En la mayoría del mundo occidental, el Día de los difuntos forma parte de nuestra cultura occidental y cristiana. No hay sociedad imbuida de esa cultura que tenga su campo santo o cementerio.
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Algunos lo celebrarán como un acto de introspección y otros como los mexicanos, como una celebración con mas características de fiesta.
Sin embargo por las sociedades que pasó el Terrorismo de Estado, al decir del cantautor uruguayo Rubén Olivera, "no es llevándote unas flores, sino sabría a que lugar".
Mas triste paradoja es poder visitar el lugar donde se encuentran los restos o cenizas de Luisa Cuesta, Luz Ibarburu, Tota Quinteros, solo por nombrar algunas de las madres uruguayas que fallecieron sin saber el paradero de sus hijos o nietos.
Paradójico resulta también que éste día de los muertos o los difuntos, donde productores de flores y comerciantes hacen su zafra, el reclamo de verdad y justicia no brille con mayor intensidad.
Diría Mario Benedetti en su poema Desaparecidos:
Están en algún sitio / concertados
desconcertados / sordos
buscándose / buscándonos
bloqueados por los signos y las dudas
contemplando las verjas de las plazas
los timbres de las puertas / las viejas azoteas
ordenando sus sueños sus olvidos
quizá convalecientes de su muerte privada
nadie les ha explicado con certeza
si ya se fueron o si no
si son pancartas o temblores
sobrevivientes o responsos.
Nos consta que desde la sensibilidad de familiares de Detenidos Desaparecidos hay una silenciosa decisión de dejar pasar éste día para los "afortunados" de poder dedicar un recuerdo visitando el lugar de sus seres queridos.
Pero éstas ausencias, aún en el marco de éste tradicional rito, sigue siendo una sociedad de la sociedad occidental con la verdad, la justicia y la memoria.
"Cuando empezaron a desaparecer
como el oasis en los espejismos
a desaparecer sin últimas palabras
tenían en sus manos los trocitos
de cosas que querían
están en algún sitio / nube o tumba
están en algún sitio / estoy seguro
allá en el sur del alma
es posible que hayan extraviado la brújula
y hoy vaguen preguntando preguntando
dónde carajo queda el buen amor
porque vienen del odio"
(Desaparecidos Mario Benedetti)
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