La pobreza en Uruguay sigue teniendo rostro de niño y es la franja que más se ha empobrecido junto a los ancianos en este año y medio de gobierno, pero las dificultades que atraviesan niños y adolescentes sin familias estables o en ausencia de las mismas no son solamente económicas. La violencia en todas sus expresiones y la vulneración de sus derechos también son fenómenos que vienen creciendo en Uruguay.
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Después de tantos años como legislador, ¿cuál es la misión que se imagina al frente del INAU?
INAU es una institución de enorme importancia y de gran magnitud, dicho esto en su su dimensión presupuestal, su extensión territorial y simbólico en lo que implica su misión en tanto su cometido de protección y promoción de los derechos de los niños. El país se juega mucho en ese sentido con respecto a que el INAU pueda cumplir sus cometidos. Por el INAU pasan mas de 120.000 niños y adolescentes en todas sus modalidades, desde quienes están en tiempo completo porque viven en nuestras residencias hasta los que concurren a los distintos proyectos diurnos y de carácter socioeducativo.
El trabajo infantil la violencia, la explotación sexual, todo lo que concierne a ellos como sujetos de derecho se dirime directa e indirectamente en el INAU. Actuamos en la protección de aquellos niños cuyos vínculos familiares se han visto deteriorados o definitivamente interrumpidos y todo lo que hagamos o dejemos de hacer impacta en la realidad de todos los niños del país, porque somos el órgano rector en materia de derechos de infancia y adolescencia.
En el Parlamento usted definió cuatro líneas estratégicas definidas por el directorio.
Lo primero que quiero resaltar es que las cuatro líneas estratégicas son el resultado de un consenso político amplio, representan al directorio en su conjunto, que las votó por unanimidad, y representan al oficialismo y a la oposición (Partido Nacional, Aldo Velázquez Cabildo Abierto, Natalia Argencio, Frente Amplio). Las líneas fueron concertadas con el Poder Ejecutivo y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y son políticas de infancia y adolescencia de la actual administración y fue un consenso construido en el Parlamento antes de la presentación del Presupuesto Nacional. Es un consenso político pero también social porque coincidimos con las organizaciones y colectivos sociales vinculados al INAU y que son nuestros aliados estratégicos.
Las cuatro líneas no hay que verlas como compartimentos estancos, sino que son complementarias.
La línea número uno es paradigmática porque implica un cambio de eje, de transición de un sistema basado en la institucionalización e internación en los centros de 24 horas, hacia un sistema de protección que ponga cada vez más el énfasis en la institución familiar. En realidad es lo que manda hacer el Código de la Niñez y todas las normas internacionales, porque no hay mejor ámbito de protección que el familiar. Por mejor calidad de contención que se le dé a un niño en un centro de 24 horas, nada supera el del ámbito familiar y en eso estamos todos de acuerdo.
La línea número dos es un camino que el país viene transitando desde hace muchas décadas y yo diría que es un mérito de la democracia, porque recibe un impulso a partir de la segunda mitad de los 80 cuando se crea el Plan CAIF y se profesionalizan todos los mecanismos de atención diurna, de proyectos socioeducativos en las tres franjas: la primera infancia con los CAIF, los Clubes de Niños y los Centros Juveniles, entonces esta línea tiene que ver con consolidar estos mecanismos y dispositivos de tiempo parcial, porque tienen su familia, pero reciben del INAU una complementación en su formación.
La línea número tres tiene que ver con la prevención de las violencias; Uruguay tiene un problema real y es un signo del tiempo que estamos viviendo, pero es un fenómeno creciente de violencia contra los niños, en el contexto del crecimiento de la violencia familiar y la violencia doéestica, pero yo diría que hay que poner foco en ver qué nos está pasando en la violencia específica contra niños y adolescentes porque son seres humanos que están en los mayores niveles de indefensión, con escasas posibilidades de denunciarlo y a veces con dificultades de reconocer lo que les está pasando; como muchas veces nacen en hogares violentos, la terminan naturalizando.
La cuarta línea tiene que ver con la rectoría y el fortalecimiento institucional, no por un tema de vanidad institucional, sino por su misión. INAU tiene que tener una incidencia en el escenario público y en la sociedad y para eso tiene que tener dos cosas, un INAU que se fortalezca y que no quede solo, que pueda avanzar en acciones interinstitucionales, coordinando esfuerzos con ANEP, con el MSP, con ASSE, con los gobiernos departamentales, con el Mides.
