La ONG Uruguay Adelante (UA), que en 2020 firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para encargarse de gestionar y distribuir el apoyo del Estado a las olllas populares, fue señalada por referentes de ollas debido a "malos tratos y amenazas" por parte de algunos de sus integrantes.
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En diálogo con Caras y Caretas, Ana, referente de una iniciativa popular en Punta de Rieles, aseguró haber recibido “un trato irrespetuoso” y “amenazas patoteriles” por parte de representantes de UA durante una inspección que realizó la organización. Además, contó que días atrás desde la ONG solicitaron datos personales de cada menor que asiste al merendero (nombre, cédula y estado del carnet de niña, niño o adolescente) y amenazaron con cortarles la entrega de insumos en caso de no enviar la información. “Nosotros consultamos para qué fin necesitan los datos, ya que debíamos tener consentimiento de los adultos responsables para brindarlos. Nos respondieron que era para conocer la situación de salud, a lo que nosotras contestamos que quienes asistían al merendero tenían los controles pediátricos al día. De todos modos, comunicaron que de no enviar la información en el plazo indicado se iban a suspender las entregas”.
Y añadió: “Entiendo que nos colaboran con insumos, pero nosotras solucionamos problemas de nuestros comensales que deberían ser atendidos por organismos estatales y creemos que deberían tener un trato más empático hacia quienes llevamos adelante las ollas”.
Otro referente del barrio, Pedro, dijo a este medio que los malos tratos de UA “vienen desde hace tiempo”, que se han dado en varias ollas, pero que “muchos no se animan a decirlo públicamente por miedo a que les dejen de entregar [insumos para cocinar]”. “A fines del año pasado comenzaron a decirle a la gente q los insumos eran para cocinar y no para armar canastas, a quienes continuaron entregando canastas les suspendieron las entregas”.
El objetivo de UA
Por su parte, una fuente de UA confirmó a Caras y Caretas que se están solicitando datos porque la organización está realizando un trabajo articulado con otras instituciones, gubernamentales y no gubernamentales, como la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). “Se pidieron estos datos para conocer de primera mano, y de forma cuantitativa (más allá de la cualitativa), la realidad en este aspecto. Estos datos nos abren la puerta para poder dar prioridad, por ejemplo, a la hora de solicitar la llegada del policlínico móvil a diferentes barrios. Porque UA, a través del trabajo con referentes, ha logrado que el servicio de salud mejore su llegada a lugares donde antes no lo hacía”, respondieron.
Por otro lado, aclararon que desde UA informaron a los referentes de las iniciativas populares que los datos no se compartirían con nadie a la vez que dieron la posibilidad de que las familias que no quisieran dar datos no los dieran, y simplemente registraran que tal persona no aportó información. “La realidad nos indica que quienes no quieren dar ninguno de estos datos, no tienen como prioridad el cuidado de los niños del barrio. Si no les interesa cuidar de los más vulnerables entre los vulnerables, tenemos poco por hacer juntos. La olla, como dijimos antes, no puede ser un fin en sí mismo. Y estamos decididos a profundizar nuestro camino hacia ese objetivo. De ahí que estemos tan convencidos de la importancia de relevar estos datos”, sostuvieron.
Al consultar al director de la UA, Santiago Pérez, por la veracidad de las amenazas, respondió que “habría que entrar a diferenciar malos tratos de amenazas y avisos”, pero confirmó que la notificación de suspensión de entrega de insumos existió para quienes no enviaran ningún dato, ya que se dio la posibilidad de colocar en el listado que tal familia no quiso aportar información. A su entender, no enviar la información pedida “implica un desinterés de parte del referente por el trabajo más allá de la comida”.
Sobre la medida de solicitud de datos que adoptó UA, Pérez sostuvo que “ha tenido muchísima más aceptación que rechazo” y que “fue bienvenida por la mayoría de las iniciativas, entendieron por dónde va, apoyaron y han venido proporcionando los datos”.
Por otro lado, señaló que no recibir datos “genera la duda de que los datos que tenemos en cuanto a los números de estas ollas o merenderos sean ciertos”. “Por más que realizamos visitas frecuentes, los números siempre son variables”.
*Este medio utilizó los nombres ficticios Ana y Pedro a pedido de las fuentes.