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ASOCIARMEExperta en virología analizó la situación de Uruguay con respecto a los casos de viruela símica y destacó la importancia de cuidar a los menores.
Caras y Caretas Diario
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Entrevistada en el programa "Pasaron Cosas" de Caras y Caretas, la Dra. Florencia Cancela, experta en virología y docente de la Facultad de Medicina, analizó la situación actual de la viruela símica, también conocida como Mpox, en Uruguay y a nivel global.
La experta subrayó que la alerta emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) no debe ser interpretada como una declaración de pandemia, sino como un llamado de atención para que los países estén preparados ante posibles brotes. Esta alerta, calificada como una "emergencia de importancia internacional", tiene el objetivo de que los sistemas de salud estén atentos y puedan realizar diagnósticos diferenciales de manera eficaz para contener la propagación del virus.
En Uruguay, se registraron alrededor de 20 casos de viruela símica en 2022, todos importados, lo que llevó a las autoridades a implementar medidas preventivas efectivas que lograron contener el brote. Según Cancela, la respuesta coordinada de los países, incluyendo a Uruguay, fue imprescindible para evitar una mayor propagación del virus. Sin embargo, la alerta sigue vigente debido a un preocupante aumento de casos en África central, donde la situación epidemiológica cambió drásticamente en los últimos años.
Cancela también se refirió a la preocupación que podría existir por los contingentes uruguayos en África, en especial en el Congo, donde el virus es endémico. Sin embargo, afirmó que las medidas preventivas vigentes son adecuadas y que no se requiere de nuevas precauciones, más allá de estar alerta ante posibles casos sospechosos.
El virus de la viruela símica, identificado por primera vez en simios en 1958, tiene un reservorio animal aún no del todo claro, aunque se sospecha que los roedores encabezan la cadena de transmisión. Este virus, que afecta tanto a humanos como a otros animales, es históricamente endémico en regiones de África central.
Un aspecto importante mencionado por la doctora Cancela es que, a pesar de su larga historia, la viruela símica no ha sido objeto de extensos estudios, lo que deja vacíos sobre su transmisión y evolución. Los casos registrados fuera de África han sido esporádicos y generalmente vinculados a la importación de animales infectados. En 2022, sin embargo, se observó un brote multicéntrico global, que incluyó a Uruguay.
Los síntomas de la viruela símica son similares a los de otras viruelas, incluyendo fiebre, erupciones cutáneas y malestar general, y pueden durar entre dos a cuatro semanas. Cancela destacó que no existe un tratamiento específico para la enfermedad; el manejo clínico es sintomático y requiere aislamiento del paciente hasta su recuperación.
En cuanto a la vacunación, la experta aclaró que las vacunas disponibles no son específicas para el Mpox, sino que son las mismas utilizadas contra la viruela humana erradicada en los años 80. Dada la limitada producción de estas vacunas, no se recomienda la vacunación masiva, excepto en regiones altamente afectadas como la República Democrática del Congo.
"Los virus de ADN, a diferencia de los virus de ARN como el SARS-CoV-2, el causante del COVID-19, mutan y evolucionan, pero a un ritmo más lento. Es decir, la evolución de estos virus ocurre a largo plazo. En el caso del Mpox, se han identificado dos linajes principales en los que se clasifica el virus. De hecho, en este nuevo brote, la mayoría de los contagiados son menores, principalmente debido al contacto directo con animales reservorios o a través de otros medios de transmisión", explicó la experta.
En este sentido los menores requieren especial atención debido a su mayor vulnerabilidad al virus. Aunque la transmisión de humano a humano no es tan eficiente como en otros virus, los pequeños están en riesgo. La doctora detalló que el contacto cercano entre niños así como el uso compartido de objetos contaminados, como ropa de cama y juguetes, aumenta significativamente las posibilidades de contagio.
Ante cualquier sospecha de exposición al virus, los menores deben ser aislados y monitoreados de cerca por signos de infección. La higiene rigurosa y la limpieza de objetos con los que los niños tienen contacto también son esenciales para prevenir la transmisión.