¿Cómo se resuelve la aparente contradicción del cambio de paradigma para fortalecer los lazos familiares con el crecimiento de la violencia?
Yo decía que todas las líneas son conciliables y todas las líneas son complementarias para prevenir las violencias, muchas veces la detección de la misma, que es un gran desafío en el caso de los niños. Mucha de las denuncias ingresan por la Línea Azul pero solo una parte, otra están presentes en el territorio y es desde los dispositivos que se pueden constatar, en un CAIF por ejemplo.
Cuando hablamos de pasar un niño de la internación a la familia, no solo hablamos de sacarlo de un Centro 24 horas, de arrojarlo a un núcleo familiar sin medir si ese núcleo esta en condiciones de acogerlo, cuidarlo y atenderlo. Es un proceso que supone la posibilidad de desinternalizar porque la familia material y desde las buenas prácticas puede hacerlo.
Queremos avanzar en las adopciones por que es el instituto más noble cuando se rompen los vínculos con las familias de origen, y ensanchar las Familias de Acogida, que por suerte han crecido en el último año, y trabajar el vínculo con las familias biológicas, recuperando los lazos con sus padres originales.
El mensaje de Rendición de Cuentas vino con una fuerte señal de apoyo a la infancia. ¿Qué implica desde el punto de vista práctico?
Es una muy buena noticia y se alinea con la línea estratégica número dos.
El INAU va a poder ampliar los Centros CAIF con la construcción de nuevos y la ampliación de muchos que ya existen. Por ejemplo, hoy los centros atienden de 0 a 2 años y con esta ampliación vamos a poder atender la franja de tres años en una coordinación que tendremos que hacer con ANEP para que aquellas zonas donde no llega la “mano de INAU” lo hagan ellos.
¿Es esperable que ANEP asuma ese rol cuando se ha quitado la obligatoriedad de la escolarización de los niños de tres años?
Yo creo que sí porque hoy ANEP está atendiendo a más de 15.000 niños y además tiene disponibilidad locativa de avanzar así que se deberá coordinar buscando todas las formas, como por ejemplo en Pueblo Centenario donde ANEP pone el local y el INAU los recursos humanos.
¿Cómo se distribuye la partida de 50 millones dólares para cumplir con el objetivo expresado por la ministra de Economía?
Es para atender primera infancia, pero no es toda la partida para el INAU.
Allí hay recursos que se van a canalizar a través del Mides, pero en la semana que viene vamos a dar números más precisos en una conferencia de prensa. Va a haber recursos para ampliación del Plan CAIF. En algún caso se puede volcar recursos para ANEP.
En el ámbito que se constituyó están, entre otros, Mides, OPP, Ministerio de Vivienda, porque la idea es atender a las familias de primera infancia, optimizando los recursos. La inversión en primera infancia es la inversión más rentable porque en esa franja de 0 a 3 años se juega el crecimiento físico y emocional como seres humanos.
El Plan CAIF, nacido en 1988, es un ejemplo de una política de Estado que no solo no se ha interrumpido, sino que se profundizó en cada administración y han pasado tres partidos políticos por el gobierno desde 1988 a la fecha.
¿Cuál sería la meta a cumplir llegado el último día de su gestión, por ejemplo en la reducción de la pobreza infantil?
Es muy difícil de medir cuando no solo depende del INAU; notoriamente el país tiene un problema estructural que ha atravesado todos los gobiernos y es el de la infantilización de la pobreza. Esta apuesta apunta a eso, a ese quintil que representa un 21% de hogares con niños de 0 a 3 años por debajo de la línea de la pobreza. No lo va a terminar esta administración por más exitosos que seamos, pero es un proceso que viene desde administraciones anteriores y creo que vamos en el buen camino, pero no lo voy a cuantificar porque hay que ser serio.
INAU ya tiene cuatro líneas estratégicas, el presupuesto. ¿Qué se hace en concreto en lo táctico?
Vayamos por línea; vamos a ampliar las Familias de Acogida y definir una prestación para las familias biológicas con un reglamento que ya está incluido en el proyecto de Rendición de Cuentas y que la prestación pueda estar pronta antes del 1º de enero en una escala que empieza con 2 BPC por hijo, hasta tres según el nivel de vulnerabilidad, y que las familias cuyos hijos puedan ingresar al sistema, cuenten con ese apoyo cuando la causa de esa debilidad es económica, que representa la dificultad mayor en el 20% de los hogares donde sus niños están en los Centros 24 horas.
