La militante sindical y feminista Florencia Leymonié dialogó con Caras y Caretas sobre la importancia de realizar un paro exclusivamente de mujeres, las resistencias ante este planteo, las reivindicaciones para este #8M y la gestión del gobierno en políticas de género.
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Por primera vez en la historia, y tras años de lucha, la Mesa Representativa del Pit-Cnt adhirió y convoca al Paro Internacional de Mujeres para el próximo 8 de marzo. La petición de un paro de mujeres, propuesta que se venía discutiendo desde el año 2017, se basa en que “si todos paran, no se visualiza la desigualdad de género que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos de nuestras vidas”. Así lo explicaba un comunicado que difundió la Intersocial Feminista.
Para la secretaria general del Sindicato Único de las Telecomunicaciones (SUTEL) y militante feminista, Florencia Leymonié, la decisión de la central sindical de adherir a un paro solo de “no fue una obra de magia”, sino que es “el producto de un proceso que venimos atravesando año tras año, con un montón de contradicciones, pero con avances que permitieron llegar a esta definición, que tiene un valor nacional e internacional”. “Son definiciones que se pueden tomar como un titular superficial o que realmente nos comprometan a profundizar, no solamente en la apuesta de lucha por una agenda con perspectiva de género, sino en la autoconstrucción con esa perspectiva de género”, añadió.
Sobre el significado de la determinación que tomó la central sindical, agregó que implican “un compromiso hacia afuera de la organización sindical, con la agenda general, y en conjunto con los movimientos feministas, así como reivindicar el compromiso del movimiento sindical uruguayo con estas temáticas”. A nivel internacional, Leymonié destacó que el Pit-Cnt, si no es la única, es de las primeras organizaciones sindicales en el mundo que tomó “una definición política de estas características. “No pretendemos ser vanguardia del mundo, pero sí aportar en la jerarquización de esta lucha que, como planteamos desde el movimiento sindical, tiene una perspectiva de clase”.
La dirigente aclaró que el paro general de mujeres alcanzado “no es un objetivo en sí mismo”, sino una “estrategia para visibilizar las ausencias de las mujeres en los lugares de trabajo y evidenciar el lugar que ocupan en la producción del país”. “El paro es un instrumento de lucha para poder conquistar más derechos. No perdemos salario por gimnasia, sino porque entendemos que hay que defender una plataforma conjunta con los movimientos feministas. El movimiento sindical está intentando hacer un humilde aporte para el conjunto de la sociedad y para la transformación que necesitamos.”, agregó.
¿Por qué era necesario un paro exclusivo de mujeres?
Desde el movimiento sindical entendemos que el sistema capitalista en el que vivimos está lejos de superar la opresión. Por el contrario, va en contra de la emancipación de la mujer, que a su vez es atravesada por diversas opresiones. Por ejemplo, tenemos una población de mujeres afrodescendientes que padecen una doble opresión: su condición de ser mujer y su raza. En tal sentido, el paro de mujeres tiene que ver con ese reclamo y esa necesidad de discutir, en varias dimensiones, sobre la superación de las distintas opresiones que atraviesan a las mujeres. En el mundo capitalista en el que vivimos, y específicamente en Uruguay con un gobierno neoliberal, las brechas de género se profundizan más. Y eso tiene ejemplos concretos, como la reforma jubilatoria que, si lo analizamos desde el punto de vista de género, a la población que más va a perjudicar es a las mujeres trabajadoras. Otro ejemplo son las consecuencias de la Ley de Urgente Consideración, el caso más grosero se puede observar con la sentencia que se le dio a Alejandro [Astesiano], que es prácticamente la misma que recibe una mujer por microtráfico. Más allá de la apuesta a la agenda común, todos los componentes que venimos planteando desde el movimiento sindical, si le ponemos una mirada de género, observamos una profundización del deterioro de la calidad de vida de las mujeres, en sus condiciones materiales e incluso en reproducir estereotipos que tenemos que combatir desde el punto de vista de la educación. Toda la reforma educativa, además de todas las puntas que se vienen denunciando desde el movimiento sindical, implica un enorme retraso en cómo se sigue educando en materia de derechos, de salud sexual y reproductiva, de diversidad, y de respeto para la superación de las distintas violencias que se ejercen, que también oprimen y que, en muchos casos, terminan en femicidios, que este año ya registró cifras realmente alarmantes. Además, se busca poner sobre la mesa el tema del trabajo no remunerado, uno de los temas que venimos discutiendo en el movimiento sindical. Hablamos siempre de la brecha salarial en el trabajo informal, pero cuánto hablamos y cuánto podemos desarrollar una lucha por el trabajo no remunerado al que destinamos muchas más horas las mujeres que los varones. Si lo valorizamos en dinero, es muchísimo lo que producimos las mujeres en el trabajo no remunerado en el que entran todas las tareas de cuidados, crianza de las infancias y de la familia en general, así como otros aspectos que también cubrimos históricamente las mujeres y que tienen que estar en evidencia.
