, que omitió los actos que cometió durante el minuto clave del procedimiento, y de dos guardias de seguridad de la empresa Fagrem, que se contradicen. Uno reconoce que el policía lo tironeó de la pierna, mientras que el otro omite esa acción al igual que el policía. Además, el único testimonio de un hincha presentado por los investigadores de la Zona III de la Policía solo narra desde el momento que logran bajar a Nacho e intentan reanimarlo en el piso.
Para Caras y Caretas y la defensa de la familia no fue demasiado difícil llegar a varios testimonios contundentes de hinchas que contradicen la versión policial que indica que el desenlace fatal fue accidental. Estas personas aseguran que el violento proceder de la Policía fue determinante para provocar la muerte de Nacho.
Por ejemplo, Andrés manifestó que fue la sujeción del primer policía lo que provocó que Nacho caiga violentamente sobre las púas del portón perimetral. Señaló que el accionar policial fue “completamente violento” desde el primer momento, y recién reaccionaron cuando notan que el joven estaba inconsciente. “Ahí caen en lo que están haciendo realmente y cambian la actitud”, aseveró Andrés. “Si nadie lo cinchaba de atrás, pasaba para el otro lado”, sostuvo.
Nacho fue tironeado por el primero de los policías que se desmonta del caballo y lo toma del tobillo izquierdo, cinchándolo para abajo, haciendo que Nacho se caiga sentado sobre el portón y se incruste una púa a la altura de la pelvis. Luego lo golpea en el rostro varias veces con un palo y con el puño, y a continuación lo somete con una mata león (llave estranguladora utilizada en las MMA).
Recién después de tres minutos pudieron bajar a Nacho, pero ya estaba inconsciente. La ambulancia del SUAT demoraría más de cinco minutos en llegar al lugar y no saldría de la zona del Campeón del Siglo hasta, por lo menos, media hora después de haber sido introducido en el móvil de la emergencia médica.
Las imágenes del primer minuto (que se pueden apreciar en una serie de tres videos, uno de ellos proporcionado por Peñarol) dan cuenta de que el accionar policial fue primero imprudente, segundo violento y desproporcionado, y tercero, torpe y cruel, por intentar bajarlo como lo hicieron, jaloneando hacía abajo.
La tardanza y un misterioso cambio de móvil en el medio de la ruta son algunos de los tantos aspectos irregulares que señalan los amigos que siguieron el traslado de Nacho desde principio a fin, hasta la dolorosa noticia en el block quirúrgico del sanatorio Caamepa de Pando, a las 16:30 horas del sábado 13 de mayo, por parte de un parte del Dr. González, quien constató la “muerte violenta” de Juan Ignacio.
Las contundentes imágenes de la autopsia
“Van dos años, pero para mí fue ayer; tengo su imagen en mi mente todo el tiempo. Como madre pido justicia, que la nueva fiscal (de Flagrancia) Sandra Fleitas tome cartas en el asunto, ya que el fiscal anterior, Leonardo Morales, no hizo nada, no investigó; tenían que hacerle una denuncia para que lo jubilaran y ahí parecieran las fotos de autopsia”, dijo a Caras y Caretas Claudia Gularte, la mamá de Nacho.
Las imágenes de la autopsia son una evidencia que la defensa de la familia de Nacho venía exigiendo desde hace meses. La inacción del exfiscal de Flagrancia de 8° Turno, Leonardo Morales, provocó que lo denunciaran ante la jueza de la causa.
El 2 de julio de 2024, la jueza de garantías de Primera Instancia en lo Penal de 45° Turno, María Noel Odriozola, intimó al fiscal Morales a que diligencie, en un plazo de cuatro meses, todo el material probatorio solicitado por la defensa de la familia de Nacho Suárez, incluidos los registros fotográficos de la autopsia del cuerpo.
Incumplido el plazo por el fiscal Morales, la familia Suárez, representada legalmente por el abogado de Servicio Paz y Justicia (Serpaj) Rodrigo Rey, envió una carta a la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) para denunciar la situación y reclamar la "incorporación inmediata" de las pruebas, y solicitaron la "apertura del expediente" para "investigar las causas que explican la falta de incorporación de esta evidencia".
