La investigación
La investigación comenzó cuando los padres de un menor se enteraron de que se estaba relacionando con el ahora condenado. Esto fue develado por el hermano de la víctima, y los mayores de edad “increparon” a su hijo para que les mostrara el material audiovisual.
Fuentes de la causa aseguraron que el acusado utilizaba una “modalidad sofisticada” para lograr convencer a las víctimas de mantener encuentros sexuales, que se llevaban adelante en un hotel del departamento de Canelones.
La fiscal, a través de diferentes indagatorias policiales y pericias, logró establecer que el hombre abusó sexualmente de alrededor de 35 menores que tienen entre 12 y 15 años de edad. No todos denunciaron, aunque la Fiscalía sí los considera víctimas dado que se corroboraron los hechos.
El condenado utilizaba perfiles de juegos, por ejemplo Free Fire, para comenzar a amedrentar a las víctimas. Les hacía videollamadas y, si era de noche, les pedía que silenciaran su micrófono para que los padres de los menores no escucharan nada.
Al momento de los encuentros, el hombre llevaba comida y bebida que ofrecía a las víctimas para luego “convencerlas” de tener relaciones sexuales. Tras esto, las filmaba sin su consentimiento y las amenazaba con mostrarles el material a los padres si no concretaban otro encuentro.
Esta modalidad era repetida por el condenado con menores del exterior del país, por lo que durante años acumuló material pornográfico tanto de víctimas locales como de otras nacionalidades. En su perfil de la red social TikTok, el hombre se definía como “influencer” de juegos.