¿Por qué costó tanto que movimiento sindical adhiriera al paro de mujeres?
El movimiento sindical no es una burbuja dentro de esta sociedad. Las transformaciones sociales profundas llevan su proceso y cuestan, sobre todo si pretende ser un título lindo o una consigna de campaña. En el movimiento sindical estas discusiones se vienen dando cada vez con mayor profundidad y todo este proceso no ha sido sin contradicciones, sin retrasos, sin traumas y sin chichones. Las transformaciones nunca son cómodas y para el movimiento sindical este tema ha sido incómodo. Pero es bueno que sea incómodo porque si no incomoda no se está transformando absolutamente nada. Costó por lo que cuestan las transformaciones sociales. No nos olvidemos que es una organización sindical hija de la sociedad en la que vivimos, las mismas contradicciones y retrasos que tenemos en la sociedad muchas veces se expresan en el movimiento sindical. Lo que sí es verdad es que quienes formamos parte de la Mesa Representativa del movimiento sindical intentamos llevar a la vanguardia a la clase trabajadora y eso implica impulsar decisiones y luchas que que comprometan la transformación. Sin idealizar este proceso, que podría haber tenido definiciones más tempranas, transformar implica determinado tiempo. Por otro lado, creo que más allá de reivindicar lo que costó, hay que reivindicar lo que se definió: una alianza de la central sindical nada más y nada menos que con los movimientos feministas. Pensemos, a nivel mundial, qué organizaciones similares en trayectoria, composición, arraigadas a lógicas patriarcales, se han podido transformar o autoconstruir con perspectiva de género.
¿Cómo evalúas la medida de la IM de otorgar boletos gratuitos a mujeres que asistan al 8M?
Es parte de las señales que se empiezan a dar, lo peor que nos podría pasar es que ciertas definiciones políticas no traigan consecuencias institucionales, ya que, como dije antes, el paro no es un objetivo en sí mismo, no resuelve el problema que tenemos, lo que hace es mostrar la jerarquía del tema frente a las instituciones. Y que las instituciones empiecen a demostrar sensibilidad con respecto a estos temas es importante. También es importante que esa sensibilidad sea con toda la plataforma que se viene conformando a través de las coordinadoras de los movimientos feministas, del Pit CNT y las distintas organizaciones sociales, porque en definitiva eso hace a la lucha.
¿Y qué señales ha dado el gobierno respecto al compromiso con la lucha por la igualdad de género?
En lo referido a las políticas públicas que lleva adelante este gobierno, creo que deberían dar señales de que el tema de la desigualdad de género es considerado. Cuando decimos que la pobreza tiene cara de infancia, de niñas y de mujer o que el quintil más pobre de la población lo componemos mujeres, desde el punto de vista de las cifras, debería alarmar. Sin embargo, nos estamos organizando y luchando para que estos temas estén en evidencia porque para este gobierno las cifras de la desigualdad no alcanzan. Necesitan de trabajadores, trabajadoras y colectivos en la calle bueno. Ojalá que este reclamo del feminismo y esta jerarquización que ha hecho el movimiento sindical respecto a los temas de género tengan eco en el Poder Ejecutivo, que lo único que hace es aplicar medidas que atentan contra todo lo que venimos denunciando: recortes presupuestales, la criminalización severa para con las mujeres en el área penal, la reforma jubilatoria, que también impacta sobre el sistema de cuidados. El sistema de cuidados es una política que, aunque es insuficiente, ha aliviado la tarea o la calidad de vida de las mujeres. Hay un conjunto de medidas que reducen los espacios institucionales para que las mujeres puedan denunciar situaciones de violencia.
Cuales con las principales reivindicaciones para este 8M
La plataforma conjunta se está armando, hay reuniones de coordinación de los distintos movimientos. Nosotros, como movimiento sindical, no nos vamos a atribuir la plataforma de algo que nos excede, es una realidad. Pero en términos generales, es la misma plataforma que tenemos los trabajadores y trabajadoras, pero con una mirada de género: en contra de la desigualdad, de las violencias, del hambre y de la reforma jubilatoria, que tiene un impacto específico sobre las mujeres. Es importante aclarar que, en el movimiento sindical, cuando negociamos un convenio colectivo, también estamos negociando condiciones específicas para las mujeres, como los convenios salariales, las salas de lactancia, el horario maternal, la prima por nacimiento, todos esos elementos forman parte de nuestros reclamos. Además, estamos indagando sobre otros aspectos como la canasta de higiene menstrual, sobre experiencias de otros países respecto a otorgar el día por dolencia menstrual. Hay un conjunto de puntos que se vienen madurando a los efectos de incorporarlos en la lucha general. Lo que intentamos dentro del movimiento sindical es darle perspectiva de género a todos los planteos, porque en definitiva estos reclamos unen a toda la clase trabajadora.