Restaurar, renovar o recuperar la utilidad de un inmueble de antaño, es una acción de indiscutible necesidad para la preservación patrimonial, pero sobre todo tiene un gran valor por el consecuente impacto social dentro de la comunidad que le circunda y más allá. El conocido popularmente como Polvorín del Cerro, otrora Casa Real de la Pólvora, ya no guardará aquello para lo que fue creado en su histórico pasado, pero sí encenderá la luz del aprendizaje y la cultura en el entorno que lo acoge, lo revive y se enorgullece.
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Parece lejano en el tiempo aquel año 2015 cuando un grupo de alumnos y docentes de la Escuela Nº 364, presentaron al Municipio A, la iniciativa de recuperar un lugar que les era tan cotidiano. Dolía ver el deterioro y el abandonado de una obra declarada Patrimonio Histórico Nacional desde 1976 y con más de 225 años de memorias en sus muros. Entrevistado por Caras y Caretas Portal, Pablo Khalil coordinador de cultura del territorio, rememora esos inicios y valora el resultado de una inversión que requirió estudio, tiempo y alrededor de 600.000 dólares.
Esta es una construcción histórica que data de 1794, una de las tres que aún se preservan en América Latina, anterior a la Fortaleza del Cerro, con una larga vida de funcionalidades muy distintas a la original que consistió en albergar unos 100.000 kilogramos de pólvora. “Hasta el año 1977 estuvo en manos del Ejército, más tarde serviría incluso como iglesia, después pasó a la Comisión 25 de agosto”, explica Khalil y recuerda al grupo de alumnos de la escuela pública del predio que armó el proyecto social que dio inicio a lo que vendría después. “Se lo presentaron al entonces alcalde hoy diputado Gabriel Otero y el municipio resolvió realizar un comodato con el Ejército que es el dueño del lugar y propuso reconstruir sobre sus bases en acuerdo con la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación”.
“La Casa Real de la Pólvora que se encontraba en semiabandono, volvería a su estado original con algunos agregados de luminosidad -el techo por ejemplo tiene ahora partes que permiten entrar la luz- y mayor accesibilidad pero manteniendo la construcción base. Fuera del edificio se creó un área de baños y una oficina turística para la sección administrativa”, explicó el funcionario.
El proyecto en sí mismo comenzó con estudios arqueológicos y de obra, “la facultad de arquitectura en convenio con el municipio realizaron rastreos en el lugar y se encontraron balas de la época -porque aparte de ser un polvorín también ahí ocurrió la batalla del Cerro entre las fuerzas de Manuel Oribe y el ejército brasilero-”.
El Arquitecto Sergio Padilla, fue responsable del proyecto y el encargado de llevar a cabo las acciones de restauración de acuerdo con los principios de mantener la volumetría general del edificio y su relación con el entorno, el respeto a la integralidad del espacio interior y la conservación y puesta en valor del monumento.
Pero sin lugar a dudas el accionar de la comunidad fue imprescindible, resalta Khalil y en este sentido nos pone al tanto del trabajo que se hace en conjunto desde hace bastante tiempo. “Primero se conformó una comisión administradora entre el municipio y los vecinos pero a parte se ha logrado integrar una comisión de jóvenes -que son los jóvenes que presentaron el proyecto cuando estaban en sexto de escuela y hoy tienen entre 17 y 18 años-, hay una base de trabajo colectiva que es justamente la forma en la que el municipio ha venido organizándose desde el primer momento, integrando la participación ciudadana al desarrollo cultural”.
Una casa para las artes escénicas
La funcionalidad actual del flamante Centro Cultural Casa de la Pólvora está enfocada en el desarrollo de las artes escénicas. Según Khalil, está pensado como un lugar de experimentación. “El Ministerio de Educación y Cultura (MEC) ya presentó tres talleres abiertos a la comunidad, la escuela municipal de Arte Dramático tiene pasantías y el proyecto fundamental cuenta con una sala de teatro de pequeñas dimensiones”.
En general el centro busca promover la apropiación comunitaria de la edificación colonial a través de diversas actividades culturales como el teatro, las artes circenses, danza, títeres, música y performances en diálogo con el espacio y su memoria.
Fiesta de inauguración
Uno de los objetivos prioritarios es la generación de circuitos de visitantes así como la inserción del centro en proyectos barriales que promuevan espacios y experiencias de valor patrimonial.
Justamente el domingo 3 de octubre a las 15 horas “en el marco de las actividades por el Día del Patrimonio estamos inaugurando la Casa de la Pólvora que se encuentra en Cno. Cibils y Bulgaria. Es un centro de gran relevancia no solo para el barrio, estamos hablando de una de las construcciones más importantes y antiguas del Uruguay”.
La cita contará con un esperado recorrido y variadas propuestas artísticas. El cierre musical estará a cargo del grupo “El Club de Tobi”.
- Polvorín del Cerro antes de la restauración.
- Proyecto de restauración del Polvorín del Cerro.
- Proceso final de restauración del Polvorín del Cerro.