Selva Ortiz recordó cómo, desde el inicio, hubo una gran preocupación por el impacto ambiental de sustituir praderas por monocultivos de árboles, algo que describió como una de las "batallas realmente perdidas" por el movimiento ambiental en Uruguay. "Hay académicos como Daniel Panario que dice el mismo estrés ecológico que implica deforestar la Amazonía, implica poner árboles en ecosistemas de pradera", enfatizó Ortiz.
UPM ha recibido siete sanciones
La socióloga criticó duramente la tecnología utilizada por UPM, señalando que no es la última tecnología y que no es totalmente libre de cloro, lo que resulta en la emisión de contaminantes orgánicos persistentes. "Cuando decían que Botnia no contaminaba o que las empresas de celulosa tienen la última tecnología, eso es una mentira", afirmó Ortiz, destacó que la planta ha recibido siete sanciones desde que comenzó a operar, incluyendo la destrucción total del arroyo Sauce el año pasado.
Ortiz mencionó un reciente derrame de 4.000 litros de ácido sulfúrico en la terminal portuaria de UPM en Montevideo. "Hasta ahora, no tenemos más información al respecto", dijo, alertando por la falta de transparencia y control en estos incidentes.
"La política del que contamina paga es un gran negocio para las empresas".
Sanciones insuficientes
Ortiz criticó también el modelo actual de sanciones ambientales en Uruguay, señalando que las multas son insignificantes en comparación con las ganancias de UPM. "En el primer trimestre de 2024, UPM ganó €279 millones netos. Una multa de $270.000 no les afecta en nada. Es un gran negocio para las empresas", afirmó.
La falta de recursos del Ministerio de Ambiente fue otro tema destacado por Ortiz. "El Ministerio de Ambiente no tiene los recursos necesarios para llevar a cabo una política ambiental seria y segura. UPM no está respetando los protocolos, y eso lo dice el ministerio. UPM debería haber avisado inmediatamente, pero no lo hizo", afirmó.
Embed - Pasaron cosas 07 de agosto 2024