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Mundo Argentina | dólar |

El FMI impone medidas heterodoxas

Tarde y mal: Argentina fija el dólar y congela precios

Es tarde para salvar su ansiada reelección, pero Mauricio Macri y su inoperante gabinete debieron imponer medidas heterodoxas temporarias como fijar el valor del dólar y congelar precios. Buscan imponer una tregua en la abrumadora crisis económica y social; dar condiciones para que lleguen los beneficios de la cosecha y mayores exportaciones y, sin duda, mejorar sus resultados electorales.

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Por Carlos Luppi

Uruguay necesita estabilidad en Argentina para evitar un desastroso contagio. Esta columna predijo la adopción de estas medidas.

Durante la presentación del documento Informe de Perspectivas de la Economía Mundial – Abril 2019, realizado el 9 de abril en Washington, durante la apertura de la Asamblea Conjunta del FMI y el Banco Mundial (BM), o «Asamblea de Primavera», la nueva Economista Jefe del FMI, Gita Gopinath, señaló que en 2019 y 2020, América Latina y el Caribe crecería 1,4% y 2,4%, respectivamente; en tanto que Argentina (la niña mimada del organismo multilateral de crédito que le otorgó un préstamo de US$ 57.100 millones, más del 10% de su PIB) caerá -1,2% en 2019 y crecerá 2,2% en 2020.  El informe también expresa -aunque los medios uruguayos excepto CARASyCARETAS no lo divulgen-  que el FMI prevé que Uruguay crezca 1,9% de su PIB en 2019 y 3% en 2020, cifra similar a la proporcionada por el Economista Jefe del Banco Mundial, Dr. Carlos Végh Gramont.

Ahora bien, el gobierno argentino no ha podido revertir la formidable crisis de confianza que lo afecta ni tomar medidas adecuadas para estabilizar su economía, lo cual se manifiesta en las recurrentes corridas cambiarias, y en el traslado a precios del aumento del precio del dólar, lo que determinó que en su imparable carrera, la inflación fuera de 4,7% en marzo (información del INDEC), con un acumulado anual de 11,8%, e interanual -la que importa- de 54,7%, en ascenso. Es decir, que en los últimos doce meses los precios subieron 54,7% en el país vecino, lo cual tiene múltiples efectos en nuestra economía, nuestras exportaciones (es nuestro cuarto cliente comercial y el primero en servicios turísticos), y nuestro tipo de cambio, que se depreció en 0,5%, superando los $U 35 vendedor en pizarra.

Obviamente, tanto los economistas como la ciudadanía argentina comenzaron a manejar soluciones desesperadas para tener un respiro, como la dolarización, en tanto el fantasma de la hiperinflación (que Argentina vivió en 1976, 1989 y 2001, por citar las más recordadas), sobrevolaba el país.

Mientras la recesión,  el desempleo, la miseria, la violencia y la desesperación avanzaban sobre Argentina, Mauricio Macri y sus impávidos ministros provenientes de la más rancia oligarquía argentina (alcanza con nombrar a Peña, Pinedo, Rodríguez Larreta, Bullrich, entre otros), proseguían con sus anodinos discursos televisivos (cuando no alguna bravata incomprensible), a nadie cabe duda que el establishment del FMI y el Banco Mundial continuó considerando alternativas para lograr que, por lo menos, el país llegue a las elecciones de octubre próximo.

 

Las afirmaciones que hicimos  en CARASyCARETAS

El 5 de abril, en el artículo titulado «Argentina: una semana casi fatal», esta columna (tras exhibir los horrorosos indicadores económicos del país hermano) afirmó que: «Como en otros gobiernos del continente, ni el concepto ni la palabra «desarrollo» han sido su prioridad: la de Macri y sus equipos económicos fue siempre bajar el déficit fiscal (el gran instrumento en tiempos de crisis) y reducir la inflación. Obviamente, tampoco lo han logrado. (…) hay que terminar con la letanía de achacar toda desdicha económica a la suba de tasas en Estados Unidos (que se ha detenido en niveles muy razonables hace ya meses), y a la «guerra comercial» entre Estados Unidos y China. Numerosos países de América Latina, entre ellos el nuestro, no han experimentado consecuencias de alta negatividad por estos hechos.

Volviendo al BCRA, como sus titulares son «liberales» y su vida tiene como meta tener en el futuro un puesto en el FMI o en el Banco Mundial, el único instrumental que conocen o admiten es el que les señalan. El Dr. Guido Sandleris, graduado en la UBA, en Columbia y en la London School of Economics, solamente atinó a aumentar la tasa de interés de las Leliqs, incrementando, obviamente, la deuda pública. Ni una medida más. Así y todo la divisa norteamericana se encareció 10,7% en marzo. (…)

¿Son acaso éstas, las únicas medidas económicas posibles?

