Los pasajeros suplicaron
Cuando el chofer tomó la curva en Bulevar Artigas para ingresar a Avenida Brasil, el ómnibus casi volcó, pero el conductor logró estabilizarlo, aunque la velocidad no disminuyó. “Ahí les digo a los que estaban atrás mío, 'si llegamos al trabajo, de pedo nos vamos a salvar'”. Los pasajeros comenzaron a gritar y a pedirle al conductor que abriera las puertas, pero no recibieron respuesta. "Abrí la puerta", "frena", "nos vas a matar a todos", le suplicaban, en vano. “Vi la muerte unas cuantas cuadras, es un tiempo largo saber que te vas a morir”, expresó Ana con la voz aún afectada.
Para ella, la hipótesis de un percance médico en el conductor no parece encajar. “Iba manejando serio, derecho, no podemos decir que le vino algo. No abrió la boca ni para responder los insultos de la gente que le pedía que abriera las puertas”.
Cerca del cruce con la calle Libertad, Ana se golpeó y quedó inconsciente, perdiendo la oportunidad de percibir el desenlace en el que el ómnibus rompió el muro de la rambla y terminó en la arena, causando heridas a 15 personas. “No sé cómo llegué a la playa”, confesó y recordó que al despertar estaba rodeada de bomberos, policías y personas que acudieron a ayudar.
Ya en la playa, mientras era atendida, se le hicieron preguntas sobre su identidad y su estado, pero Ana apenas recordaba lo sucedido. La llevaron al hospital, donde le realizaron una tomografía y, aunque ya fue dada de alta, el dolor de los hematomas y un golpe en el tímpano no la dejan descansar. “No fue el día de morirse”, concluyó.
La Armada Nacional y el Ministerio del Interior continúan investigando el siniestro, incluyendo el análisis de las cámaras de videovigilancia de la zona. La información preliminar indica que de los 15 heridos, ocho han recibido el alta, mientras que siete, incluido el chofer, siguen hospitalizados.