En diálogo con Caras y Caretas, Varín contó cómo nació el proyecto y qué lo diferencia de otras escuelas de natación, además de analizar el crecimiento de la natación en aguas abiertas y los beneficios físicos y mentales que ofrece. También nos adentró en la dinámica de las clases, la importancia de la seguridad en el mar y los desafíos de enseñar en un entorno natural.
Nadar en el mar: enseñanza, exploración y conexión
¿Cómo nació Swim en el Mar y cuál fue la motivación detrás de su creación?
Nació de mi interés, de vivir cerca del mar y pensar en la playa como espacio de aprendizaje, como aula. Fue el proyecto final de mi Tecnicatura en Natación y, con el tiempo, se convirtió en un proyecto que combina enseñanza, exploración y conexión con el medio acuático y la naturaleza.
¿Cuáles son los principales objetivos del proyecto, tanto a nivel deportivo como educativo?
Desde lo educativo, buscamos que las personas se familiaricen con el mar desde una perspectiva de seguridad, salud y disfrute. A nivel deportivo, ayudamos a mejorar la técnica y desarrollar habilidades acuáticas que permitan afrontar desafíos personales en aguas abiertas.
¿Qué diferencia a su escuela de natación en aguas abiertas de otras propuestas similares?
Nuestra principal diferencia es que no solo enseñamos a nadar, sino que promovemos una cultura acuática. No se trata solo de mejorar la técnica, sino de entender el entorno marino, saber cómo moverse con seguridad y respetar el medio.
Además, trabajamos con procesos de miedo al agua, ayudando a personas a empezar desde cero en el mar, considerando su historia personal con el agua (biografía acuática). También llevamos este conocimiento a centros educativos para sensibilizar sobre la importancia del mar y su relación con la comunidad.
¿En qué consisten sus clases? ¿Cómo es la estructura típica de una sesión?
Cada persona tiene una historia con el agua, y eso lo consideramos al momento de diseñar la clase, y por eso hoy nos referimos a la biografía acuática. En la primera parte abordamos la seguridad y la dinámica costera, y luego trabajamos la técnica, en función a los objetivos de las personas.
¿Qué nivel de experiencia necesitan los participantes? ¿Es necesario ser un nadador experimentado o pueden sumarse principiantes?
No es necesario tener experiencia previa, es más, nos hemos especializado en la iniciación a las aguas abiertas, tratar los procesos de miedo y la transición de la piscina al mar.
¿Cómo manejan la seguridad en un entorno natural, donde las condiciones pueden ser variables?
Lo primero es revisar el pronóstico del clima y asegurarnos de que el mar está en condiciones seguras. En el agua, utilizamos boyas de seguridad para cada nadador, delimitación de zonas seguras con boyas fijas. También usamos trajes de neopreno (dependiendo de la temperatura), gorros de colores para mejor visibilidad y lentes de nadar para proteger la vista.
¿Qué beneficios destacan de practicar natación en mar abierto?
Son muchísimos. Te resumo algunos. El agua de mar posee propiedades terapéuticas que han sido aprovechadas desde la antigüedad. En cuanto a los beneficios físicos, el agua de mar es rica en minerales como magnesio, sodio y potasio, que tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a la circulación. Es un descongestionante natural, el agua salada ayuda a limpiar las vías respiratorias, aliviando problemas como sinusitis y alergias.
Con respecto al bienestar mental, nadar en el mar ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y aumentar la sensación de bienestar. Además, el contacto con la naturaleza genera una mayor conciencia ambiental y una conexión más profunda con el entorno.
¿Consideran que el auge de este deporte responde a una mayor conciencia sobre el bienestar, el contacto con la naturaleza o a tendencias deportivas globales?
Creemos que es una combinación de estos tres factores, aunque principalmente responde a la búsqueda del bienestar y la conexión con el medio natural. Además, todos estos elementos se potencian con la comunidad que se ha generado en torno a la natación en aguas abiertas. Por ejemplo, en Uruguay, como mencionamos más arriba están los grupos NAF (Nadadores de Aguas Frías) que se reúnen en distintos puntos de la costa para nadar en compañía. Este fenómeno no solo fomenta la práctica deportiva, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y comunidad, retroalimentando el crecimiento de esta disciplina.
¿Cuál es el mayor desafío que enfrentaron con Swim en el Mar?
Desde nuestros comienzos, hace cinco años, el mayor desafío ha sido crear la demanda, romper con la idea de que solo se aprende a nadar en la piscina, también el mar es un espacio de aprendizaje completo.
La expansión a Uruguay
¿Cómo surgió la idea de traer el proyecto a Uruguay durante la temporada de verano?
Identificamos una gran demanda y nos pareció una buena oportunidad para combinar la enseñanza con la posibilidad de visitar a familia y amigos.
¿Cómo ha sido la experiencia de enseñar en las costas uruguayas? ¿Han encontrado diferencias con la dinámica en Tarifa?
La principal diferencia es el color del mar y la visibilidad, en muchas playas de Uruguay no se ve el fondo, mientras que en Tarifa el agua es más cristalina. Además, la dinámica costera es distinta; en Tarifa solemos tener más opciones de nadar con el mar en calma, mientras que en Uruguay el oleaje, los bancos de arena y las corrientes pueden presentar más desafíos. Otro punto a destacar es la temperatura del agua. Si bien en Tarifa el agua es más fría durante todo el año, en Uruguay el descenso de temperatura en invierno ha impulsado la formación de grupos de Nadadores de Aguas Frías (NAF), lo que demuestra cómo muchas personas se animan a desafiar estas condiciones y disfrutan de los beneficios del agua fría. Esto refleja no solo una búsqueda de bienestar y conexión con el medio natural, sino también la motivación de superarse y compartir la experiencia en comunidad.
En los últimos años, parece haber un crecimiento del interés en la natación en aguas abiertas. ¿A qué creen que se debe este fenómeno?
El cierre de las piscinas durante la pandemia hizo que muchas personas buscaran alternativas en la naturaleza. Esto llevó a un redescubrimiento del mar como un espacio para hacer deporte, relajarse y conectar con el entorno.
¿Tienen planes de expandir el proyecto a otros lugares además de España y Uruguay?
Sí, viajamos con el proyecto y hemos dado clases en diferentes países. Nos interesa seguir explorando nuevos lugares.
¿Cómo ven el futuro de la natación en aguas abiertas en los próximos años?
El futuro es prometedor, cada vez hay más gente que se acerca a la naturaleza a disfrutar de sus beneficios. Además, la natación en el mar rompe barreras sociales y generacionales. Vemos grupos de personas con diferentes edades y trayectorias compartiendo el agua, ayudándose y generando lazos. Es un espacio de encuentro, donde no importa la velocidad o la experiencia, sino el disfrute y el respeto por el entorno.
¿Qué consejos darían a alguien que quiere iniciarse en la natación en aguas abiertas?
En primer lugar, que tome alguna clase, que investigue y que se acerque a los grupos de nadadores alrededor de la costa que pueden asesorarte, guardavidas y por supuesto la utilización de la boya de seguridad del nadador e intentar siempre nadar acompañado.
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El equipo de Swim en el mar, junto a sus alumnos.
Foto: Begoña Ferrer
Por más información sobre este proyecto, puede visitar el perfil de Instagram de Swim en el mar o la página web.