El 7 de noviembre, el director del INDDHH, Bernardo Legnani, envió dos cartas: a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Elena Martínez, y a la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, para ponerlas al tanto sobre la ausencia de las imágenes en la carpeta investigativa.
"La falta de este respaldo fotográfico es alarmante dado que el procedimiento de reconstrucción fotográfica de la herida es fundamental para una adecuada valoración de la evidencia testimonial, y sustentar así la muerte brutalmente violenta por la fuerza policial desmedida que se ejerció sobre el joven", expresaban las misivas enviadas por el INDDHH a las accedió Caras y Caretas.
Unas semanas después, aparecieron las 14 imágenes. Fueron incorporadas a la carpeta de investigación por parte de la Policía científica.
Denunciarán encubrimiento
“Sospechamos que esas imágenes fueron de alguna manera celosamente resguardadas”, explicó a Caras y Caretas el Dr. Rey, quien adelantó que pedirán una ampliación de la denuncia para que se investiguen “posibles delitos de encubrimiento”.
Pero ¿por qué los policías de la Zona Operacional III omitieron enviar las fotos con otras evidencias a la Fiscalía y mantuvieron en secreto estas imágenes por casi dos años, siendo éstas tan relevantes para esclarecer el caso?
La respuesta parece estar en algunas de las imágenes que son “muy concluyentes” y “muestran la brutalidad de la actuación policial”, dijo el abogado de la familia de Nacho. “El tipo de herida determina el tipo de conducta”, argumentó el defensor, en referencia al "desgarramiento del escroto al pecho" de más de 20 cm producido tras incrustarse una púa de la reja de un portón perimetral del estadio.
El informe presentado el 14 de mayo de 2023 por el Instituto Técnico Forense de la Morgue Judicial de Pando determinó que la causa de la muerte de Nacho fue un “shock hipovolémico producto de una herida punzante en escroto y abdomen”.
"Las imágenes son muy claras al reflejar la maniobra de tracción, de ejercicio desmedido y desproporcionado de fuerza física por parte de los policías”. Uno de ellos directamente se “colgó” y “apalancó” del cuerpo de Nacho “profundizando el desgarramiento”, figuró. “Nadie puede autoinfligirse esa herida”, aseveró Rey.
“No es justo que la Guardia Republicana actuara de esa manera pegándole, cinchándolo y desgarrándolo como un perro. Era un gurí que solo quería ver a su cuadro jugar”, expresó Claudia. “El día que Nacho falleció, nadie de la Policía vino a decirme lo que había pasado, al contrario, estaban todos en el Caamepa (sanatorio de Pando) y cuando me vieron llegar se fueron”, cuestionó la madre de Nacho.
La ocultación intencional y/o negligente de esta evidencia fundamental abre la sospecha de una acción corporativista de las fuerzas de seguridad en pos del blindaje penal de uno de sus miembros. En particular, del primer agente de la Guardia Republicana que tironeó imprudentemente y golpeó a Nacho cuando se encontraba arriba del portón, por pasar hacia la tribuna. Del otro lado lo esperaban dos guardias privados de la empresa Fagrem, contratados por Peñarol.
La incorporación a la carpeta de los registros de las GoPro de los guardias privados son otras de las evidencias que forman parte de lo omitido por el fiscal Morales. “¿Dónde está el resto que solicitó la Sra. jueza?”, preguntó Claudia. En referencia también a las GoPro de la Republicana “que dieron 6 y declararon 7, solo del momento que le hacían RSP”, apuntó. También cuestionó que Peñarol haya sacado los pinchos del portón sin autorización de la Justicia, porque “es una evidencia”.
Confiados en un mejor desempeño investigativo de la fiscal Fleitas, que tomó la causa en marzo tras la jubilación de Morales, la defensa volverá solicitar que le pida a Peñarol y a la empresa de seguridad planillas de empleados de seguridad que trabajaron esa tarde en el Campeón del Siglo y el plano de cámaras del estadio.
