David Fernández es un ingeniero cubano que, junto a su equipo de trabajo, en los Países Bajos se encuentra desarrollando un modelo de inyección que no utiliza agujas.
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Por el desarrollo de su trabajo, el ingeniero cubano ha sido nominado al Premio Príncipe Friso de Ingeniería de la Unión Europea.
Fernández, cursó sus estudios en Cuba, donde se graduó de Ingeniería en Instalaciones Nucleares y Energéticas en el Instituto Superior de Ciencias y Tecnologías Avanzadas (InSTEC) de la capital cubana.
Las actuales investigaciones del científico caribeño, comenzaron en el año 2007, cuando Fernández desarrolló la producción de pequeñísimas burbujas, cuyo uso permite, por ejemplo, la limpieza de objetos delicados.
Según consigna, el diario norteamericano El Nuevo Herald, estas “burbujas creadas con láseres de onda continua, permiten generar chorros o gotas de líquido, lo suficientemente veloces y pequeñas para penetrar la piel”.
Desde el año 2014, el ingeniero se ha propuesto la utilización de estas burbujas, para permitir el desarrollo de inyecciones sin el uso de agujas.
“En colaboración con un grupo de investigación mexicano, fuimos los primeros en demostrar experimentalmente la generación de chorros o gotas de líquido capaces de viajar a velocidades mayores a 15 m/s”, declaró Fernández en entrevista al medio de prensa.
“Las gotas”, que se producen, “tienen un diámetro comparable al de un cabello humano y viajan a 224 millas por hora”.
Es justamente esta característica, la que permitiría dejar de usar agujas para penetrar la piel, una experiencia que ya ha sido constatada en las muestras estudiadas de piel “ex-vivo porcina que ha utilizado el equipo en la Universidad de Twente”, donde no se observa ningún tipo de daño en la piel.
Para Fernández, “esto ya representa una superioridad a cualquier otro método de inyección con agujas, pues no hay herida que sanar, y todo apunta a que no se debe sentir mucho. Se compara con la picada del mosquito”.
El ingeniero cubano, trabaja en la actualidad con un equipo de estudiantes de posgrado y un desarrollador de negocios.
Junto a sus tareas de investigación, Fernández se desempeña como Profesor Asociado en la Universidad de Twente en Países Bajos y es afiliado de Investigación en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) en Estados Unidos.
Los desarrollos positivos que se esperan de las investigaciones en curso, permitirían “la eliminación de la aguja en las inyecciones”, cambio este que se estima, representaría un relevante beneficio social, sobre todo, en estos tiempos de pandemia, donde la vacunación masiva se ha tornado en un objetivo central en la lucha contra el Covid-19.
El éxito de estos trabajos de investigación, contribuiría a acelerar el proceso de vacunación masiva, al tiempo que, ayudaría a disminuir “los riesgos de auto-punzamiento, algo altamente peligroso debido al posible contagio de VIH o VPH”.
Consultado por la relevancia de estas investigaciones y su nominación, al Premio Príncipe Friso de Ingeniería de la Unión Europea, Fernández dijo:
“Naturalmente, al estar en etapa temprana, mi investigación todavía no puede dar certezas, pero con la voluntad y el equipo adecuado se puede avanzar (…) Es una alegría inmensa y pone cierta responsabilidad sobre mis hombros. Ha sido un proceso competitivo de selección, hemos tenido entrevistas con paneles de expertos, jurado, etc”, declaró Fernández al Nuevo Herald.
Esta nominación, afirmó el científico cubano, no la observa “como un logro personal, sino como un reconocimiento al esfuerzo de mis estudiantes, colegas y fundamentalmente al apoyo de mi familia durante toda mi carrera profesional”.