En la última década, el concepto de economía verde se ha convertido en una prioridad estratégica para los gobiernos de muchos países. Los principios y las ideas básicas en el ámbito de la protección del medio ambiente se consagran a nivel internacional, mientras que el desarrollo de programas y objetivos específicos se lleva a cabo a nivel nacional. Todos los países de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) - Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán - son partes en los acuerdos medioambientales internacionales vigentes. Para la Unión, la agenda medioambiental también es importante desde el punto de vista de garantizar condiciones favorables para la vida humana. La transformación hacia una “Unión verde” contribuye a la transición hacia una nueva estructura tecnológica y económica global, permitiendo que las economías de los Estados de la UEEA avancen hacia un desarrollo sostenible y bajo en carbono, caracterizado por disminución de emisiones y un sistema de gestión de la naturaleza basado en la ciencia, además, implica la introducción de nuevas tecnologías medioambientales e industriales, así como tecnologías “verdes” en el transporte.
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La formación de la cooperación económica en el ámbito de las tecnologías “verdes” y la protección del medio ambiente es uno de los apartados de las Directrices Estratégicas para el desarrollo de la integración económica euroasiática hasta 2025, aprobadas mediante la decisión nº 12 del Consejo Económico Supremo Euroasiático el 11 de diciembre de 2020. Como parte de la implementación de estos objetivos, la Comisión Económica Euroasiática (CEE) está estudiando la experiencia y las mejores prácticas en el campo del ahorro de energía, la eficiencia energética, las energías renovables y la protección del medio ambiente. Esto se realiza en colaboración con agencias internacionales de energía y organizaciones de la ONU, desarrollando un concepto para la introducción de los principios de la economía “verde” en la UEEA.
Para llevar a cabo esta implementación en octubre de 2021 los líderes de los Estados miembros de la UEEA emitieron una declaración conjunta sobre cooperación económica en el marco de la agenda climática. Se estableció un Grupo de Alto Nivel para armonizar las posiciones de los participantes de la Unión en este ámbito. En la actualidad, se está desarrollando el concepto para la introducción de los principios de la economía “verde” en la UEEA y una hoja de ruta para la agenda climática de la Unión. Una de las prioridades de integración de la UEEA es aumentar el ahorro de energía y la eficiencia energética, incrementar la proporción de fuentes de energía renovable, abordar los problemas medioambientales existentes y promover el desarrollo sostenible. Esto incluye, entre otros, la eliminación del uso de plásticos de un solo uso (desechables) y el fomento de la producción e implementación del transporte eléctrico, incluido el transporte de mercancías. Para lograrlo, la CEE ha creado un registro de proyectos y soluciones en el ámbito de las tecnologías digitales y la producción con bajas emisiones de carbono. Esto abarca iniciativas existentes como la construcción de pequeñas centrales eólicas y nucleares, la producción de hidrógeno con emisiones reducidas y las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono. También incluye la previsión y monitoreo de situaciones causadas por el ser humano, el equilibrio de uso de carbono, la seguridad urbana, las plataformas educativas y los programas de educación a distancia, la automatización y el desarrollo de nuevas tecnologías en el marco de la eficiencia energética.
En el ámbito de la industria, una de las tareas prioritarias para profundizar la integración de la UEEA es el desarrollo de la cooperación económica en el campo de las tecnologías “verdes” y la protección del medio ambiente. Las esferas más importantes de esta cooperación incluyen la limitación de la producción y el uso de plásticos. En la actualidad, se están llevando a cabo investigaciones sobre la eficiencia socioeconómica y la viabilidad de prohibir la importación y la producción de productos de plástico desechable. Además, se está promoviendo el desarrollo del transporte eléctrico a través de medidas adicionales que incluyen incentivos informativos, organizativos y financieros para fomentar el transporte amigable con el medio ambiente. Otro enfoque clave es el desarrollo de la energía del hidrógeno, que ocupa un lugar crucial en la cooperación en el ámbito de la protección del medio ambiente. Hay que destacar la importancia de metalurgia “verde”: en la UEEA un tercio del acero se produce de chatarra, lo que reduce las emisiones de dióxido de carbono.
En el sector agroindustrial, la adaptación al cambio climático es una de las principales orientaciones del desarrollo agrícola sostenible en los países de la Unión. Entre los principales proyectos se encuentra la agricultura orgánica, para la cual se ha elaborado una hoja de ruta con el objetivo de certificar y estandarizar la producción alimentaria. Esto facilitará el comercio mutuo dentro de la UEEA y el acceso a mercados de terceros países. Además, se está trabajando con la CEE en la preservación y restauración de la fertilidad del suelo, elaborando un proyecto de recomendaciones para aumentar la productividad del complejo agroindustrial y establecer una base de recursos sostenible para la producción agrícola. Al mismo tiempo, se emprenden esfuerzas para impulsar proyectos en el ámbito de la pesca y la acuicultura, con la introducción de tecnologías innovadoras, teniendo en cuenta la responsabilidad medioambiental y social.
Según las declaraciones del Ministro de Integración y Macroeconomía de la CEE Sr. Sergey Glazyev, la agenda climática debe servir como catalizador para que la economía de la UEEA desarrolle su propia política euroasiática orientada a la protección del medio ambiente. La magnitud de los cambios en curso exige una acción coordinada de los Estados miembros de la asociación. Es importante crear condiciones favorables para el crecimiento económico y la protección del medio ambiente, evitando los efectos socioeconómicos negativos y previniendo diferencias entre países desarrollados y emergentes, así como asegurando disminución de barreras al comercio y la inversión.
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