La jueza penal de 23º turno, Isaura Tórtora, procesó con prisión al militar Juan Rebollo por los asesinatos el 21 de abril de 1974 de Diana Maidanic, Laura Raggio y Silvia Reyes, conocidas como “Las muchachas de abril ”, según informó este viernes la diaria.
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La investigación penal concluyó que las tres jóvenes, asesinadas durante un operativo militar ocurrido en el barrio Brazo Oriental, fueron “abatidas sin un enfrentamiento armado previo”, según consta en la sentencia judicial, cuyo contenido fue divulgado por el mismo medio.
El operativo tenía la finalidad de detener a Washington Barrios, militante del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros, quien no se encontraba en el lugar. Sí estaba su esposa, Silvia Reyes, quien además estaba embarazada al momento de su muerte.
Tórtora dispuso el procesamiento de Rebollo por tres delitos de homicidio muy especialmente agravado, en calidad de coautor, con una pena de prisión que será implementada en régimen de prisión domiciliaria.
Además de Rebollo, la jueza había solicitado el procesamiento de los militares José Gavazzo y Eduardo Klastornick por los mismos hechos, pero estos fallecieron durante el proceso judicial.
Juan Modesto Rebollo fue comandante en jefe del Ejército entre 1992 y 1993, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle. En ese tiempo se desarrolló el caso Berríos, el secuestro y asesinato del químico chileno Eugenio Berríos. Durante su gestión se desarrollaron acciones de espionaje entre generales y hacia organizaciones sociales y políticas.
Uno de los vecinos de las víctimas que declaró en la causa de "Las muchachas de abril" dijo que los militares primero fueron a su apartamento por equivocación y que lo sacaron a la calle a punta de revólver. En ese momento alguien avisó que esa no era la casa que buscaban.
“Ahí comienzan a efectuar disparos hacia el apartamento n.º 3 sin haber golpeado. No sé quien era que efectuaba los disparos porque no tenía visibilidad (..) las balas siguen, alrededor de cinco a siete, o 10 minutos -no sé exactamente- hasta que cesan los disparos y ahí comienzan los gritos de los militares y de las muchachas que gritaban que no dispararan, que no las mataran y luego de eso se siente una ráfaga de metralleta que sacudía la pared”, contó el vecino, según consta en la sentencia.