La Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH), creada por ley, es un organismo estatal autónomo que funciona en el ámbito del Poder Legislativo. Se encarga de defender, promover y proteger en toda su extensión los derechos humanos en el territorio. Vela por todos los derechos humanos consagrados en la Constitución y en los acuerdos internacionales a los que Uruguay está sujeto. El Estado controla al Estado: la institución revisa, investiga, recomienda, propone, gestiona denuncias, monitorea, educa.
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El pasado 22 de junio la INDDHH cumplió diez años y el Consejo Directivo presentó en el Palacio Legislativo el informe anual 2021, una rendición de cuentas institucional ante el Poder Legislativo y ante la sociedad. En el documento aseguran que el período estuvo marcado por dos factores: la emergencia sanitaria y la aparición de reacciones públicas adversas al accionar del organismo.
El informe supone un cierre para este Consejo Directivo de la INDDHH, que cumple su período de cinco años en julio. La Comisión Especial (creada por el artículo 40 de la ley) encargada de elegir a los miembros del futuro consejo comenzó a funcionar en estos días.
Mariana Mota, directora de la INDDHH, dialogó con Caras y Caretas sobre el trabajo de estos años, las acusaciones de afiliaciones partidarias y el futuro del organismo.
¿Cómo fueron estos cinco años de trabajo en la INDDHH?
La institución está conformada por poca gente para toda la tarea que tiene. Somos 50 personas aproximadamente, es un organismo chico para tener un carácter nacional y una competencia tan vasta como todos los derechos humanos y todas las diferentes competencias del artículo 4 y las que se le incorporaron. Además está centralizado, tiene una única sede en Montevideo. Desde Descentralización hemos pedido otras sedes hacia el norte del país, no lo logramos, porque también requería más gente para que tuviera permanencia. Así y todo se ha ido profundizando el trabajo en las cuestiones temáticas, la valoración de los grupos de trabajo que son mecanismos previstos por la ley que nuclean organismos públicos y privados en torno a una misma temática, analizan en profundidad, emiten informes y trabajan para mejorar una situación dada.
Que desde la INDDHH se pueda aportar información y puntos de análisis para ver cómo se trabajan diferentes políticas públicas del Estado es reimportante y beneficioso. El punto es que después eso se utilice de buena manera.La INDDHH ha ido brindando información de calidad, que puede servir para mejorar las políticas públicas para que la sociedad sepa más de la temática y pueda utilizarlo para posicionarse en función a un tema y reclamar cambios o analizar sus propias realidades. Ha sido un desarrollo paulatino de la institución de la mano de la sociedad civil. El monitoreo ha sido cada vez más específico emitiendo recomendaciones, teniendo más experticia, que ya de por sí tenía, pero el trabajo y la continuidad permiten ser mejor en lo que se hace. También se incorporaron otras temáticas: salud mental, búsqueda de desaparecidos, sitios de memoria, servicios de comunicación audiovisual.
¿Cuál es el valor de la INDDHH en el Estado?
Que la INDDHH esté en estos espacios permite una mirada desde el Estado, pero también una mirada desde los derechos humanos. Eso es bien valioso porque queda a resguardo de miradas político-partidarias que terminan banalizando o incluso desapareciendo el foco en derechos humanos para pasar a una cuestión de agenda política o vinculada a otros intereses. La institución como tal es un organismo importante, el lugar que tiene en la construcción de políticas públicas, en la consulta cuando hay proyectos de ley que tienen que ver con derechos humanos para atender lo que dice. Que se la integre, acepte y escuche en el funcionamiento de un Estado hace a la madurez democrática.
Hablando de política partidaria, se ha acusado a la INDDHH de tener afinidades de esa índole y se ha criticado su pertinencia. ¿Han vivido eso en su trabajo cotidiano?
Trabajar en esto siempre implica un grado de exposición y crítica, eso va por el lado de lo que debería ser la madurez democrática. En el caso de los organismos de derechos humanos vinculados a los estados la presión viene en que te sacan presupuesto o no te lo habilitan, te dificultan el trabajo, cuando pedís información no te la aportan. Los riesgos en Uruguay parten por cuestionar la existencia de la INDDHH, limitar, no hacerte fácil el trabajo; por ahora no llega más que eso. Cuestionar la existencia y calificar o atribuirle intencionalidad político-partidaria pretende descalificar el trabajo. Se ha difundido por algunos partidos políticos que esto es un organismo superfluo porque lo que hace, otros organismos del Estado lo hacen. No es así. No hay otro organismo del Estado que vele por los derechos humanos. No es lo mismo el poder judicial, que también tiene grandes fallas en protección a derechos humanos. No explicitar cuál es la función de la institución o habilitar esos comentarios desde el Estado es una forma de desmerecer el trabajo que se hace. En definitiva son maneras de bombardear la institución.
