Frente a esto, los vecinos comenzaron a agruparse en la portera y exigieron que se les mostrara una orden judicial para pasar con vehículos y maquinaria. “ Le solicité a la escribana de la IMR que me mostrara el expediente, y quien lo firmaba, pero no me mostraron nada. Comenzó un tire y afloje entre nosotros y el alguacil en el lugar”, contó Veiga. La resistencia de los vecinos en la portera logró evitar que pasaran por allí, pero ingresaron las máquinas por un alambrado del costado del predio, y procedieron con la demolición de una parte de la casa, precaria. “La Intendencia hizo violación de domicilio y abuso de poder”, manifestó Eduardo Veiga.
La disputa del terreno
En el año 2018, cuando la Intendencia estaba a cargo de Aníbal Pereyra (Frente Amplio), se llevó a cabo una re-mensura en la zona, y en un confuso cambio de numeración de padrones y diferencias en las mediciones, el padrón en cuestión figura a nombre de la Intendencia, en una decisión arbitraria y “evidentemente con segundas intenciones de beneficiarse de ello”.
La familia Veiga vive allí desde toda la vida. “Acá vivía mi abuelo, mi padre, mi madre, y acá nacimos nosotros y vivimos desde hace varias generaciones”, comentó Eduardo Veiga y aseguró que “no pueden comprobar que la IMR sea dueño de la tierra. “En este momento yo tengo los derechos posesorios del terreno, es decir que soy el dueño”, sostuvo.
Contó además, que todas las expropiaciones que se llevan adelante, deben pasar por la Junta Departamental, y según afirmó Veiga, esto jamás sucedió.