Esa prestación se dará durante un proceso constante con los equipos técnicos y territoriales de atención a la familia.
Dispusimos en el directorio mejorar la asistencia a las Familias de Acogida, aumentar sus ingresos de 2 a 3 BPC.
Vamos a lanzar una campaña de sensibilización para ensanchar las Familias de Acogida.
En la línea dos, además de los 24 centros CAIF que se abrirán entre 2020 y 2021, está en marcha una nueva licitación por régimen PPP para nuevos 27 centros en 27 localidades, la apertura de dos Centros Juveniles nuevos. Hay un convenio con el Fondo de la Construcción, Sunca y Cámara de la Construcción para abrir un Centro Siempre en la zona de Piedras Blancas para 90 niños.
En el tema violencia, en acuerdo con la Intendencia de San José, se va a abrir un local para contar con otro centro para mujeres víctimas de la violencia con hijos, que se suma a los que lleva adelante el INAU junto al Mides, que son insuficientes y tenemos la capacidad colmada.
Estamos trabajando intensamente en los Sipia (Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia) con 32 comités de recepción local de denuncias, y en tres departamentos (Artigas, Maldonado, Florida) hemos avanzado no solo en la recepción de la denuncia, sino en la reparación del daño sobre esos niños, con un convenio en plena ejecución con la Fiscalía y la Facultad de Psicología, sobre todo en un tema tan lamentable como el femicidio íntimo, es decir, el asesinato de una madre delante de sus hijos.
¿Qué pasa a nivel de los recursos humanos?
Tenemos carencias que no son de carácter presupuestal; por ejemplo por el rubro 0 vamos a contratar 50 supervisores nuevos, 12 inspectores de espectáculos públicos, más 5 inspectores de trabajo infantil y llenar 2/3 de las vacantes o sea 200 ingresos en atención directa.
Se trabaja en el ámbito de Cenfores en la formación de los recursos humanos, que tuvimos algún problema en la capacitación de primera infancia, con atrasos en la prácticas de tecnicaturas por la emergencia sanitaria, ya que solo podían ingresar a los centros niños y trabajadores, y se atrasó el inicio de los cursos en Formación Básica, por la pandemia y por la alta demanda de anotados.
¿En algún momento se manejó la posibilidad de reorientar los ETAF (Equipos Territoriales de Atención Familiar) y los ETAF-CAFF (vinculados a los Centros 24 Horas)?
Con relación a INAU se viene instalando el concepto de que vamos a terminar con los ETAF, y los ETAF siguen funcionando con total normalidad, no ha habido un solo recorte ni retroceso. De los 34 ETAF que tenemos, tuvimos dificultades en dos de ellos, pero por incumplimiento de las organizaciones sociales y las familias no quedaron sin atención.
Tenemos una idea hablada en el directorio de que los ETAF se transformen todos en ETAF- CAFF vinculados a los Centros 24 Horas porque apostamos a un proceso de desinternación y además poder tener presencia en departamentos en los que no hay presencia del INAU.
¿Cómo es el seguimiento del INAU de las denuncias que involucran recursos dentro del organismo, como fue el caso de Treinta y Tres?
Un constante trabajo de colaboración y seguimiento con la Fiscalía. Pasa que es muy fácil denunciar, pero difícil conseguir pruebas concluyentes y sin ellas no pueden pedir la formalización.
Somos auxiliar de la Justicia cuando hay denuncias y en el caso de la explotación sexual hay que ir a la Justicia y denunciar por los recursos que la Justicia tiene para actuar, como interceptar llamadas por ejemplo; yo entiendo evitar la revictimización de la víctima, pero sin el testimonio la Fiscalía no puede avanzar porque seguimos con la cabeza en el viejo código y yo soy un gran hincha del nuevo código y las garantías para las víctimas hoy están en él.
¿Cómo es el relacionamiento dentro del directorio y con el sindicato?
Yo he dicho en el Parlamento que en el directorio trabajamos con nuestras diferencias pero sumando; la directora Argencio cumple su rol de oposición fiscalizando, pero también haciendo importantes aportes y el compromiso de los funcionarios ha sido un pilar fundamental de la gestión sobre todo en momentos difíciles de la pandemia donde muchos incluso se han “internado” con los niños en los centros en que había un foco de covid.