Dentro de poco va a haber un recambio en el Consejo Directivo. ¿Qué esperás para el próximo período, qué te parece esencial que tenga continuidad?
La continuidad institucional tiene que tener la seguridad de que va a ser en las condiciones que dice la ley: que tenga autonomía, que no esté sometida a presiones. Parto de la base de que no se modificó la ley, que se quería cambiar desde eliminar el organismo hasta modificar los miembros del consejo directivo, para esta elección del próximo consejo, pero no se sabe si no habrá otra modificación a posteriori. Es esencial asegurarnos de que la institución va a seguir teniendo autonomía, las competencias y facultades que tiene. Eso debería estar garantizado y no creo que lo esté a partir de los cuestionamientos que ha tenido.
Por otro lado, en esto del desarrollo de la institución, el poder ampliar el número de funcionarios, tener sedes en el interior y darle la posibilidad de profundizar en temas que se han empezado a trabajar de manera que pueda tener incluso áreas temáticas. Hoy día el área de denuncias aborda una multiplicidad de temas. A veces es bueno tener equipos de trabajo especializados, lo que hace que tengas una mejor producción de trabajo porque vas acumulando conocimiento. Esas cosas se logran a partir de tener más gente, estar más en territorio, conocer las cuestiones zonales y regionales de otras partes del país. Ha salido de los partícipes de la asamblea que [la INDDHH] no esté tan centralizada en Montevideo e incluso dentro de Montevideo a las zonas periféricas no llegamos.
Que no se vaya para atrás. Siempre tenés como un temor, y más cuando se hace la elección y no sabés si va a tener un tinte político-partidario, que vayan a empezar de nuevo. Deja de ser una política de Estado para ser lo que le gusta a fulano y mengano, siempre estás empezando en temáticas que son de largo aliento, que tenés que trabajar mucho tiempo para tener resultados. Eso en derechos humanos es muy claro y en políticas públicas también. Es importante la continuidad. Podrá tener un diferente abordaje, pero la línea base tiene que ser la misma. Si trabajás en un nuevo derecho que nunca se ha abordado y abandonás ciertos trabajos es una pérdida de tiempo y dinero del Estado.
Quizás la pata más conocida de la INDDHH sea la de recepción de denuncias y monitoreo, pero en la asamblea abierta mencionaron el trabajo del área de educación, que es más propositivo.
La educación es una forma de prevención para evitar vulneraciones a los derechos humanos futuros. Si conocés tus derechos, cómo ejercerlos y cómo defenderlos es un poco más difícil que te los vulneren. La ley habla sobre funcionarios públicos, pero hay que ver de qué manera los derechos humanos se imparten en los diferentes niveles del sistema educativo, y eso no es algo que se haya abordado todavía, es un debe. Conocer los planes y programas, ver de qué manera se desarrollan y sugerir y recomendar profundizar en alguno aspectos o que se den efectivamente. Muchas veces el tema derechos humanos la gente lo considera solo como las gravísimas vulneraciones y todo el resto de la vida cotidiana no es derechos humanos. Es aterrizar el tema derechos humanos a tu vida diaria, transversal a la vida; no se lo considera así.
¿Tienen información sobre el trabajo de la comisión especial para la conformación del nuevo consejo directivo?
Lo único que sabemos es que la comisión se reunía en estos días para empezar a definir quiénes iban a estar en la directiva de la comisión y cuáles serían las líneas de trabajo. Ahí comunicarán o darán información a los interesados, que son las organizaciones sociales, para que se empiecen a presentar las postulaciones.
¿Habrá transición entre consejos?
Nosotros lo hicimos con el anterior consejo pero no sé qué va a pasar con los que vengan, la ley no prevé una transición. Estamos dispuestos a poder informar y dar cuenta de lo que se hizo, de lo que está por hacerse y resolver dudas, pero no sé si se va a hacer.