De ninguna manera: como tantas veces ha afirmado el Economista Jorge Notaro (entre otras personalidades de nuestra vida económica), el Banco Central podría fijar administrativamente el precio del dólar, y mantenerlo por un lapso prudente, lo cual requeriría negociar la anuencia del FMI.

También podría disponer una congelación general de precios y tarifas por un lapso prudencial (por ejemplo de tres meses) para dar un respiro social mientras llegan el desembolso del FMI y las divisas del agro, y mejoran las exportaciones por el efecto de una devaluación real.

Pero todo lo que huela a intervención estatal o regulaciones (las mismas que son el pan de cada día en las potencias desarrolladas, que controlan hasta el menor movimiento de su economías), está prohibido para los países subdesarrollados, y no pasa por la mente de los economistas «liberales», que sólo practican el ajuste fiscal, trayendo la recesión, el desempleo, la miseria y la delincuencia».

Pues bien, no lo habrán pensado Macri, ni Durán Barba, ni sus inoperantes ministros, pero el FMI y el Banco Mundial vieron que tenían que tomar medidas de este tenor y así hemos llegado a las adoptadas los días 16 y 17 de abril.

 

Antecedentes

El 1º de marzo, el Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner expresó en conferencia ante el Consejo de las Américas que: «Creo que la parte que nuestras proyecciones pasaron por alto del proceso inflacionario (en la Argentina) es que la inflación está demostrando estar mucho más arraigada de lo que pensábamos».

Estas afirmaciones se realizaron poco después que llegara al país una nueva misión técnica del FMI al país para desarrollar la tercera revisión del Programa acordado en el marco del Acuerdo Stand-By, que el 5 de abril fue aprobado por el Directorio Ejecutivo del organismo multilateral, aprobando un desembolso de US$ 10.800 millones, sobre un total de US$ 57.100 millones.

Si hay alguien informado de lo que pasa en Argentina y en el mundo, es el FMI, guste o no.

Y, sorpresivamente, el 16 de abril el presidente del BCRA, Guido Sandleris, anunció que Argentina fijó tanto el techo como el piso de la «zona de no intervención» en $A 39,75 y $A 51,45, congelándola.

En el mismo sentido «heterodoxo» de intervenir en el «libre funcionamiento de los mercados» (falacia que nadie cree en este mundo, ni en ningún otro), el miércoles 17, el propio presidente Mauricio Macri anunció -mediante un curioso spot que seguramente es sugerencia de su gurú Durán Barba, el mismo que aconseja a varios presidenciables en Uruguay- un plan de control de precios sobre sesenta precios de bienes de primera necesidad, en principio, el que se extiende a algunas tarifas, por un plazo de 60 días.

El presidente radical Hipólito Yrigoyen y el general Juan Perón, padres del intervencionismo económico en la Argentina, deben reír en sus tumbas ante tanto discurso «liberal» pronunciado por Macri, Pinedo, Peña y sus amigos.

En el video colgado por el gobierno en Facebook, Macri habla con una familia y les dice que hay que pasar la tormenta» y agrega que «todos necesitamos un alivio, un plan de contención de precios hasta que las medidas de fondo empiecen a funcionar». Todos sonríen contentos.

El ministro Dujovne informó que se trata de «un pacto entre caballeros» con empresas para congelar precios de alimentos básicos como aceite, arroz, yerba, fideos, harina, leche, azúcar y muchos otros, a los que se suman las tarifas de la electricidad y el gas, y el transporte público.

Habrá muchas otras medidas en el mismo sentido como rebajas en medicamentos para personas en situación de pobreza (33,5% de la población), y otras.

 

El FMI «aprueba ex post»

Como se esperaba, el FMI, por boca de Gerry Price, Director de Comunicaciones del FMI, «dio su visto bueno» a las medidas que seguramente sugirió, para evitar que el gobierno de Macri termine antes de las elecciones y tenga, aunque remotamente, alguna posibilidad.

En un breve comunicado, el FMI expresó que: «Saludamos el cambio en los parámetros del marco anunciado hoy. Junto con la reciente decisión de extender el cero crecimiento de la base monetaria hasta noviembre, que deberían ayudar a anclar las expectativas de inflación».

Nicolás Dujovne y Guido Sandleris asistieron a la Asamblea Conjunta del FMI y el Banco Mundial el fin de semana pasado, por lo cual es indudable que conversaron o, mejor aún, «recibieron» estas medidas.

Por lo pronto, «el libre funcionamiento de los mercados» (la mentira más grande de las ciencias económicas), prometido por Mauricio Macri, cuyo gobierno ha beneficiado brutalmente a los sectores más privilegiados de la población (la conjunción que llamamos neoliberalismo o dirigismo de derechas), ha muerto en Argentina por mano del propio presidente.

Históricamente estas decisiones son un hecho de tremenda significación.

 

 

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