-“Bo, cartero por favor/ No te hagas el loco y dámelo/Una carta, una postal/Que si no, yo me pongo a llorar/ Debe de haber algo hoy/Bo, cartero dámelo/Espero carta de mi linda novia/ Que se fue hace un año a Colonia/Ella prometió escribir/Y mandar guita para sobrevivir/Y aquí me ves sin poder hacer nono/Solito y haciéndome la del mono.
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-Uyyyy…Borges…Alta tiza. Cuando el Cuarteto de Nos era el
Cuarteto de Nos, antes que se entregaran a los brazos del productor musical Gustavo Santaolalla y a los recursos ultraposmodernos de Juan Campodónico.
-¡Exactamont, Álvarez! Épocas gloriosas de la banda comandada por Roberto Musso, en aquellos boliches céntricos.
-Usted lo dijo. ¿Qué pasa con el cartero? ¿Ya llamó dos veces a la redacción?
-Más que una carta, me llegan carpetas y carpetas.
-¿A qué se está refiriendo, Borges?
-A nuestro inefable alcalde herrerista del municipio CH, Andrés Abt. ¿Sabe que lo apodaron el Pato?
-No, Borges. ¿Pur cuá?
-Cada paso una…
-No, Borges, no se extralimite.
-Gracias por contenerme, Álvarez. Iba a decir una palabra que empieza con C y termina con gada. Mejor pongámosle a cada paso una macana.
-¿Qué pasó ahora, Borges?
-Le cuento, Álvarez, que el pasado lunes 3 se convocó a una reunión extraordinaria del Consejo Municipal.
-¿Y qué pachó?
-Generalmente estas reuniones son abiertas para todo el público. Pero en esta ocasión, el signado futuro postulante para acceder a la Intendencia de Montevideo por el herrerismo decidió que el cabildo fuera cerrado.
-¡A la pipetuá!
-Afuera quedaron decenas de dirigentes frenteamplistas de la zona que concurrieron para “marcarle la cancha”, según me dijeron.
-¡McCombo de pipetuás!!! Supongo que sabe lo que pasó adentro, ¿no?
-Yes, sir. Se le tomó testimonio a Silvia Balsemao, la secretaria privada de Abt acusada de usar un código telefónico no propio para promocionar un acto de Luis Lacalle Pou, el padrino de Abt.
-¿Y qué dijo, Borges?
-Algo increíble, Álvarez. Tome la pastilla de la presión porque lo que va a escuchar es de otro planeta.
-Fuera de la estratósfera, en donde viven los blancos.
-Escuche. Según la documentación que tengo en mis manos, Balsemao “reconoce como propia la llamada realizada al número” de Ana Laura Alonso, quien fue la que realizó la denuncia.
-Siga Borges, please.
-Dice el texto: “La llamada fue realizada utilizando un código que corresponde a otra funcionaria (que no trabaja en el Municipio). Balsemao reconoce que lo utiliza desde hace tiempo”. Recordemos que la trabajadora a la que se hace mención se desempeña en una policlínica del barrio Casabó. Pero acá viene el dislate mayor, el punto más descacharrante, estimado Álvarez.
-Lo escucho atentamente, Borges.
-Balsemao “no recuerda el motivo de la llamada”. Es decir, manifiesta que digitó el celular de la denunciante pero no sabe para qué.
-Bueno, Borges, tenga piedad. La señora debe padecer Alzheimer, seguramente.
-Si tuviera esa enfermedad no podría estar trabajando en el Municipio en un cargo importante, Álvarez. Pero hay más…
-Métale que son pasteles.
-Abt sancionó a la funcionaria con un día de suspensión.
-¿Cómo?
-Lo que escuchó, Álvarez. Pero eso no es nada comparado con la investigación jurídica que inició la Intendencia de Montevideo, a pedido del propio secretario general de la comuna, Fernando Nopitsch, una vez que se hizo cargo de la denuncia administrativa.
-¿Y qué se sabe?
-Se actuó con mucha celeridad. El caso pasó a la directora de Sumarios, Verónica Quebral, que dio el visto bueno para que se continúen las pericias.
-¿Y ahora, Borges?
-El asunto se elevó a la dirección de Gestión Humana que tendrá la última palabra para que el trámite lleve la firma del intendente Christian Di Candia y se inicien los procedimientos. Se va a designar un abogado instructor para que se introduzca en la pesquisa y comience a llamar a los involucrados en el hecho.
-¡A la pipetuá!
-Le digo más, seguramente Abt sea llamado a declarar ante el abogado instructor. Tiene la posibilidad de no ir, pero eso sería un escándalo y su definitiva incineración.
-¡Upa, la nena!!!