“Nos siguen enterrando en vida”
Una de las hermanas del imputado calificó el pedido fiscal como “excesivo”. “ Sufrimos toda la vida. Él tiene que pagar, pero 18 años es un montón. Si le dan esa condena, nos siguen enterrando en vida”, expresó, al tiempo que reclamó “un poco de justicia”.
Según explicó la crónica judicial, la pena mínima prevista para el homicidio especialmente agravado es de 10 años, que puede elevarse hasta un mínimo de 15 años por el uso de arma de fuego. La Fiscalía sostuvo que los elementos del caso justifican una pena mayor.
Atenuantes
Durante el debate en el programa Esta Boca es Mía, especialistas señalaron que el rol de la Fiscalía es acusar y que no necesariamente el juez deberá imponer la pena solicitada. Sin embargo, advirtieron que, tratándose de delitos con pena de penitenciaría, no corresponderían medidas alternativas a la prisión.
También se subrayó que, aunque el contexto familiar y los abusos denunciados generan comprensión humana, el homicidio no puede ser considerado una forma legítima de resolución del conflicto. “El monopolio de la violencia lo tiene el Estado”, señalaron, recordando que el sistema jurídico no habilita la justicia por mano propia.
Uno de los puntos más discutidos fue si los abusos sexuales podrían ser considerados atenuantes. En ese sentido, se indicó que el desafío central estará en la prueba: la acreditación judicial de los abusos, sin revictimizar a quienes los sufrieron, mediante pericias psicológicas y otros elementos probatorios.