“La vida imita al arte” y los artistas ven el futuro. Las distopías negativas comenzaron en el séptimo arte (que hoy tiene su epicentro en las series), con Naranja Mecánica, en 1971, se redondearon con Blade Runner en 1982 (las máquinas mostraron entonces ser mejores que los seres humanos), y desde entonces no generaron visiones positivas. Hoy dominan El cuento de la criada y La purga, series que parten de un golpe de Estado en Estados Unidos que instaló, en un caso, una teocracia militar basada en la sumisión de la mujer; y, en el otro, la realización de una noche de “asesinato libre” anual, en la cual los ricos (ayudados por el gobierno) se libran de los pobres, los discapacitados, los desempleados y los rebeldes. Las únicas utopías fílmicas que permanecen son las series de superhéroes, lo cual no es poco teniendo en cuenta la historia cultural de EEUU, pero carecen de sustento real. ¿Alguien recuerda Los intocables, o The West Wing, donde la justicia y el buen gobierno eran los modelos indiscutibles e irrenunciables de conducta?
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Ahora vivimos el tiempo de los millonarios metidos en la política, del auge del narcotráfico (que todo lo destruye) y de líderes como Donald Trump o Jair Bolsonaro.
Todos sabemos que la elección de medio término del 6 de noviembre en los Estados Unidos fue un auténtico plebiscito sobre la gestión presidencial de Donald Trump.
Había tres escenarios de resultados posibles: una aplastante victoria demócrata, que abriera las puertas al impeachment o juicio político; un resultado intermedio (victoria demócrata en Diputados y republicana en el Senado), y la posibilidad trágica de que Trump afianzara su dominio en estos tiempos de Bolsonaro. Se dio la línea del medio y un poco más, porque los republicanos perdieron dos senadores sobre una exigua mayoría de cuatro.
No se dio la “ola azul” (el torrente demócrata que había pronosticado Michael Moore), pero los demócratas avanzaron fuertemente y Trump retrocedió.
Trump tuvo a su favor el auge de la economía (donde el crecimiento llegó a una tasa anualizada de 3,5% en el tercer trimestre, y el desempleo a 3,7%), estimulada, según él, por el enorme recorte de impuestos aplicado al comienzo de su gestión. En realidad, la economía venía creciendo desde 2010 en EEUU (gracias al milagro keynesiano de Obama y Bernanke), y el recorte fiscal la empujó en algo, pero el inmenso déficit fiscal que generó pronto va lamentablemente a comerse todo ese beneficio y convertirlo en crisis.
Eso es lo que pasó en Argentina al eliminar las retenciones y lo que pasa en cualquier hogar. Una desgracia para todo el mundo, que nadie debe festejar.
A partir de ahora, Trump lidiará con un Congreso dividido, y con su propio partido más enconado, porque saben que se hundirán con él.
El gobierno de Donald Trump, que inauguró una era de inestabilidad permanente y terror mundial (en materia nuclear, baste citar a Siria, Corea e Irán, en materia comercial y fiscal), se acerca a su segunda etapa, mucho más dificultosa que la primera.
También lo esperan la investigación de la “trama rusa” por el fiscal especial Robert Mueller, y el encono de las Fuerzas Armadas y la “Comunidad de Inteligencia” por su increíble empeño en retirar a los Estados Unidos del predominio mundial que ostenta desde 1945.
El mundo será un lugar mejor cuando deje el gobierno de los Estados Unidos.
***
¿Qué se juega en las elecciones de medio término?
En las elecciones del 6 de noviembre, los estadounidenses votaron la renovación integral de los 423 escaños de la Cámara de Representantes; de 35 bancas del Senado sobre un total de 100; 36 gobernadores estatales y cientos de cargos menores.
Según los datos oficiales disponibles el miércoles 7, el Partido Republicano tenía seguros 51 senadores (sobre una mayoría de 51) y 196 representantes (en una mayoría de 218); en tanto el Partido Demócrata reunía 46 senadores y 221 diputados, estando en disputa los cargos restantes. El sexo femenino pasó a tener 10 senadoras y 103 representantes, aumentando en 10 la cantidad anterior. Habrá por primera vez dos mujeres musulmanas en el Congreso, y en Georgia, Stacey Abrams espera ser la primera gobernadora negra.
Trump, siempre Trump
En una instancia inconcebible en otras épocas, las cadenas CNN, NBC y Fox y la red social Facebook rechazaron emitir un anuncio del presidente Donald Trump por racista. Se trata de un vídeo de campaña que vincula un criminal indocumentado mexicano con la caravana de migrantes que se dirige a Estados Unidos a pedir asilo humanitario. Culpa a los demócratas de permitir su entrada al país. Muestra la caravana de migrantes que llega a Ciudad de México, y a Luis Bracamontes, un mexicano indocumentado condenado a muerte en abril por el asesinato de dos policías de California en 2014. Luego muestra frases como “los demócratas lo dejaron entrar a Estados Unidos” y “los delincuentes ilegales peligrosos como el asesino de policías Luis Bracamontes no se preocupan por nuestras leyes”.
La publicidad fue mostrada algunas veces y despertó tal cantidad de críticas que fue retirada por la cadena NBC afirmando que reconocía “la naturaleza insensible del anuncio”, considerándolo “extremadamente ofensivo”, teniendo en cuenta motivos raciales, religiosos o étnicos. CNN ya lo había rechazado y el lunes de tarde Facebook eliminó el anuncio. Trump hizo comentarios en Twitter sobre el anuncio donde pareció atacarlo y defenderlo a la vez.
El miércoles 7 a mediodía, el presidente celebró los resultados y atacó a un periodista hispano. “Fue un gran día”, dijo Trump en su conferencia de prensa del miércoles. En su habitual estilo totalmente desconectado de la realidad (la famosa “posverdad”, que en realidad es antiverdad), afirmó que el resultado le fue bastante exitoso, sostuvo que eran los mejores resultados electorales en 100, desconociendo su propia anterior performance.
“Anoche, el Partido Republicano desafió a la historia para expandir nuestra mayoría republicana”, afirmó, agregando que su partido “superó las expectativas en la Cámara”, olvidando decir que perdió cerca de 40 bancas y la mayoría en la misma.
Eso sí, en la rueda de prensa el presidente Trump tuvo un duro enfrentamiento verbal con el periodista latino Jim Costa, de CNN, quien le cuestionó al mandatario por llamar “invasión” a una caravana de migrantes que pide asilo humanitario. “Sos un maleducado y una mala persona”, le contestó el presidente de los Estados Unidos, que amagó retirarse de la conferencia de prensa.
Amenazando su fuente de trabajo, le espetó que: “Te digo que CNN debería avergonzarse de tenerte trabajando para ellos. Sos un maleducado y una mala persona. No deberías estar trabajando para la CNN. Sos una persona muy grosera (…)” etc. etc.
Para el final, quizá consciente de la dificultades que lo esperan, afirmó su deseo de poder trabajar con los demócratas (increíblemente saludó a la nueva titular y vocera de la Cámara, Nancy Pelosi), pero no vaciló en amenazarlos: “Si los demócratas piensan que van a desperdiciar dinero de los contribuyentes investigándonos en la Cámara de Representantes entonces nos veremos forzados a investigarlos a ellos por todas las filtraciones de información clasificada en el Senado. Este es un juego que pueden jugar dos”.
Este es el hombre que conduce la primera superpotencia política, económica, militar y cultural del globo. El mundo respirará aliviado cuando se vaya.
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