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Columna destacada | humo | gobierno |

Guambia la tosca

Cortinas de humo... e incendios

El marketing político no ha podido ocultar lo que la cruda realidad impone a los hogares de todos los uruguayos.

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Siempre los dos últimos años de gobierno son más difíciles que los dos primeros. La vara de medición de la gente aumenta y las posibilidades de echarle las culpas al gobierno anterior se van diluyendo. Pero nunca se había visto este fenómeno más patente que en el gobierno de Lacalle Pou. El marketing político no ha podido ocultar lo que la cruda realidad impone a los hogares uruguayos.

Cada noticia inconveniente que llega a conocimiento de la opinión pública es seguida de un hecho que pretende opacarla con lo que se suele llamar una cortina de humo. Para ello es necesario prender tantos fogones que hoy, como se suele decirse en paisano, ya que el presidente es tan afecto a los dichos, “se les está incendiando el rancho”.

De la cara de sorpresa cuando va preso su jefe de seguridad, Alejandro Astesiano -“pero el más afectado soy yo, que no sabía nada de sus pasos”-, el presidente cambió a un “tengo idea de que alguien me había comentado algo a lo que no le di importancia”. Ese “alguien” resulta haber sido el difunto ministro del Interior Jorge Larrañaga. Luego el secretario de Inteligencia del Estado, Alvaro Garcé, con oficina en la Torre Ejecutiva. El mismo edificio donde atiende Lacalle (piso 11) y atendía Astesiano (piso 4).

¿Sabía o no sabía? Si sabía, nos mintió. Si no sabía, nos miente Garcé. No hay tercera opción. Solía decir Wilson que si sabía, es responsable por saber, si no sabía, lo es por no saber”. El ministro de Relaciones Exteriores mintió al Senado. Cero autocrítica, humo y más humo. Problemas conyugales que deben estar al margen de esto acaparan las noticias. El TLC con China … lo que venga.

Así remamos y remamos hasta llegar, entre otros reveses para la gente, a la reforma de la previsión social, a la que prefiero llamar “recorte jubilatorio”. El cúmulo de mentiras, marchas y contramarchas es tan grande que no cabe en una publicación del libro Guinness.

Dejo de lado, por hoy, mi postura personal. Si por mucho menos casi cae el gobierno francés, es porque es un tema muy sensible: cómo van a vivir las personas mayores tras su retiro. Se argumenta que al sistema entra menos plata que la que sale. No se sabe exactamente cuánto, como veremos. Pero tengamos en cuenta que este no es un kiosco comercial.

Si mañana falta plata para el cero déficit fiscal neoliberal, ¿van a cerrar escuelas? De nuevo vuelvo a Wilson: “Si falta plata, se ajusta la tributación con un criterio finalista y pagan más lo que más tienen para sostener a los que tienen menos”. La seguridad social no es un negocio y por lo tanto no debe ser manejada con ese criterio.

Durante la recta final, que culminó con la votación en la madrugada del 25, hubo más marchas y contramarchas. Cada una de ellas desmentía lo aseverado en la anterior. El presidente dijo que no votarlo sería violar el compromiso para el cual fue electo. Sin embargo, en la campaña electoral dijo lo contrario: “Durante mi gobierno no se toca la edad ni el monto de las jubilaciones”. O mintió como candidato o mintió como presidente. Seguro, mintió cuando dijo que era un mandato del electorado.

¿A qué se debía ese apuro tremendo en aprobarlo? ¿No se podía demorar dos días más? Mejor haber dedicado ese tiempo a explicar por qué antes de ganar asumió un compromiso y luego de asumir otro distinto.

Hay más. Después de cerrado el proyecto y votado en el Senado, Cabildo Abierto dijo que tenía modificaciones para sugerir. Lacalle (h) respondió que no. Pero un par de días antes de Semana de Turismo, empezó a negociar con ellos. El lunes, después de la Vuelta Ciclista, dijo que ya había humo blanco con Cabildo Abierto, que ya se podía votar en Diputados. Sanguinetti había dicho “Estoy harto de las presiones del general Manini” (ojo que se incendia el rancho).

Logrado el acuerdo con Cabildo, el Partido Colorado dijo “Ahora no... si Cabildo pudo modificar, nosotros también”. Mientras que el presidente decía a quien le preguntara que había mantenido informado al Dr. Sanguinetti de las negociaciones y los cambios, el Partido Colorado negó tener conocimiento. ¡Uf!

Hubo que informar a los colorados y ya pronto para gritar desde el balcón “Habemus reformatio”, el Partido Colorado reapareció con un “ahora nosotros queremos hacer nuestras propuestas”. Pero ¿no era un irresponsable Manini por haber hecho precisamente eso?

Y así fueron y vinieron hasta que se votó y volvió al Senado para ser votado a tapa cerrada, sin modificaciones. En el medio la cortina de humo fue en el IAVA. Separaron del cargo al director por no echar a los estudiantes del salón gremial. Movilizaciones, actos masivos de protesta. Además de profesores y estudiantes, los padres de alumnos del liceo se sumaron con sorpresa al pedido de que se entre en razón.

El paro del martes fue un llamado de atención. En Francia, por un proyecto menos brutal que el uruguayo, Macron hace autocrítica y hasta deja aparentemente abierta la puerta para una instancia de negociación tras haber aprobado la reforma por decreto, como habilita la constitución francesa.

Escándalos con la Justicia, fuegos cruzados con la oposición que ni siquiera fue informada de los cambios con tiempo para estudiarlos… Hay que remontarse a la década del 60 y los gobiernos de Pacheco y Bordaberry para recordar tanta intolerancia y autoritarismo.

Mientras tanto, la gente espera. Y el cambio va a llegar.

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