La Encuesta de Nacional de Uso de Tiempo y Trabajo No Remunerado, realizada por El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), junto con el Instituto Nacional de Estadística (INE), con apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa) y ONU Mujeres Uruguay es una herramienta que tiene como objetivo visibilizar el trabajo que realizan las mujeres sin percibir remuneración alguna, independientemente de si trabajan o no en el mercado remunerado.
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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE) "la importancia de esta encuesta radica en que brinda información de primera mano para valorar el tiempo que dedican las personas, mujeres y varones, a las tareas domésticas y de cuidados; visibilizar cómo se reparte esa carga entre los sexos; implementar políticas públicas que mejoren las oportunidades de quienes mayor responsabilidad tienen en la realización de tareas".
El primer dato que resalta de la encuesta es que el porcentaje de distribución de la carga de trabajo por sexo se ha mantenido invariable desde 2013. Las mujeres sostienen el 54,8% del trabajo y los hombres el 45,2%.
Soledad Salvador, economista e investigadora del área de Desarrollo y Género del Centro Interdisciplinario de Estudios Sobre Desarrollo, dijo a Caras y Caretas que los resultados son una "desilusión" porque muestran que aunque ha habido campañas de cambios de estereotipos, de corresponsabilidad en los cuidados y políticas públicas, como el Sistema Nacional de Cuidados, "cuesta transformar y redistribuir la carga".
Sobre esto aseguró que "hay que hacer políticas del lado del mercado laboral". Algunos cambios en convenios salariales y en consejos de salarios son positivos, "pero para que esto impacte en los números hay que hacer más trabajo". Ahora el análisis apunta a ver en qué estratos se están cerrando las brechas y en cuáles no.
Al ver los números desagregados aparece que (a 2022) la carga total de trabajo de las mujeres se divide en 61,4% trabajo no remunerado y 38,6% remunerado. Los porcentajes son inversos en el caso de los hombres: 64,1% remunerado y 35,9% no remunerado.
Acerca de qué desafíos aparecen a la hora de cerrar esta brecha Salvador afirmó "las oportunidades laborales, qué ofrece el mercado para hombres y mujeres, sobre todo en estratos bajos. Si en la etapa reproductiva no se pueden conciliar los cuidados la mujer deja de trabajar, un hombre en esos sectores tienen ingresos mayores. Hay sectores donde no hay tanta libertad para elegir. Las mujeres tienen a tener empleos informales para conciliar mejor [con el trabajo no remunerado]. El trabajo doméstico cumple esa norma de que te regulás cuántas horas podés trabajar y en qué horarios; ahí es donde hay un cuello de botella importante, cómo ir a reglas de mercado laboral donde se tienda a contemplar los cuidados y se le permita a las mujeres insertarse".
¿Sería viable y tendría un impacto positivo remunerar a las mujeres por el trabajo que realizan sin recibir pago? Salvador aseguró que es una propuesta que se ha planteado en algunos lugares pero estas estrategias "funcionan por un momento corto de tiempo". En su opinión experta "lo que hay que hacer es crear políticas de cuidado que les liberen tiempo [a las mujeres] y decidan qué hacer". Esas medidas "podrían ser paliativas, para que algún día esto desaparezca porque todos vamos a tener las mismas oportunidades y se va a contemplar hombres y mujeres para cuidar y desarrollarnos. Si depositamos los cuidados en quien no tiene más remedio no estamos cuidando bien".
La inversión en cuidados "tiene triple dividendo", explicó Salvador. "Estás dando mejor calidad de desarrollo infantil y de vida a personas mayores y en situación de dependencia, porque quien lo hace profesionalmente les brinda mayor bienestar; tenés remuneración de salario y empleo formal para quien cuida y, a la vez, quien cuidaba de manera no remunerada tiene la oportunidad de conseguir un trabajo formal. La inversión es más rentable social y económicamente, esto te retribuye con aporte a la seguridad social, mejoras de consumo; para el sistema tiene retorno. Si nos importa la calidad de vida es una inversión, no un gasto".
Por semana, las mujeres dedican 34,4 horas al trabajo no remunerado y los hombres 20,6; hay una diferencia de casi catorce horas (56 mensuales). En cuanto al trabajo remunerado los hombres dedican en promedio 43,6 horas semanales y las mujeres 35,9.
La tasa de participación de los varones en las tareas domésticas es de 75.6% mientras que la de las mujeres asciende a 87.3%.
Las horas dedicadas al trabajo no remunerado se analizan en diversas categorías: trabajo doméstico en el hogar, trabajo de cuidados, trabajo que se brinda a otros hogares, trabajo voluntario. En los tres primeros casos las mujeres trabajan más que los hombres sin recibir retribución, solo en voluntariado los hombres computan más tiempo.
En alimentación, cuidado y limpieza de la vivienda y de la ropa las mujeres acumulan más horas de trabajo. La diferencia en el tiempo dedicado a compras es la más baja, de 0,5%. Los hombres tienen más horas en cría de animales y cultivo para el consumo en el hogar y mantenimiento de la vivienda/reparaciones. En palabras de InMujeres: "Las mujeres participan más en las tareas asociadas a “lo femenino” que los varones y los varones participan en mayor medida en tareas más puntuales y asociadas a “lo masculino”. El involucramiento equitativo en el trabajo doméstico y de cuidados sigue siendo una deuda en las relaciones de género".
Sobre esos datos Salvador puntualizó que "aumentan las horas de los hombres pero en las mismas tareas, no hay un cambio en eso, son estereotipos que están detrás y tienen que ver con las mujeres también. Está vinculado a la inserción laboral y los tiempos, porque hay cosas que se hacen en cierto momento y otras que se pueden hacer en cualquier momento".
Las tareas de cuidados de personas dependientes también muestran grandes disparidades, sobre todo en infantes de 0 a 3 años. Las mujeres dedican más del doble de horas (16,0) que los hombres (7,4) en ese caso. La participación de los hombres va aumentando a medida que crece la edad de la persona a cuidar, pero siempre es menor que la de las mujeres.
El INE destaca algunos resultados de la encuesta según los datos recogidos.
- La mitad del trabajo está por fuera del mercado, por ende no está computado ni contabilizado de ninguna manera formal.
- Dos tercios del trabajo no remunerado es realizado por mujeres, mientras que solo un tercio es realizado por varones.
- Las mujeres trabajan en promedio 7 horas menos de manera remunerada que los varones.
- Las mujeres dedican 10 horas más por semana al trabajo doméstico y casi 5 horas más al de cuidados que los varones.
- Las horas de trabajo en las tareas de cuidados de niños y niñas de 0-3 años de las mujeres duplica la de los varones.