Consultado por Caras y Caretas, el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio, dijo que “el club hizo lo que tenía que hacer” y que estos son temas de los que prefiere “no hablar”. “Que hablen los que saben, los que han estudiado el tema, el resto no aportamos nada. Todo lo que podamos decir puede lastimar a la gente que perdió a ni más ni menos que un familiar”, explicó Ruglio. Enfatizó en que “son temas que exceden a lo que uno pueda decir; y en manos de quien esté, seguro está bien tratado y tarde o temprano se sabrá la verdad”, consideró el presidente de Peñarol.
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El doloroso recuerdo de su hermana y el pedido de toda una familia
“¡Todos sabemos que a Nacho lo mató la Policía! ¡¡Y esto sigue impune!! ¡¡A 2 años de su muerte aún seguimos peleando!! ¡Que no se tapen los ojos! ¡¡Que no miren para el costado!! ¡¡¡La familia, sus amigos y la hinchada piden justicia!!!” manifestó a Caras y Caretas Thalia Mello, la hermana grande de Nacho que fue la última en la familia en verlo ese sábado a la mañana en la parada del ómnibus.
“Esa tarde yo estaba cocinando cuando recibí una llamada de mi madre. Me dijo que Nacho se había caído en la tribuna, que lo estaban llevando al hospital y que lo iban a operar. Me pidió que fuera a buscar a mi hermana porque los amigos de Nacho estaban yendo a buscarla. Vivíamos a unas seis cuadras, así que salí corriendo con el corazón en la boca. Mientras corría, empecé a llamar al celular de mi hermano, desesperada. Hasta que me llamó uno de sus amigos”, recordó. “Me dijo que Nacho estaba en el hospital, que no sabían bien qué había pasado, que estaban intentando comunicarse con los gurises que estaban con él. Cuando llegué a lo de mamá, ella estaba muy nerviosa, vistiéndose, y yo empecé a preparar a mi hermana para llevármela. Yendo por mitad de cuadra, me vuelve a sonar el teléfono. Era el mismo amigo de Nacho. Me dijo: ‘Fa, no sé cómo decirte esto... pero Nacho se murió’. En ese momento se me cayó el alma al piso. Fueron unos segundos eternos en los que no entendía nada, no sabía cómo reaccionar. ¿Cómo daba vuelta esa media cuadra y le decía eso a mi madre? ¿Cómo llegaba a casa y se lo decía a mi abuela? Fue lo más duro que me tocó hacer en la vida”, aseguró Thalia.
“Lo primero que hice fue llamar a mis tías para que vinieran a ayudarme a decirle a la abuela, porque sinceramente no sabía cómo enfrentar las dos situaciones al mismo tiempo. Escuchar a mis tías también fue desgarrador. Cuando volví, mamá estaba en la puerta y me preguntó: ‘Thalia, ¿qué pasó?’. Yo no podía hablar. Me insistía, y lo único que pude hacer fue abrazarla y decirle que Nacho ya no estaba. Ese momento... escucharla llorar así... fue cuando verdaderamente se me cayó la vida. Después llegaron los muchachos y se la llevaron al hospital. Yo volví a casa con mi hermana, que no entendía nada, pobrecita, y con mi abuela, que estaba completamente destrozada, llorando desconsoladamente”, rememoró con dolor.
Thalia recuerda a su hermano como "un pibe de familia, trabajador, responsable, que valoraba tener sus cosas propias y siempre estaba dispuesto a ayudar en lo que hiciera falta". “A mí, por ejemplo, me ayudó a levantar mi casita y eso no lo olvido más”, dijo. “Si alguien necesitaba una mano, ahí estaba él. Lloviera, hiciera frío o calor, siempre iba, aunque no supiera, porque lo suyo era estar, dar, acompañar”.
Confirmó que “era un loco apasionado por Peñarol, no se perdía un partido y guardaba todas las entradas en una carpeta, como un tesoro”. Además “le encantaba la música, los tambores, juntarse con los amigos, compartir en familia”.
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Con respecto a la Justicia, “lo que sentimos es una profunda impotencia”, aseguró. “Todo se ha manejado con una lentitud desesperante. El fiscal Morales no avanzó como correspondía; en el tiempo que tuvo no hizo prácticamente nada”, lamentó.
“La espera de todo esto es eterna, mientras que seguimos cargando con este dolor y pidiendo justicia por Nacho, ¡justicia por mi hermano!", exclamó Thalia.